Hace dos décadas, un grupo de legionarios de Cristo y consagradas del Regnum Christi emprendió una misión audaz en Tierra Santa. Guiados por la fe y con una misión clara, comenzaron una labor que hoy es muestra de esperanza, servicio y encuentro espiritual. Este 20° aniversario marca una etapa significativa no solo para el Regnum Christi, sino también para todas las personas que se han beneficiado de la dedicación y entrega de quienes han venido sirviendo a lo largo de los años en la tierra donde Jesús vivió, murió y resucitó.
Un inicio lleno de esperanza
El 3 de diciembre de 2004, las consagradas Graciela Magaña (+), Patrizia Revelli, Alessandra Soldati y Miriam Giacomán llegaron a Notre Dame de Jerusalén, para trabajar junto al P. Juan Solana, L.C. y al P. Salvador Fernández, L.C, que ya se encontraban allí desde el 24 de noviembre del mismo año. Era un momento de incertidumbre, pues en ese entonces la agitación que afectaba la región dificultaba las visitas de peregrinos. Con mucha fe y voluntad, comenzaron a construir desde cero poco a poco la misión encomendada. Notre Dame, hasta entonces bajo la dirección de Don Aldo Toloto, se convirtió en su base de trabajo. A partir del 1° de enero de 2005, asumieron oficialmente la administración del lugar.
«Dirigir el Centro Notre Dame por 16 años ha sido una gracia y un honor. Primero, por servir a la Santa Sede; luego por el acompañamiento a tantos peregrinos en su itinerario hacia Dios; y también por los retos que encontramos en el camino. Agradezco de corazón a todas las personas que han hecho posible esta misión», comenta el P. Juan Solana, L.C.
La labor inicial fue intensa y prácticamente desde abajo. Todo esto mientras se adaptaban a la compleja realidad social y religiosa de la región.
Una misión espiritual
Hoy, la presencia del Regnum Christi en Tierra Santa ya es una oportunidad para vivir y compartir el Evangelio acompañados por legionarios de Cristo, consagradas y laicos del Regnum Christi. Las consagradas destacan la importancia de no acostumbrarse al privilegio de habitar y servir en los lugares donde Cristo vivió, murió y resucitó. Según Miriam Giacomán, «cada visita al Calvario, cada caminata por Jerusalén o cada momento en Getsemaní es un encuentro renovado con el Cristo vivo».
La experiencia de Alessandra Soldati refuerza esta visión: «Conocer los detalles del Evangelio por medio de la contemplación de estos lugares es una experiencia que nutre el alma. Deseo que más personas puedan venir a Tierra Santa, no tanto como turistas, sino más bien como peregrinos, que se den la oportunidad de ser guiados espiritualmente por esta experiencia».
En estos 20 años, miles de peregrinos han hecho ya la experiencia junto con las consagradas. Su misión principal ha sido acompañarlos en su encuentro con Cristo, permitiéndoles experimentar el Evangelio en vivo. Tierra Santa, con su mezcla de paisajes, sonidos y olores, ofrece una conexión única con la historia sagrada.
Por la retroalimentación que reciben, saben que cada peregrino regresa con una experiencia profundamente personal. «Dios actúa en cada corazón de manera diferente», reflexiona Miriam Giacomán. «No importa quién seas o qué expectativas tengas; Tierra Santa te transforma».
Una tierra de contrastes y oportunidades
Tierra Santa, con su constante tensión política y social, representa un desafío único. Sin embargo, Notre Dame de Jerusalén ha mantenido su neutralidad como un espacio de paz y encuentro. Este lugar, donde confluyen culturas y credos, es un testimonio de esperanza en medio de un contexto a menudo marcado por el conflicto.
A pesar de las dificultades, buscan ver más los campos de oportunidad para crear experiencias positivas. El valor de hacer presencia junto a la comunidad de cristianos locales y respetar los lugares santos es una misión que se renueva cada día.
A lo largo de estos 20 años, la labor de las consagradas del Regnum Christi junto con los legionarios de Cristo en Tierra Santa ha sido un faro de luz para los peregrinos. Más que un destino, Tierra Santa se ha convertido en una experiencia de fe y redescubrimiento del Evangelio.
El mensaje de quienes han servido allí es claro: vivir en la tierra de Jesús es un privilegio y una responsabilidad. La invitación es para que muchas personas tengan la oportunidad de visitar estos lugares y hacerlo con un espíritu abierto, dejándose guiar para vivir una experiencia del Evangelio a fondo. En palabras de Alessandra Soldati: «Que cada peregrinación sea una auténtica experiencia espiritual, no solo un viaje».
Este aniversario también es un compromiso renovado para ser testigos de Cristo desde la tierra de Jesús para el mundo entero. Cabe señalar que, en el marco del aniversario, las consagradas de Tierra Santa lanzaron su cuenta de Instagram. ¡Síguelas aquí!
También puedes conocer más del Centro Notre Dame de Jerusalén, en su página web.