Cuatro décadas después, el territorio del Regnum Christi de Brasil repasa cómo se abrió el primer centro de apostolado, quiénes dieron los pasos iniciales y qué frutos se ven hoy en el país, a la par de los mensajes centrales de la carta conmemorativa del Colegio Directivo Territorial. El breve recorrido histórico recorre decisiones pastorales, colaboración con las diócesis y una labor que creció en comunidades, vocaciones y proyectos. ¿Qué factores hicieron posible aquella fundación? ¿Cómo invita el Colegio Directivo Territorial de Brasil a renovar el impulso misionero hoy en este aniversario?
Una tierra fecunda
Desde 1980, ya se contemplaba la posibilidad de iniciar un trabajo misionero en Brasil. Los primeros legionarios que llegaron confirmaron rápidamente que se trataba de una gran «tierra de misión».
Los datos de la Iglesia católica en el país en aquella época reforzaban esa percepción: cerca del 90 % de la población se declaraba católica, pero había una gran carencia de vocaciones, especialmente de origen brasileño. Existía apenas un sacerdote por cada diez mil habitantes. De los 13.155 sacerdotes del momento, 7.622 eran extranjeros y la mitad de ellos tenía más de 50 años.
«Estamos en Brasil porque es un campo virgen y fecundo, donde faltan obreros santos y donde, una vez sembrado, el fruto ha de ser inmenso», decían los primeros legionarios que llegaron a Brasil en un boletín de noticias que enviaban en ese tiempo a los demás para ir dando a conocer los pasos que se estaban realizando.

Las invitaciones y los primeros pasos
El Papa Juan Pablo II sugirió al entonces Card. Eugenio de Araujo Sales — arzobispo de São Sebastião de Río de Janeiro entre 1971 y 2001 — que invitara a los Legionarios de Cristo a trabajar en su arquidiócesis. También don Geraldo Micheletto Pellanda, obispo de Ponta Grossa (Paraná), estuvo en la sede de la Dirección General de la Congregación, en Roma, para invitar a la fundación de una comunidad allí.
Al concretar esas invitaciones, el cardenal de Río autorizó la capellanía del colegio Our Lady of Mercy y nombró a un legionario como párroco de la parroquia, que atendía a la comunidad de lengua inglesa residente en la ciudad. Por su parte, ya en Ponta Grossa, el obispo ofreció una pequeña casa de la diócesis para la naciente comunidad y autorizó la apertura de un noviciado, que fue inaugurado el 3 de enero de 1987 con dos novicios brasileños.
La fundación en Río de Janeiro
El 21 de agosto de 1985, llegaron por la noche a Río de Janeiro los iniciadores de la primera casa de los Legionarios de Cristo en Brasil: el P. Fintan Lawless, L.C. y el P. Javier Sicilia, L.C., acompañados por el P. Raymund Cosgrave, L.C.
El boletín de noticias de esos años lo describía así: «Ahora vivimos el nacimiento. Es tiempo de procesos lentos, de planes y sueños. Todo está por hacer. Días de fundación, con momentos de impaciencia y cierto temor, pero con la certeza de que un día los planes se volverán realidad».
Al día siguiente, bajo una fuerte lluvia, se celebró la primera misa. Por la noche, los padres se presentaron a las familias del colegio y el P. Fintan explicó quiénes eran los Legionarios de Cristo y cuál sería su misión allí. En los días siguientes, visitaron autoridades eclesiásticas para obtener permisos y erigir oficialmente la casa de apostolado. El Card. Araujo Sales agradeció la presencia, recomendó mantener contacto con el clero local e incentivó el aprendizaje del portugués. Poco después, el P. Fintan se matriculó en la universidad para cursar un doctorado y ofrecer algunas clases.

Crecimiento inicial y expansión
El 26 de noviembre de 1985, llegó el P. Eduardo Robles-Gil, L.C. para asumir como superior de la comunidad, instalada en el piso del colegio Our Lady of Mercy, en el barrio de Botafogo. Las primeras actividades apostólicas fueron junto a la comunidad de lengua inglesa, pero, con apoyo de sacerdotes diocesanos, se formó un grupo de jóvenes que se convirtió en la base de lo que sería el primer grupo de jóvenes del Regnum Christi en Brasil.
El 1° de octubre, el arzobispo firmó el decreto oficial para erigir la casa de apostolado, nombrando al P. Eduardo como superior, párroco y director de la sección de jóvenes; al P. Javier Sicilia, L.C., como director de la sección de señoritas; y destinando al P. Fintan Lawless, L.C., al doctorado y al trabajo apostólico en la universidad pontificia. En enero de 1986, el P. Fintan Kelly, L.C., se unió a la comunidad, con la misión de ir a Ponta Grossa. Finalmente, en mayo de 1986, el P. José Cárdenas, L.C., el P. Fintan Kelly, L.C., y el entonces hermano Jorge Morales, L.C., fundaron la comunidad en aquella ciudad.
Los primeros meses estuvieron repletos de experiencias como el descubrimiento de la pasión nacional por el fútbol. Durante la Copa Mundial de 1986, vivieron de cerca cómo una ciudad entera podía parar para ver a la selección. El cronista del boletín registró con cierto humor que: «Cada vez que Brasil juega, la vida se detiene en Río. Ni autobuses se encuentran…».
Una semilla que dio frutos
Así tuvo inicio el Regnum Christi con la presencia de los Legionarios de Cristo en Brasil, en medio de lluvias, desafíos diarios y la alegría contagiante de un pueblo que vive intensamente la fe, la acogida calurosa, la alegría y generosidad. Una semilla plantada en tierra fértil, destinada, como soñaban quienes iniciaban esos momentos, a producir frutos abundantes en esta inmensa nación sudamericana.

Hoy, el Regnum Christi en Brasil cuenta con unos 56 legionarios de Cristo, 20 consagradas, 1 laico consagrado, más de 500 adolescentes del ECYD y de 1.100 miembros laicos en 17 ciudades, del sur al nordeste del país.
Esos números muestran una realidad creciente de las diversas vocaciones que se van renovando con la misión y carisma del Regnum Christi, dedicados a formar formadores para la Iglesia y la sociedad brasileñas con dedicación apostólica.
La carta del Colegio Directivo Territorial por el 40º aniversario
El 21 de agosto de 2025, y en el marco de los 40 años de presencia en Brasil. El Colegio Directivo Territorial recordó el «sí» y el «hágase» de muchas personas a lo largo de este camino y subrayó la misión de hacer presente el Reino de Cristo en las diversas realidades del país. Mediante una carta, invitó a todas las localidades a unirse en oración y acción de gracias, celebrando la historia, las vocaciones y la misión.

El texto pone de relieve la aprobación definitiva, en febrero, de los Estatutos de la Federación Regnum Christi por parte de la Santa Sede, un reconocimiento que da solidez y estabilidad y favorece la colaboración para la misión confiada por la Iglesia. Además, enmarca agosto como mes vocacional y presenta la campaña «40 años del Regnum Christi en Brasil: un sí que trasciende; celebrando vocaciones que generan nuevos apóstoles».
La carta invita a ser «sal y luz» y a llevar con urgencia el amor que arde en el Sagrado Corazón a las realidades humanas más complejas del país; pide custodiar el carisma vivo y transmitirlo con piedad y celo apostólico; recuerda la consagración del territorio y del Regnum Christi a San José, y propone un estilo de vida apostólico: ser «sal y luz» y llevar con urgencia el amor del Sagrado Corazón a las realidades humanas más complejas. Cierra con una bendición invocando a la Virgen de Guadalupe.
Con información de “40 anos dos primeiros passos em uma ‘Terra de Missão’”.


