Este Capítulo comenzará al final del Año Jubilar de la Esperanza. De alguna forma, este Jubileo nos ha ido preparando el corazón, recordándonos que es el Señor Jesús quien lleva las riendas de la historia de toda la humanidad y también de nuestra pequeña historia. Dios siempre obra, también en este momento. Es consolador y motivador saber que el Resucitado nos acompaña y podemos contar siempre con Él. El gran reto es estar atentos para reconocer los gérmenes que Dios ya está haciendo florecer en la Iglesia y también en el Regnum Christi, a fin de secundar su obra de salvación como amigos y colaboradores suyos. Que el Capítulo sea un tiempo de escucha y docilidad al Señor Jesús.