Cerca de 300 delegados de Conferencias Episcopales de 110 países se reunieron en Roma para participar en el International Congress of Youth Ministry, organizado por el Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida. Este evento reunió a líderes de diversas realidades eclesiales para reflexionar sobre el pasado y planificar el futuro de la pastoral juvenil.
En la apertura del congreso, el cardenal Kevin Farrell, prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, destacó la relevancia de este evento en el contexto de importantes momentos para la juventud católica: la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) en Lisboa 2023, el quinto aniversario de la exhortación apostólica Christus Vivit, la preparación para el Jubileo Juvenil 2025 y la JMJ en Seúl, Corea, en 2027. En sus palabras de bienvenida, el cardenal Farrell citó al Papa Francisco:
«Con esta mirada a los eventos vividos y a los que tenemos por delante, nos situamos entre el pasado y el futuro, aprovechando ambos; es lo que nos invita a hacer el Santo Padre que escribe en Christus Vivit: ‘frecuentar el pasado, para aprender de la historia y […] frecuentar el futuro, para alimentar el entusiasmo, hacer germinar los sueños, suscitar profecías, hacer florecer las esperanzas. De este modo, unidos, podremos aprender unos de otros, calentar los corazones, inspirar nuestras mentes con la luz del Evangelio y dar nueva fuerza a nuestras manos’ (ChV, 199)».
La familia del Regnum Christi estuvo representada en este congreso por el H. Nicolás Brown, L.C., y Pablo Villagrán, laico del Regnum Christi de Madrid. Ambos participaron activamente en las sesiones y en las discusiones sobre la realidad de los jóvenes post-pandemia y en tiempos de guerra, así como en temas de liderazgo juvenil sinodal y misionero, y la formación y acompañamiento de jóvenes líderes.
El Hermano Nicolás Brown, L.C., expresó:
«Ha sido un encuentro para profundizar en la Christus Vivit y compartir con muchas realidades eclesiales de todo el mundo».
Durante el congreso, los participantes revisaron los acontecimientos de la JMJ en Lisboa y recibieron información detallada sobre el próximo Jubileo de los Jóvenes en Roma, programado para el verano de 2025, y la JMJ en Corea del Sur en 2027. Un momento particularmente significativo fue la audiencia con el Papa Francisco en la Sala Clementina del Vaticano. En su mensaje, el Santo Padre subrayó la importancia de estos eventos como oportunidades para llevar esperanza a los jóvenes de todo el mundo:
«Pensando en el Jubileo de los Jóvenes —el próximo año— y en la JMJ de Seúl —dentro de tres años—, mi ‘sueño’ es que puedan facilitar que muchos jóvenes se encuentren con Jesús, incluso aquellos que normalmente no van a la Iglesia, llevándoles el mensaje de la esperanza. Pienso en esos chicos y chicas que han ‘bajado la mirada’, que han perdido el horizonte, que han dejado a un lado sus grandes sueños y han quedado atrapados en la tristeza y en la depresión. Asia es un continente joven, un continente vital; sin embargo, muchos jóvenes, sobre todo en las grandes ciudades, sufren la pérdida de la esperanza y se repliegan sobre sí mismos, con pocas relaciones y pocos intereses. Y lo mismo sucede en todo el mundo. Los eventos de Roma y de Seúl son las ocasiones que Dios nos ofrece para decir a todos los jóvenes del mundo que Jesús es esperanza, es esperanza para ti, es esperanza para nosotros, es esperanza para todos».
El congreso también contó con sesiones plenarias, discusiones en grupo e intervenciones libres, permitiendo a los delegados compartir experiencias y desarrollar estrategias para la pastoral juvenil en sus respectivos países. La participación de los miembros del Regnum Christi en este congreso subraya su compromiso continuo con la misión de evangelizar y acompañar a los jóvenes para formar comunidades de apóstoles.