¿Qué impulsa a un joven a dejar atrás proyectos, metas profesionales y planes personales para abrazar un estilo de vida que exige entrega total? En la ceremonia de profesiones de este agosto, cuatro novicios legionarios dieron un paso decisivo en su camino vocacional. Más allá del acto litúrgico, sus historias personales revelan momentos inesperados, experiencias límite y encuentros providenciales que los llevaron a replantear su futuro. Entre testimonios que hablan de confianza, gratitud y cambio interior, se abre una ventana a la diversidad de caminos que pueden conducir a una misma respuesta: “sí” a Dios.
El pasado sábado 9 de agosto de 2025, en el Noviciado y Colegio de Humanidades de los Legionarios de Cristo, cuatro novicios de segundo año pronunciaron por primera vez los votos de pobreza, castidad y obediencia. La ceremonia de profesiones marcó el cierre de la etapa de dos años de noviciado, paso inicial en la formación religiosa de los Legionarios de Cristo.
Con la profesión de votos temporales, los seminaristas comenzaron una nueva etapa que incluye uno o dos años de estudios clásicos de humanidades, seguidos de tres años de filosofía en Roma, período en el que renovarán sus votos. Posteriormente, pasarán por dos o tres años de prácticas apostólicas y tres años de estudios formales de teología, antes de la ordenación diaconal y, finalmente, sacerdotal.
Los protagonistas de la profesión
La vocación del H. Inoh Choe, L.C. comenzó a formarse tras una experiencia cercana a la muerte en la ladera de una montaña. Hasta entonces, su vida estaba enfocada en una carrera profesional exitosa: un posgrado, un trabajo de alto nivel y planes para formar una familia y crear una empresa. Tras aquel episodio, dijo que comprendió que su “ascenso” debía ser hacia Dios.
Fue el 22 de agosto de 2022, que Inoh Choe vivió una experiencia que marcaría un antes y un después en su vida. Durante una caminata en Colorado, perdió el sendero junto a un amigo y quedó atrapado en una cornisa entre dos picos de más de 4.000 metros, sin posibilidad de subir ni bajar. Al intentar saltar una grieta, resbaló y estuvo a punto de caer al vacío, hasta que su compañero logró sujetarlo por la camisa. Ese instante, que él describe como una «segunda oportunidad» dada por Dios, despertó en su interior la pregunta de si debía dar un nuevo rumbo a su vida. Hasta entonces, no había considerado la vida religiosa: con una maestría en negocios y diseño de innovación, trabajaba para una gran empresa con la misión de crear una compañía multimillonaria. Sin embargo, tras ese suceso, sintió que la verdadera cima que debía escalar no estaba en el mundo corporativo, sino en el servicio a Dios.
Un año después, el 23 de agosto de 2023, concluyó el candidatado con los Legionarios de Cristo, vendió su casa, regaló su coche y sus pertenencias, y dejó atrás sus planes para ingresar al noviciado. Al cerrar su segundo año como novicio, Inoh recuerda aquel día en la montaña como el momento en que Dios lo rescató no solo de un peligro físico, sino también de ambiciones que le impedían responder a una llamada más profunda. Aunque reconoce que el camino no ha sido fácil, vive con la convicción de que este nuevo capítulo de su vida es fruto de esa segunda oportunidad que recibió.
El camino vocacional del H. Austen Davis, L.C. estuvo marcado por lo que considera signos de la providencia: ser aceptado en la Universidad Estatal de Carolina del Norte tras encomendarse a la Virgen María, recibir alojamiento en una parroquia gracias a un sacerdote legionario, y amistades que lo acercaron más a la fe. Durante una misa, al escuchar una homilía dedicada a un hombre llamado “Austen”, sintió que Dios le llamaba por su nombre.
Austen Davis creció en una familia católica en Raleigh, Carolina del Norte, con una fe presente pero poco profunda. Su camino hacia la vocación sacerdotal comenzó a abrirse cuando fue aceptado en la Universidad, un hecho que atribuyó a la intercesión de la Virgen María. Poco después, una providencial conversación entre su padre y el sacerdote John Curran, L.C., le permitió mudarse a la casa parroquial de San José, donde convivió con compañeros que influyeron decisivamente en su discernimiento. Entre lecturas como To Save a Thousand Souls, un «ayuno de citas» y la participación en el programa espiritual Exodus 90, Austen empezó a discernir con claridad lo que Dios quería para él. Un momento clave ocurrió durante una misa en la que el sacerdote habló sobre la misión de Jesús en Galilea, lo que le inspiró la pregunta: «¿Cuál es la cosa más grande que puedo hacer por mi familia y mis amigos?». Su respuesta fue inmediata: «¡Llegar a ser sacerdote!».
A partir de ese momento, Austen tomó pasos concretos: contactó al director vocacional de su diócesis, visitó casas de formación, asistió a un retiro vocacional y se inscribió en el programa del aspirantado. En 2023 ingresó al candidatado de los Legionarios de Cristo, dejando atrás la comodidad de su hogar. Aunque la decisión fue difícil, pronto vio frutos espirituales en su familia y en sí mismo. Hoy, continúa su camino de entrega confiado en que, al unirse cada vez más a la voluntad de Dios, seguirá viendo crecer el Reino de Cristo en su vida y en su entorno.
Mark Laurance vivió durante y después de la universidad una etapa en la que su fe católica pasó a un segundo plano, atrapado por el atractivo del placer, las relaciones y el dinero, y adoptando gradualmente una visión relativista de la moral. El cambio comenzó cuando conoció a una joven profundamente comprometida con Jesús, quien lo invitó a regresar a la Iglesia y a replantearse preguntas esenciales sobre su fe y su vida. Aunque la relación no continuó, su ejemplo lo llevó a buscar respuestas, leer sobre teología y filosofía, y redescubrir que la verdadera alegría se encuentra en Dios. En ese tiempo también comprendió que amar es buscar el bien del otro y que la sociedad actual sufre por la falta de verdad y razonamiento sólido.
Su camino espiritual se fortaleció a través del ministerio juvenil en su parroquia de San Diego, de los estudios bíblicos y la inspiración de figuras como Santa Teresa de Calcuta. Participó en encuentros de Young Catholic Professionals, en el programa Exodus 90 y, tras rezar una novena a Santa Teresita del Niño Jesús, sintió la confirmación de su llamado. En 2023 ingresó al noviciado de los Legionarios de Cristo, donde pasó dos años en oración, formación en virtudes y en el conocimiento de Jesús. Hoy valora la hermandad, la misión y la vida comunitaria que ha encontrado en la Legión, y desea compartir con otros la belleza de la fe católica.
Zachary Le Leux creció con un respeto básico por la fe, pero fue en The Highlands School, en Dallas, Texas, donde comenzó a profundizar en su relación con Dios gracias a la cercanía de amigos, profesores, sacerdotes legionarios y consagradas del Regnum Christi. Participó en diversas actividades y apostolados, como las misiones de Semana Santa y el ECYD, que le ayudaron a descubrir lo que verdaderamente importa a la luz de la eternidad. En los últimos años de preparatoria empezó a abrirse a la posibilidad del sacerdocio y, tras asistir a un retiro en Cheshire, sintió la inquietud de entregar un año de misión como colaborador del Regnum Christi para agradecer a Dios las bendiciones recibidas y discernir su vocación conviviendo con sacerdotes legionarios.
Durante su año de colaborador en Monterrey, México, vivió momentos decisivos: fue testigo de la profesión de votos de novicios legionarios y de consagradas, impactado por su alegría y sentido de propósito. También pudo acompañar la obra de Dios en la vida de estudiantes y miembros del ECYD. En un retiro, discernió con claridad que debía seguir adelante hacia el candidatado en Estados Unidos en el verano. Con esa paz y certeza, concluyó su año de colaborador y comenzó el camino formal hacia la vida religiosa, confiando en que Dios siga guiando sus pasos para llevar a otros a la amistad con Él.
Un paso decisivo
La ceremonia del 9 de agosto no solo representó la culminación de dos años de formación inicial, sino el inicio de un compromiso formal con la vida religiosa. Los cuatro nuevos profesos comienzan ahora un recorrido académico, espiritual y pastoral que, en varios años, podría culminar en su ordenación sacerdotal.
El presente artículo tuvo como base “Legionary Professions 2025: Witness the Joy!”
