Iván A. Virgen , LC
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, concédeme la gracia de saber contemplarte, reconociendo que no necesito estar haciendo muchas cosas para ganar tu cariño. Ayúdame a aprender que lo más importante es estar en tu compañía.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 10,38-42
En aquel tiempo, entró Jesús en una aldea, y una mujer llamada Marta lo recibió en su casa. Ésta tenía una hermana llamada María, que, sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra. Y Marta se multiplicaba para dar abasto con el servicio; hasta que se paró y dijo: “Señor, ¿no te importa que mi hermana me haya dejado sola con el servicio? Dile que me eche una mano”. Pero el Señor le contestó: “Marta, Marta, andas inquieta y nerviosa con tantas cosas; sólo una es necesaria. María ha escogido la parte mejor, y no se la quitarán”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Mientras Marta pierde la paz preparando una y otra cosa, María disfruta de la compañía de Jesús. Muchas veces creemos que se debe tener todo listo y milimétricamente preparado en nuestra vida espiritual para gozar de Dios. Incluso, hay quien cree que hay que dar algo a Dios con tal de ganar su atención, como si Dios pidiera algo como condición para hablarle. Hoy podemos aprender mucho de María que sabe cómo estar frente a Jesús. Ella no está simplemente presente, sino que está con Él con todo su corazón y su fuerza. Su atención es tal que ni siquiera se da cuenta de lo ocupada que está su hermana. Por otra parte, Marta prepara todo con tal de ofrecer a Jesús un buen momento y esto no está mal en sí. Lo que no es del todo correcto es la manera de comparar el servicio a Jesús, porque mientras que ella trabaja, María simplemente está escuchándolo.
La lección de este pasaje es que al Señor se le sirve tanto acompañándolo como trabajando para Él. Él valora ambas cosas, pero lo que más le llena el corazón es la compañía que le hacemos. Por esta razón, nombra como “la mejor parte” al hecho de contemplarle, porque este contemplarle implica la gratuidad y confianza de alguien a quien se ama.
«En esta escena de María de Betania a los pies de Jesús, san Lucas muestra la actitud orante del creyente, que sabe cómo permanecer en la presencia del Maestro para escucharlo y estar en sintonía con Él. Se trata de hacer una parada durante el día, de recogerse en silencio, unos minutos, para dejar espacio al Señor que “pasa” y encontrar el valor de quedarse un poco “a solas” con Él, para volver luego, con serenidad y eficacia, a las cosas cotidianas». (S.S. Francisco, Ángelus del 21 de julio de 2019).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Trataré hoy de acompañar a Jesús como María lo hizo, sea con la elevación de alguna oración, sea leyendo un pasaje del Evangelio o tratando de visitar, aunque sea brevemente alguna iglesia.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
