Regnum Christi Internacional

Domingo 24 de julio de 2022 – «Cuando oréis decid…»

La parábola del sembrador

Iván A. Virgen, LC

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Dame un corazón confiado para llamarte Padre. Dame una voluntad pronta para santificar tu nombre con mi vida y que tu Reino se haga cada vez más presente hoy. Amén.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 11,1-13

Una vez que estaba Jesús orando en cierto lugar, cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: “Señor, enséñanos a orar, como Juan enseñó a sus discípulos”. Él les dijo: “Cuando oréis decid: ‘Padre, santificado sea tu nombre, venga tu reino, danos cada día nuestro pan del mañana, perdónanos nuestros pecados, porque también nosotros perdonamos a todo el que nos debe algo, y no nos dejes caer en la tentación'”. Y les dijo: “Si alguno de vosotros tiene un amigo, y viene durante la medianoche para decirle: ‘Amigo, préstame tres panes, pues uno de mis amigos ha venido de viaje y no tengo nada que ofrecerle’. Y, desde dentro, el otro le responde: ‘No me molestes; la puerta está cerrada; mis niños y yo estamos acostados; no puedo levantarme para dártelos’. Si el otro insiste llamando, yo os digo que, si no se levanta y se los da por ser amigo suyo, al menos por la importunidad se levantará y le dará cuanto necesite. Pues así os digo a vosotros: Pedid y se os dará, buscad y hallaréis, llamad y se os abrirá; porque quien pide recibe, quien busca halla, y al que llama se le abre. ¿Qué padre entre vosotros, cuando el hijo le pide pan, le dará una piedra? ¿O si le pide un pez, le dará una serpiente? ¿O si le pide un huevo, le dará un escorpión? Si vosotros, pues, que sois malos, sabéis dar cosas buenas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo piden?”.

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

¿Cómo sería la oración de Jesús que sus discípulos tuvieron el interés de pedirle que los enseñara a orar? Ellos eran, en su mayoría, hombres muy prácticos, por lo que debieron ver en la oración de Jesús un testimonio muy concreto del poder de la oración. Si nos ponemos a pensar, nos daremos cuenta de que la vida de los apóstoles era muy intensa pues predicaban, viajaban, hablaban con personas, no tenían un lugar fijo por lo que estaban al pendiente de encontrar oportunidades para conseguir asilo o comer. Sin embargo, Jesús siempre dedicaba una buena parte de la jornada a la oración e, incluso, a veces pasaba noches enteras en oración. Por tanto, la oración de Cristo permeaba su vida y hacía una diferencia, por lo cual los discípulos anhelaban encontrar el secreto de una oración viva y vinculante. Así que desean encontrar el secreto de la oración. Jesús les revela una fórmula que emanaba desde lo profundo de su corazón y nos dejó la oración del Padrenuestro. En ella se encuentra la clave para una relación viva con Dios y para una vida plena y llena de sentido.

Hoy más que nunca necesitamos de esta oración a lo largo de la jornada para que, en este mundo tan olvidado de Dios, recordemos que tenemos un Padre que está en el cielo, que nuestra vida es para darle gloria. Este Padre quiere hacer presente su Reino y aunque espera que pongamos de nuestra parte, basta pedir que venga su Reino para que se siga haciendo presente. Pedimos que se haga su voluntad, pues Él siempre quiere lo mejor para nosotros. Confiamos a Él nuestras necesidades materiales y espirituales, pidiéndole el alimento diario, el perdón y su auxilio en las tentaciones.

«Cada vez que decimos “Padre nuestro” reiteramos que la palabra Padre no puede ir sin decir nuestro. Unidos en la oración de Jesús, nos unimos también en su experiencia de amor y de intercesión que nos lleva a decir: Padre mío y Padre vuestro, Dios mío y Dios vuestro. Es la invitación a que lo “mío” se transforme en nuestro y lo nuestro se haga oración. Ayúdanos, Padre, a tomar en serio la vida del hermano, a hacer nuestra su historia. Ayúdanos, Padre, a no juzgar al hermano por sus acciones y sus límites, sino a acogerlo sobre todo como hijo tuyo. Ayúdanos a vencer la tentación de sentirnos como hijos mayores, que a fuerza de estar en el centro se olvidan del don que es el otro». (S.S. Francisco, Oración del Padrenuestro, 31 de mayo de 2019).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Como propósito voy a rezar un Padrenuestro lenta y meditativamente.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

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