Rafael Estrada, director académico de Anáhuac Online y Mónica Carriedo, líder de evaluación educativa en la misma universidad, comenzaron su trayectoria en la Red Anáhuac desde sus estudios de licenciatura. Hoy, aportan su mente, alma y corazón a la innovación de esta institución desarrollando programas académicos e implementando herramientas de inteligencia artificial, siempre promoviendo el uso ético y responsable de la tecnología. ¿Cómo logran hacerlo? ¿De qué manera enfrentan los retos actuales del mundo de la educación con una actitud abierta e innovadora?
Ingeniero industrial por profesión y docente por vocación, Rafael Estrada relata que su pasión por la educación surgió tras leer un libro sobre el tema mientras cursaba sus estudios en el Instituto de Estudios Superiores de Tamaulipas (IEST Anáhuac). Esto lo llevó a dejar la industria petroquímica para comenzar a dar clases en la universidad mientras estudiaba una maestría en capital humano. Tiempo después, realizó un doctorado en educación internacional, con especialidad en analítica de datos, matemáticas, filosofía e inteligencia artificial.
Con más de 15 años de experiencia en las obras educativas, Mónica Carriedo recuerda con gratitud la etapa de su vida en la que fue consagrada del Regnum Christi, experiencia que fortaleció su fe y su vocación de servicio a través de la educación. Ella cursó la licenciatura en Educación en la Universidad Anáhuac, donde también obtuvo dos maestrías — en Educación y en Filosofía —. Con el tiempo, su discernimiento de vida la llevó a continuar su camino desde otros ámbitos, sumándose al equipo de Anáhuac Online. Actualmente está haciendo su doctorado en Evaluación Educativa y se desempeña como profesora en la misma universidad.
A lo largo de su trayectoria profesional, han asumido el liderazgo en la transformación educativa en la Anáhuac Online, pero nunca han dejado de lado su verdadera vocación: la docencia. Esta labor les permite mantener una conexión con los jóvenes, no solo para transmitir conocimiento, sino también para aprender de sus experiencias, necesidades y desafíos.
Ser una universidad católica hoy
Se entiende como colegio o universidad católica la que define su identidad, misión y cultura a partir del compromiso de mantener el mensaje cristiano, buscando contribuir a la dignidad humana.
«Una universidad católica debe estar centrada en la persona, buscando el bienestar personal y confiando en que algún día llegarán a hacer un bien en la sociedad a través de su liderazgo», explica Mónica.
«Además, tiene claro su origen, su tradición y su propósito», agrega Rafael. «No es algo material ni temporal, sino que reconoce y mantiene su propósito sin importar los tiempos que atraviesa, siempre abierta a un diálogo constante, con diversidad de conocimiento y confiando en la verdad».
Estos elementos se encuentran integrados en cada una de las materias y cursos que imparte Anáhuac Online, en donde Rafael recalca que una de las satisfacciones más grandes es pensar y crear en conjunto con quienes tienen ideas distintas para que así puedan responder de manera integral a los problemas que aquejan al mundo.
La universidad católica tiene un compromiso con la sociedad y su bienestar, buscando elevar la condición humana y social a través de la educación y la formación de profesionales que sean más fraternos, justos y éticos. «Lo que pretendemos como formación integral es reconocer las dimensiones humanas como el punto de partida, pero también las facultades humanas como algo que al ser desarrollado permite una mejor interacción, un intelecto riguroso que busca aprender de manera sincera, que sabe de compasión y que tiene una voluntad para orientarse», comenta Rafael.
«Estamos dispuestos a responder a las necesidades e inquietudes que tienen nuestros alumnos, no solamente formarlos como grandes profesionistas», explica Mónica. «Buscamos darles una formación de calidad que abarque más allá de lo académico y esto se logra a través del contacto personal, pero también a partir de estructuras y metodologías que reconozcan su dignidad inherente, su llamado a la trascendencia, el lugar que ocupan en el mundo, las necesidades que tienen y su manera de pensar».
«Es tierra firme y confiable en un mundo de mucha incertidumbre», agrega Rafael.
Una manera de transmitir esta identidad, misión y cultura cristiana es mediante las asignaturas que todos los estudiantes deben cursar, independientemente de la carrera elegida.
Asumiendo el reto: transmitir la visión humanista y católica en la era de la inteligencia artificial
Como director académico y líder de evaluación educativa, es parte esencial del trabajo cuestionar el currículo de cada carrera. Una buena forma de empezar es reflexionando sobre las asignaturas “obligatorias” que los estudiantes tienen que cursar a lo largo de su camino por la Anáhuac. Rafael y Mónica se han preguntado una y otra vez cómo se puede llegar realmente al corazón de sus alumnos a través de estas materias que, en su caso, están enfocadas a temas de humanidades.
«Estamos llamados a iluminar; es por eso que estas materias las pensamos para que nuestros estudiantes vayan descubriendo aquellos temas que quizá nunca se habían planteado como el liderazgo, la razón abierta, el pensamiento crítico y bienestar social. ¿Cómo podemos incidir no solo para que conozcan estos temas, sino que puedan aplicarlos en su vida?», plantea Rafael.
«Además de enseñarles, les mostramos lo que conocemos y lo que queremos transmitirles para ir guiando cómo poner en práctica estos temas que están aprendiendo. Eventualmente, deseamos que ellos apliquen esto en su vida y el día de mañana en su trabajo», complementa Mónica.
Adicionalmente, explican que las materias de humanidades han sido desarrolladas en alianza con el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum de Roma en conjunto con sacerdotes, profesores o decanos de filosofía y maestros de la Anáhuac que contribuyen con sus conocimientos especializados. Rafael menciona que siempre ha habido algo de resistencia ante este tipo de temas que desarrollan habilidades que suelen definirse como softskills o “blandas”: «Sin embargo, hemos logrado que estas asignaturas sean aceptadas por los alumnos. Es increíble porque en los últimos años hemos tenido retroalimentación positiva. Cuando lees un comentario de un joven que estudia una carrera de ingeniería y te dice “esta es la mejor materia que he llevado en mi carrera”, te quedas con un sentimiento de orgullo».
Cuando la narrativa comienza a cambiar de tono, no hay duda de que su esfuerzo ha tenido un impacto real en los estudiantes. La educación basada en valores católicos está permitiendo formar profesionistas con una visión humanista, capaces de continuar con este impacto positivo en la sociedad a pesar de que el mundo parece ir en una dirección opuesta, tratando de enfocar su visión solamente en innovación y tecnología.
Por ello, la Red Internacional de Universidades ha incorporado en los últimos años una educación basada en valores junto con el uso de tecnologías innovadoras como la inteligencia artificial. Así, sus estudiantes adquieren herramientas de vanguardia que los preparan mejor y garantizan que la innovación siempre se utilice conforme a principios éticos y en beneficio de la sociedad.
A pocos meses de que OpenAI liberara sus APIs, se inició el desarrollo de un proyecto único en México, creando el primer motor de inteligencia artificial (IA) habilitada por OpenAI en el mundo educativo. Eventualmente, un equipo interdisciplinario de profesionistas se puso manos a la obra para integrar saberes técnicos y humanistas en la experiencia educativa de todos los alumnos de Anáhuac Online.
«Creo que las materias implementadas con IA han tenido mucho éxito, sobre todo en los estudiantes de licenciaturas que no tienen la cercanía de estar con un profesor o estar frente al aula. Aun así, logramos que se involucren a través de su intelecto, de su corazón y su voluntad, gracias a su buen diseño», menciona Rafael.
Educación con inteligencia artificial, ética y propósito
Ante esto, Rafael y Mónica desarrollaron una estrategia sustentada en tres elementos fundamentales para proponer la educación con inteligencia artificia a las universidades: mindset, skillset y toolset.
El mindset se refiere a adoptar una visión filosófica de la IA como herramienta para pensar mejor y más allá de las respuestas que te puede proporcionar una IA. El skillset se define como el desarrollo de competencias como lectura profunda, pensamiento estructurado y análisis lógico para interactuar de forma inteligente con la IA. Por último, el toolset se refiere a elegir herramientas tecnológicas que se alineen con la visión educativa y las habilidades del equipo, reconociendo que la IA, correctamente utilizada, amplifica, pero no reemplaza.
Para garantizar un uso responsable de la inteligencia artificial, la Universidad Anáhuac ha elaborado manifiestos filosóficos, políticas de orientación y normativas claras: «Por supuesto que debe haber políticas a nivel de orientación y normativa a nivel de uso con sus consecuencias, pero si solo imponemos normas sin ofrecer una visión, corremos el riesgo de prohibir primero la IA, después las computadoras y hasta las calculadoras», agrega Rafael.
Por su parte, Mónica hace énfasis en la importancia de educar a los estudiantes en el uso ético de la inteligencia artificial: «No se trata de que la herramienta resuelva todo, sino de enseñarles a usarla para pensar, para disfrutar del aprendizaje y llegar más lejos. Solo cuando entienden sus límites, pueden aprovecharla verdaderamente».
El uso adecuado de la inteligencia artificial implica comprender su impacto en la formación educativa de los jóvenes. En este sentido, es necesario que tanto docentes como alumnos desarrollen una actitud crítica frente a la tecnología. Para esto, la herramienta debe ser vista como un apoyo de aprendizaje. Así funciona Budly, una plataforma desarrollada por IA que actualmente utilizan más de 7.000 estudiantes en la Red de Universidades Anáhuac (RUA) y que tiene como misión personalizar la experiencia educativa y fomentar el pensamiento crítico entre los estudiantes.
Esta herramienta no busca reemplazar el esfuerzo académico, sino potenciar y ayudar al alumno para que deje de ser espectador pasivo y se convierta en explorador activo del conocimiento. De hecho, Budly utiliza la IA para adaptarse al estilo de cada estudiante y fomentar un aprendizaje más profundo y significativo. «Hemos obtenido excelentes resultados en términos de interacción, logrando llevar una visión en la que no se sustituye al profesor, sino que se amplifica y optimiza el impacto del aprendizaje en el estudiante», añade Rafael.
La visión de la RUA va más allá de su propio campus: busca formar una competencia real en inteligencia artificial que habilite un nuevo modelo de pensamiento en Latinoamérica. Este compromiso con la innovación educativa no ha pasado desapercibido, sino que ha sido reconocido internacionalmente. En el 2024, Budly ganó la medalla de oro en los premios QS Reimagine Education Awards, destacándose como la mejor aplicación de IA generativa en educación en Latinoamérica.
El futuro de la educación: esperanza ante los grandes retos
Para ver hacia el futuro, Rafael reflexiona sobre el origen de la figura del maestro, en donde enseñar era una aventura y se aprendía a partir de la contemplación para el desarrollo de ideas.
«Creo que cambiamos de dirección durante el siglo 19 cuando adoptamos la estandarización como un principio central y después quisimos aplicarlo a la educación. En lugar de ser educadores originales que amaban y se preocupaban por el descubrimiento del mundo y de sus estudiantes, nos hicieron creer que educar bien equivalía a estandarizar lo educable, que todos salieran iguales y que todos lograran un mismo perfil. Yo creo que hoy, con las herramientas que tenemos, vamos a regresar al origen del docente: querer al estudiante, conocerlo personalmente y desearle el bien; todo eso nos lleva a guiarle y ayudarle», comparte Rafael.
Mónica reflexiona sobre las habilidades y competencias esenciales para los educadores ante la inteligencia artificial, y menciona que es tan simple como mantener esa parte humana y seguir desarrollándola. «Yo se los digo en clases, “no tengo mucho más que aportarles más que el estar aquí con ustedes, podernos escuchar y generar un diálogo».
Mantener una apertura de mente también es de gran valor, pues nos ayuda a aceptar los retos que se nos presentan en vez de pelear con el rumbo que toma el futuro. «Confiemos en que los jóvenes nos están aportando muchísimas cosas que no habíamos visibilizado antes: la importancia del bienestar mental, de la salud, de la dignidad de la persona… Son temas sumamente positivos que como adultos podemos seguir aprendiendo de ellos», comparte Mónica.
«El futuro no es tan oscuro», complementa Rafael. «Tendemos a ver el pasado de manera romantizada o a escuchar comentarios como “antes los jóvenes sí querían estudiar”, “antes todo se hacía a mano”, “antes los jóvenes sí tenían ganas de trabajar”, pero yo pienso que, al contrario, los jóvenes tienen muchísimas ganas de aprender y una gran disposición para enseñarnos cosas a las generaciones más grandes».
«Yo veo que mis alumnos son mucho más críticos y que tienen este lado moral que, quizás no lo tienen tan fundamentado, pero la preocupación por la sociedad y el bienestar de la persona está ahí», menciona Mónica. «Para mí, eso es algo sumamente esperanzador porque estamos poniendo un reflector en cosas que antes teníamos muy normalizadas. Los jóvenes necesitan formación y acompañamiento y ahí estaremos nosotros para proporcionarlo».
A los educadores que están buscando hacer un cambio positivo en la sociedad y ven el panorama un poco desafiante, Rafael aconseja que recuerden por qué decidieron dedicarse a la docencia.
«Paul Valery escribió: “el viento se levanta y hay que intentar vivir”. El viento se levanta y hay que vivir los tiempos que nos toca vivir, tomando la oportunidad de aventura para enfrentarnos a lo desconocido. Ese es el corazón de todo maestro».
Anáhuac Online tiene el deseo profundo de demostrar que es posible unir innovación tecnológica y valores humanistas para transformar la educación. A través de la educación católica, la formación integral y la integración de materias humanistas, la institución prepara líderes éticos y comprometidos con el bienestar social. La apuesta por la inteligencia artificial, siempre desde una perspectiva ética y responsable, abre nuevas oportunidades para el aprendizaje y el desarrollo personal.
En este camino, el futuro de la educación se presenta lleno de esperanza: los jóvenes, guiados por docentes apasionados, están llamados a construir una sociedad más justa, fraterna y humana, donde el conocimiento y los valores se convierten en herramientas para vivir y transformar el mundo.
Anáhuac Online es una entidad integrante de la Red de Universidades Anáhuac (RUA) quien, a su vez, es parte de la Red Internacional de Universidades Regnum Christi (RIU). Con casi 200 programas de educación en línea 100 % asíncronos (no simultáneos) con prestigio internacional, Anáhuac Online ofrece maestrías en línea, especialidades, diplomados y carreras, a través de un modelo educativo de vanguardia que se adapta al ritmo de vida de cada estudiante.
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