Regnum Christi Internacional

Donde el amor habla con el cuerpo: el amor seguro y la Teología del Cuerpo

El amor seguro y la Teología del Cuerpo

En medio de un mundo que a menudo confunde el amor con el deseo pasajero y reduce el cuerpo a un objeto, Carlos Abad, laico consagrado del Regnum Christi, nos comparte que estamos llamados a algo más profundo: a amar como Dios ama. A través de su experiencia con la Teología del Cuerpo y su participación en los cursos de «Amor Seguro», ha descubierto un camino que sana, que dignifica y que revela la belleza del plan de Dios para cada persona. Su invitación no es a una teoría, sino a una experiencia concreta de amor que llena el corazón y da sentido a la entrega cotidiana.

Originario de la Ciudad de México, segundo de cuatro hijos, Carlos Abad se consagró en agosto de 2007. Desde entonces, ha dedicado su vida al servicio de la Iglesia y a los demás como laico consagrado del Regnum Christi. «Dios es AMOR», con letras mayúsculas, dice, «y la teología del cuerpo me ha ayudado a integrar profundamente mi vocación en la dinámica de amor y donación de Dios».

Ese «misterio demasiado grande y transformador», como él lo llama, encontró una expresión concreta en 2014, cuando participó por primera vez en un curso de Amor Seguro, una comunidad católica internacional que difunde la Teología del Cuerpo de San Juan Pablo II. Fue en Roma aunque no recuerda con claridad cómo fue que llegó allí cuando participó en uno de los cursos y lo que sí tiene presente es que lo movió a regresar en 2022 a otra experiencia de Amor Seguro: «invitaciones personales de gente a la que aprecio», dice, que también tuvo una experiencia transformadora y muy positiva.

El amor seguro y la Teología del Cuerpo
Crédito de la imagen: Regnum Christi España.

El lenguaje del alma para tiempos digitales

La Teología del Cuerpo — una serie de catequesis pronunciadas por el Papa San Juan Pablo II entre 1979 y 1984 — explora la verdad del cuerpo humano como signo visible del amor invisible de Dios. Para Carlos, esta propuesta no es ni anticuada ni excesivamente teórica. Al contrario: «da una visión fresca y profunda sobre nuestra identidad como hijos de Dios hechos a su imagen y semejanza».

«Es para todos», afirma. «Porque en todas las etapas de la vida estamos llamados a amar». La universalidad de este mensaje es, para él, uno de sus principales atractivos. Cuando alguien duda en acercarse a esta enseñanza por prejuicios ligados a su nombre porque «teología suena a curas, a cosas densas o aburridas», Carlos responde con sencillez: «no se va a arrepentir», y promete que encontrarán allí un camino para «amar más y mejor».

En un mundo que hace de la sexualidad una vivencia efímera, Carlos habla desde una mirada más esperanzada: «cuando una persona busca saciar su sed en estanques pobres y sucios, es fácil atraerlos hacia una fuente de agua viva, siempre y cuando quiera vivir lo que implica».

Castidad que no es negación, sino donación

La objeción habitual que suele escuchar: ¿cómo puede un consagrado, que vive el celibato, hablar de amor, pareja o sexualidad?, Carlos responde diciendo que «cualquier vocación es una llamada a entregarse a alguien (también a Alguien con mayúscula) y una entrega así no se entiende sin un amor real, comprometido, libre, total, fiel y fecundo».

En su vida como consagrado, Carlos no ha huido del mundo, sino que se ha adentrado en él con otra lógica. Una lógica del don. Amor Seguro y la Teología del Cuerpo no le resultan ajenos a su vocación, sino profundamente coherentes con ella. De hecho, es en esa dimensión de entrega donde encuentra el puente entre su vida y las de aquellos que están llamados al matrimonio o que buscan sanar heridas afectivas profundas.

El amor seguro y la Teología del Cuerpo
Carlos Abad, laico consagrado del Regnum Christi.

Por eso no duda en responder con mucha sencillez a temas como el machismo, la violencia doméstica o los tabúes que aún pesan sobre algunas culturas. «Trataría de hacer recordar a las personas, a las que viven esas dificultades, los deseos más profundos de su corazón de amar y ser amado y de ayudarles a actuar en consecuencia», dice. Para él, la sanación comienza cuando uno vuelve a tocar la verdad de su deseo original: el anhelo de amar y ser amado sin miedo, sin usar a los demás como objetos, sin violencia.

Lo que vuelve a llenar el corazón

Cuando se le pregunta por qué vale la pena estudiar la Teología del Cuerpo, Carlos no habla de estadísticas ni de grandes tesis. «Porque al leer y estudiar lo que nos enseña la Teología del Cuerpo, se nos llena el corazón», responde.

Desde su participación en Amor Seguro como laico consagrado, Carlos Abad tiene el compromiso de vivir el amor en una cultura digital marcada por relaciones efímeras. Él está convencido de la necesidad de volver al origen, al diseño original del amor tal y como Dios lo pensó.

Foto de portada: Familia Unida Internacional

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