¿Sigue teniendo la educación el poder de transformar a las personas y a los pueblos? ¿Qué papel puede desempeñar hoy la universidad católica en una sociedad marcada por la fragmentación cultural y la pérdida de sentido? Con estas preguntas de fondo, el Papa León XIV ha querido volver la mirada hacia la raíz misma del proyecto educativo cristiano: una educación que no solo transmite conocimiento, sino que forma en humanidad, integra la fe con la razón y coloca a la persona en el centro del saber. Su mensaje es una invitación a recuperar la vocación original de la enseñanza como servicio al bien común y como camino hacia Dios.
Con ocasión del Jubileo del Mundo Educativo, el Papa Francisco recibió en audiencia a los miembros de la Organización de Universidades Católicas de América Latina y el Caribe (ODUCAL). Ante más de un centenar de representantes de instituciones de educación superior, el Santo Padre los alentó a ser un «centro incomparable de creatividad y de irradiación del saber para el bien de la humanidad» y los exhortó a promover el desarrollo integral de la persona con excelencia, competencia y profesionalidad.
Durante la audiencia, el P. Cipriano Sánchez, L.C., rector de la Universidad Anáhuac México, entregó al Santo Padre una figura de Leonel, la mascota universitaria de la Red de Universidades Anáhuac.
La educación católica, puente entre fe y cultura
El Papa destacó en la audiencia los diversos roles que las universidades católicas desempeñan al servicio de la misión educativa de la Iglesia, subrayando el valor de los lazos de colaboración y afecto que deben caracterizar a la organización. Recordó que la finalidad de esta red de más de cien instituciones es impulsar el progreso de la educación superior católica y servir a la sociedad, creando espacios de encuentro entre fe y cultura para anunciar el Evangelio en el ámbito universitario.
El Papa reiteró que este caminar conjunto refleja la misión con la que nació la universidad en el seno de la Iglesia católica: ser un lugar donde «el esfuerzo conjunto de la inteligencia y de la fe permita a los hombres alcanzar la medida plena de su humanidad». En este sentido, afirmó que la universidad católica sigue siendo uno de los mejores instrumentos de la Iglesia para expresar el amor de Dios por la persona humana.
La Iglesia, motor histórico de la educación en América Latina
El Papa recordó los orígenes de la vida universitaria en América Latina, donde la Iglesia ha sido motor fundamental de la educación. Las primeras universidades del continente — como Santo Domingo, San Marcos de Lima o México — surgieron por iniciativa de obispos, religiosos y misioneros convencidos de que anunciar a Jesucristo, «Camino, Verdad y Vida» (Jn 14,6), es parte integral del mensaje cristiano. En continuidad con esa misión, las universidades católicas actuales están llamadas a convertirse en «itinerarios de la mente hacia Dios», encarnando su identidad católica y promoviendo la formación de inteligencias críticas, corazones creyentes y ciudadanos comprometidos con el bien común.
El Santo Padre concluyó alentando a los representantes de ODUCAL a seguir adelante con creatividad y confianza, sabiendo que la gracia los sostiene en la misión que la Iglesia les confía.
El discurso del Papa León XIV a la ODUCAL se puede leer aquí.
(Crédito de la imagen de portada: Vatican News)


