¿Puede un gesto sencillo dejar una huella imborrable en la vida de un joven? ¿Qué mueve a un adolescente a llevar, a miles de kilómetros, un cuadro para que el Papa lo firme? Esta es la historia de un encuentro inesperado en la Plaza de San Pedro que unió a un joven salvadoreño, al Santo Padre y a un futuro santo, Carlo Acutis, en un momento que quedará grabado para siempre en su memoria.
José Miguel Flores, de 17 años y miembro del Regnum Christi de El Salvador, vivió un momento muy especial: el Santo Padre firmó un cuadro de Carlo Acutis, futuro santo de la Iglesia. La canonización de Carlo tendrá lugar el próximo 7 de septiembre, junto con la del también italiano Pier Giorgio Frassati. El Regnum Christi estará presente en esta celebración para ofrecer información completa sobre este acontecimiento histórico para la Iglesia.
José, ¿por qué decidiste ir a la audiencia con el Papa?
Estaba en Roma participando en el Jubileo de los Jóvenes, organizada por mi colegio, el Highlands International School de San Salvador. Desde hace tiempo tenía la ilusión de llevar un cuadro de Carlo para que el Papa lo firmara y lo bendijera. La obra fue hecha por una artista salvadoreña, y sabía que la audiencia sería la mejor oportunidad para que el Papa lo viera y lo firmara. Fue una experiencia increíble que marcó profundamente mi corazón.
¿Cómo fue ese día de la audiencia general con el Papa?
Nos despertamos a las 5:00 a.m. para llegar a la plaza de San Pedro a las 7:00 a.m. y tener un buen lugar. Asistí acompañado del capellán de mi colegio, el sacerdote legionario de Cristo Joaquín Sainz, junto a otros siete jóvenes y el director del colegio. Ellos me apoyaron y acompañaron durante las seis horas que estuvimos esperando a que concluyera la audiencia. Durante ese tiempo sentí muchas emociones: estaba nervioso, emocionado, cansado… pero, sobre todo, orando mucho. Quería que Carlo me acompañara en ese momento y confiaba en que, si Dios lo quería, se iba a dar que el Papa viera la obra.
Al final de la audiencia, después de que el Papa saludó a los invitados especiales y a los recién casados, al momento de retirarse en el papamóvil, las porras de los peregrinos llamaron su atención. En ese momento, se detuvo y vio la obra. Le pidió a una persona de su equipo de seguridad que la acercara, la tomó, la firmó y, con ojos de cariño, me regaló uno de los momentos más increíbles y esperados de mi vida. Para mí, esta firma no solo es un recuerdo personal, sino una oportunidad para que más jóvenes conozcan la vida de Carlo, se inspiren en su ejemplo y se animen a buscar la santidad. Espero poder llevar esta historia a otros y que sirva para acercarnos más a Jesús.
¿Quién es Carlo Acutis para ti y por qué le tienes tanta devoción?
Hace dos años llevaron a mi colegio una reliquia de primer grado del beato Carlo Acutis. Fue ahí donde conocí más sobre su vida, su testimonio y su amor por la Eucaristía. Desde entonces, Carlo se volvió un modelo para mí. Su forma de vivir la fe como joven, con alegría, con un hábil manejo del internet y la coherencia, me inspiró a acercarme más a Jesús.
¿Cómo te ayuda Acutis a acercarte más a Dios?
Carlo me enseña a no tener miedo de hablar de Dios, a ponerlo en el centro de mi vida. Gracias a él, trato de vivir en gracia y valorar verdaderamente el gran milagro que ocurre en la Eucaristía. Como él decía: «La Eucaristía es mi autopista al cielo». Ojalá tras su canonización más jóvenes conozcan a Carlo y se animen a vivir como él: con los ojos puestos en Jesús.
¿Cómo podemos imitar a este futuro santo en nuestra vida ordinaria?
Imitar a Carlo, para mí, es aprender a vivir como «originales» y no como «copias» de lo que el mundo dice que deberíamos ser, sino con la libertad y la valentía de vivir como Dios nos creó. Podemos imitarlo amando la Eucaristía, haciendo el bien en lo pequeño y siendo coherentes con nuestra fe. Carlo nos enseña que ser santo no es aburrido, es vivir la vida con sentido, con pasión y con el corazón en el cielo.
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