Mientras el Papa León XIV multiplica las referencias a san Agustín, algunos se preguntan: ¿por qué releer a estos maestros del pasado? Para verlo con más claridad, Céline Cochin, consagrada del Regnum Christi e iniciadora de unos cursos que proponen adentrarse en el pensamiento medieval con método y entusiasmo. Los cursos están disponibles es francés, italiano y español.
¿Por qué releer a los pensadores medievales hoy?
La actualidad de un Papa agustino se presenta como una ocasión para hacerlo. Esto despierta en algunos la curiosidad y el deseo de saber más.
A los jóvenes, el Papa propone la figura de san Agustín para ilustrar el deseo humano profundo de encontrar un verdadero amigo y un sentido a la vida (Vigilia con los jóvenes, 2 de agosto de 2025 en Tor Vergata). A la Federación Internacional de Universidades Católicas, reunida en Guadalajara (México) del 28 de julio al 1° de agosto, el Papa expresó su deseo de que sea Cristo-Sabiduría quien oriente el trabajo intelectual y educativo, haciendo referencia en su mensaje a san Agustín, san Buenaventura y santo Tomás de Aquino. Existe una verdadera necesidad de profundidad y serenidad, de tomar distancia frente a los debates, de huir del «catastrofismo», de reflexionar más, de no opinar sin fundamento ni repetir ideas hechas, de conocer y analizar las reflexiones ya elaboradas con rigor, de aprender a discernir.
En estos autores podemos encontrar una gran exigencia intelectual y espiritual, las preguntas existenciales de siempre, una visión integral de la existencia e inspiración para afrontar los desafíos actuales.
¿Por qué la creación de cursos para leer a los pensadores medievales?
Me gustaría hacer un trabajo de divulgación en este ámbito. Este período es una riqueza poco conocida, poco frecuentada, de la que pocas personas se benefician. Me parece una lástima y deseo ponerla al alcance de todos los que lo deseen.
¿Cuál fue tu primer contacto personal con estos autores? ¿Hubo un texto que te marcara al punto de cambiar tu forma de ver el mundo?
Seguí cursos de filosofía, porque tenía la oportunidad de estudiarla y pensaba que eso me ayudaría a profundizar en mi vocación. De hecho, la filosofía fue la que después siempre me persiguió. Me llevaron a enseñar en países y contextos diferentes. Mi tesis doctoral fue sobre Tomás de Aquino, con dos excelentes medievalistas, Ruedi Imbach y Carmelo Pandolfi, que compartieron conmigo su entusiasmo. Cuando defendí mi tesis en marzo de 2010, el Papa Benedicto XVI había dedicado tres audiencias generales de los miércoles a san Buenaventura. Esas audiencias me impactaron mucho. En la segunda, cuando el Santo Padre habló en francés, invitó a los francófonos presentes, especialmente a los directores espirituales, a leer los libros espirituales de san Buenaventura. Eso hice, y me enriqueció muchísimo. Descubrí allí una gran afectividad unida a la investigación intelectual y a la contemplación fervorosa. ¡Nació una gran amistad! Sin perder la amistad con santo Tomás de Aquino, y con san Agustín que ya tenía antes…
¿Por qué crees que la Edad Media sigue siendo incomprendida hoy?
Sí, a menudo se ignora, se desprecia, se caricaturiza o se romantiza. No se leen directamente los textos. Se habla fácilmente de los autores sin haberlos leído. Se leen introducciones, explicaciones de expertos, pero no se va a la fuente. Eso es lo que quiero fomentar en mis cursos. Invitar a los participantes a leer simplemente la obra completa, juntos. Así podemos resolver dudas, preguntas, dejarnos interpelar e inspirar por los textos, debatir.
¿Qué pueden aportarnos san Agustín, santo Tomás de Aquino o san Buenaventura para responder a los desafíos actuales?
No una respuesta prefabricada, sino una actitud: perspectiva, discernimiento, profundidad, serenidad, buenas decisiones, mucha humanidad; no pensar solos, sino en presencia de Dios, con Dios y en unión con Él.
¿Cómo pueden ayudar estos pensadores medievales a un joven cristiano a afrontar la crisis de sentido contemporánea?
Los jóvenes — y los no tan jóvenes — pueden encontrar en estas lecturas amigos, compañeros de camino, consejos para elevar la mirada, para formarse una visión unitaria y amplia de las cosas, descubrir un horizonte, un aprendizaje del pensamiento riguroso, virtudes, una educación de los afectos, inspiración, serenidad.
¿Dirías que releer a estos autores es también una forma de evangelizar la inteligencia?
Sí, lo creo. Estos autores nos revelan nuestra ignorancia de las Escrituras. Hacen referencias constantes a los textos bíblicos, tanto del Nuevo como del Antiguo Testamento. Nos muestran cómo pensar con Cristo-Sabiduría (como nos invitó el Papa León XIV en su mensaje a la Federación Internacional de Universidades Católicas).
Leer estos textos puede asustar: son densos… ¿Cómo hacen sus cursos para volverlos accesibles?
Leemos simplemente un libro en su integridad. En la primera sesión presento al autor y la obra, y cada participante se compromete a leer el capítulo que comentaremos juntos en la siguiente sesión. Los cursos son un intercambio amistoso, cada uno puede hacer preguntas, compartir reflexiones. No se necesita ningún requisito previo ni habrá examen.
¿A quién se dirigen estas formaciones: estudiantes, apasionados de filosofía, catequistas…?
A todos los que lo deseen. Esa es la flexibilidad que permite Internet, ya que los cursos son en línea. Están abiertos a expertos, apasionados, aficionados, simples curiosos; a jóvenes, profesionales, a jubilados; a personas postradas en la cama o sin movilidad; a creyentes o no creyentes. La diversidad es lo que enriquece los intercambios. Cada uno se inscribirá con expectativas distintas y los cursos se adaptan a los oyentes y a su búsqueda personal.
¿Cómo dar el primer paso para entrar en este universo?
¡Atreverse a probar! Cuando a uno le gusta la música, puede enriquecerse con distintos estilos. Algunos nunca han escuchado música clásica u ópera; tal vez necesiten un aliciente o una breve introducción para animarse a probar y poder apreciarla. Con la lectura ocurre lo mismo. Espero poder introducir en este universo… y sobre todo transmitir el gusto.
La presente entrevista es una traducción de: Redécouvrir les trésors du Moyen Âge
