El P. Fernando Pascual, sacerdote español de los Legionarios de Cristo, lleva más de tres décadas enseñando filosofía y bioética en Roma. Su trabajo se desarrolla en el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum, donde forma a futuros sacerdotes y religiosos llegados de distintos países. Gran parte del año lo pasa entre aulas, libros y momentos de encuentro con quienes se preparan para servir a la Iglesia. Su experiencia muestra cómo también desde la docencia se puede evangelizar y acompañar a otros en el camino de la fe.
Una vocación sirviendo desde la enseñanza
Para el P. Fernando Pascual, L.C. ser sacerdote y profesor no son caminos paralelos, sino una misma ruta de entrega al servicio de los demás. A través de la enseñanza, participa en lo que el Papa Benedicto XVI denominó la «diaconía de la verdad», una expresión que define bien la misión que asume cada día al frente de sus clases. No se trata solo de transmitir conocimientos, sino de acompañar a los estudiantes hacia esa verdad, con paciencia, rigor y claridad.
La historia de su apostolado docente comenzó temprano. Fue ordenado sacerdote en 1994, y ya al año siguiente estaba culminando su doctorado, listo para dedicarse plenamente a la docencia. Aunque ya había impartido clases en seminarios antes de ser ordenado sacerdote, fue al terminar su doctorado, en 1995, cuando comenzó «a pleno ritmo, la vida como profesor», a dedicarse a la docencia de forma continua.
Aun así, aprovecha otras formas de presencia pastoral. Su visión del apostolado incluye otras actividades pastorales que lo ponen en contacto directo con las personas, porque como él mismo reconoce, se trata también de «ir al fondo del misterio de Cristo que salva y acompaña al hermano» no solo en los pasillos universitarios.
Más allá del aula
La experiencia pastoral del P. Fernando Pascual, L.C. no se reduce al aula de clases. A lo largo de los años ha tenido la oportunidad de colaborar en parroquias, ha confesado en colegios, ha participado en misiones populares en Italia y México, y también ha prestado ayuda en hospitales. Es ese llamado propio de encontrar a Dios en las distintas realidades del mundo.
Uno de sus apostolados más duraderos ha sido el de escribir. Desde el año 2000 colabora regularmente con el portal Catholic.net, además de haber publicado múltiples libros sobre bioética, filosofía, espiritualidad y temas de actualidad. Para el padre, se trata del «apostolado de la pluma», una herramienta también para tocar corazones, formar criterios y abrir ventanas hacia el amor y la verdad.
Una mirada crítica y fiel a la formación de hoy
En la formación académica de seminaristas y religiosos, hay algo que el P. Fernando valora mucho: los pequeños grupos de estudio. Allí, en seminarios centrados en el análisis de textos filosóficos, especialmente de Platón y Aristóteles, ha encontrado la posibilidad de un diálogo más personal y profundo con sus alumnos. Esos espacios permiten cultivar el pensamiento crítico, fomentar el rigor intelectual y acompañar de cerca el crecimiento humano y espiritual.
Sin embargo, también reconoce los desafíos que persisten en la formación actual: «aprender a pensar de manera autónoma, adquirir rigor intelectual, promover una actitud crítica ante ideas del mundo que se difunden y que penetran también en ambientes de la Iglesia». Es una labor donde no basta solo con repetir fórmulas o seguir corrientes: se requiere un compromiso con la verdad que sea exigente y, al mismo tiempo, esperanzado.
La diversidad cultural y eclesial de sus estudiantes, propia de una institución internacional como el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum, lejos de ser un obstáculo, ha sido un elemento enriquecedor. Si bien a veces se presentan dificultades con el idioma en los primeros meses, los alumnos suelen adaptarse rápidamente, «suelen entrar luego en el ritmo del estudio y encuentran acceso a material de estudio en sus diferentes idiomas», comenta el P. Fernando.
Enseñar y evangelizar
A quienes se lo piensan dos veces o temen que enseñar signifique alejarse del contacto directo con las personas, el P. Fernando les ofrece otra perspectiva: ver «el apostolado de la enseñanza como un camino no para alejarse, sino para acercarse a la gente, precisamente al enseñar a otros a conocer su fe, a pensar con una buena filosofía, a descubrir los tesoros presentes en grandes autores del pasado y de nuestro tiempo». Enseñar no es retirarse de las personas, sino acercarse a ellas de otro modo. Las clases también son un lugar de encuentro, donde se puede ayudar a descubrir el sentido profundo de la vida, de la fe y del ser humano. El conocimiento bien orientado puede convertirse en un puente hacia Dios.
Estas experiencias no solo enriquecen al profesor, sino que también alimentan su investigación, anclan su pensamiento en la realidad concreta y lo salvan del peligro del aislamiento académico: «También aconsejaría que aproveche aquellas oportunidades que surjan para poder desarrollar apostolados directos con las personas, pues eso no “quita” tiempo para la investigación, sino que permite orientarla de modo que los problemas de la gente estén siempre ante nuestros ojos», añade.
Una siembra silenciosa, pero fecunda
Más allá del resultado visible, al P. Fernando le complace saber que ha sembrado bien el conocimiento en sus alumnos, para que «sean buenos discípulos del Señor, que vivan su vocación con generosidad y que ayuden a otros a encontrarse con el amor de Dios». Ese vendría siendo uno de los criterios con los que mide el valor de su trabajo.
Desde un aula en Roma, el P. Fernando ha dedicado una buena parte de su ministerio sacerdotal a formar mentes y corazones, teniendo en cuenta que una profunda transformación también comienza desde la sencillez de un aula. Y que, como en toda buena siembra, el fruto llegará a su tiempo.
El P. Fernando, además de ser profesor, es director de Ecclesia – Revista de cultura católica. Ha publicado los siguientes volúmenes, entre otros: Abrir ventanas al amor (2000); La vida como don (2002); Modelli di bioetica (2005); El amor como aventura (2007); Valores, bioética y vida social (2009); Un nuevo comienzo. Meditaciones diarias para Adviento y Navidad (2012); San Agustín, buscador en compañía (2018); Meditaciones en camino (2018); Modelli di bioetica 2 (2024); Meditaciones en camino 2 (2025).
