Vicente Martínez-Parente tiene 36 años, de los cuales lleva 17 años como Laico Consagrado del Regnum Christi. Nació en la Ciudad de México y actualmente vive su vocación estudiando Teología en la Universidad de San Dámaso, en Madrid, además de ser parte del equipo auxiliar del ECYD en Highlands School El Encinar. Ha llegado de Chile, donde estuvo 6 años trabajando también con adolescentes como director del ECYD en Santiago. Sobre la importancia de la formación nos explica que “los consagrados del Regnum Christi, al poner nuestra vida al servicio de Dios, lo hacemos buscado capacitarnos con la más alta preparación posible en las ciencias del mundo para ser los apóstoles que la Iglesia necesita”.
¿Cómo conociste la vida consagrada del Regnum Christi? ¿Cuántos años llevas consagrado?
Vicente: Cuando era pequeño estudié en un colegio del Regnum Christi en el Sur de la Ciudad de México y conocí por primera vez a los laicos consagrados, a los 15 años, porque me invitaron a participar en unas misiones de Semana Santa. Nunca pensé que Dios me llamaría años más tarde a entregarle mi vida por este camino y lo que empezó por un simple apostolado en el que yo iba a llevar a Cristo a personas muy pobres de la sierra de Veracruz, en México, se convirtió en un estilo de vida en el que ya he cumplido 17 años consagrado al Señor.
¿Qué estudios civiles has hecho? ¿Por qué los consagrados estudian carreras civiles?
Vicente: Hasta el momento he terminado dos carreras y una maestría. Comencé estudiando el grado de Ingeniería Industrial en la Universidad Anáhuac de México, después realicé el grado de Ciencias Religiosas en el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum de Roma y hace unos años terminé la maestría en Alta Dirección de Empresas MBA, por la Universidad Anáhuac México.
Los consagrados, al poner nuestra vida al servicio de Dios, lo hacemos buscado capacitarnos con la más alta preparación posible en las ciencias del mundo para ser los apóstoles que la Iglesia necesita y llevar a Cristo a todas las personas transformando el mundo según el Evangelio, ordenando todas las realidades temporales según Dios.
¿Cómo se puede distinguir una vocación a la vida laical consagrada masculina de una vocación al sacerdocio?
Vicente: Toda vocación es una llamada muy especial y muy personal de Dios que cada uno debe descubrir y que Dios revela de manera diferente según las circunstancias y forma de ser de cada uno. Cuando Dios me llamó a los 12 años, pensé que Dios quería que siguiera el camino del sacerdocio, pero más tarde, cuando conocí a los consagrados fui descubriendo que es esta vocación a la que Dios me llama y para la que me ha pensado desde antes de existir.
Es fascinante saber que Dios tiene un plan para cada persona, eso me habla de un amor muy grande que Él nos tiene a cada uno como hijos, un amor infinito, individual, personalizado y que lo único que quiere es que seamos muy felices.
Los adolescentes del ECYD y jóvenes del Regnum Christi a los que has conocido en Madrid ya, ¿saben que existe la vocación de Laico Consagrado en el Regnum Christi?
Vicente: Muchos adolescentes con los que tengo contacto en el ECYD no habían conocido a ningún consagrado antes de mí, hay otros adolescentes y jóvenes del Regnum Christi que incluso los he conocido como colaboradores en otros países y que ya han podido conocer la vocación de los laicos consagrados, pero hay que saber que esta es una vocación muy nueva en la Iglesia que está comenzando a ser conocida y que al ser un proyecto de Dios está llamada a hacer mucho bien en la Iglesia y el mundo.
¿En tu caso cómo fue esa llamada? ¿Cómo te habló el Señor? ¿Hubo algo especial que te llamara la atención de los laicos consagrados que conocías?¿A qué te llamaba el Señor?
Vicente: Mi llamada fue a los 12 años en un retiro que hice con mis amigos en el seminario menor de los Legionarios de Cristo, en México. Al inicio pensé que Dios me llamaba al sacerdocio, pero con el tiempo fui descubriendo que Dios me quería como laico consagrado para toda la vida.
Recuerdo el ejemplo de un laico consagrado que siendo rector de la Universidad Anáhuac, en el sur en la ciudad de México, se hizo amigo de un empresario que no quería saber nada de los sacerdotes y estaba lejos de la Iglesia. Este consagrado, con una preparación académica admirable logró hacerse amigo de este empresario por sus estudios universitarios y su trabajo en la Universidad hasta el punto de llevarle a Cristo a través de su amistad. Cuando escuchaba esta historia, resonaba fuertemente en mi corazón un deseo que Dios ya había puesto en mí, y que veía reflejado en los laicos consagrados.
¿Cómo puede un joven descubrir que el Señor le llama a ser laico y vivir consagrado a Él?
Vicente: Hay muchas maneras en que Dios habla y lo más importante es tener la actitud de escuchar y estar abierto a lo que Él pida sabiendo que es un Padre y yo soy su hijo amado.
Muy concretamente: a mí me ayudó tener un director espiritual, una persona a la que yo pedía consejo y que me acompañó durante muchos años de mi vida para tomar la mejor decisión en mi seguimiento de Cristo.
¿Te costó mucho acoger este regalo de Dios? ¿Recuerdas el momento?
Vicente: Seguir a Cristo implica renuncias muy fuertes, recuerdo muy bien los meses antes de hacer mi consagración definitiva y pensaba en mis amigos, mi familia, la vida a la que estaba renunciando por seguir a Cristo, todos los proyectos personales, casarme y formar una familia o esa entrega incondicional de mi libertad, pero puedo decir que Cristo vale la pena y Él no quita nada, lo da todo.
Has venido a España a estudiar Teología. ¿Y por qué un laico tiene que estudiar Teología?, ¿no es algo de sacerdotes? ¿Qué tal en San Dámaso? En tu clase hay compañeros de muchas realidades eclesiales, y también laicos y consagradas del Regnum Christi. ¿Qué tal la experiencia? ¿Cómo es eso de estudiar a esta edad?
Vicente: Llegué a España hace un par de meses para estudiar Teología y está siendo uno de los regalos más grandes que Dios me ha hecho en mi vida.
Estudiar Teología es algo muy propio de cualquier laico que quiere vivir su vida cristiana a fondo, en realidad todos los católicos estudiamos a Dios a lo largo de nuestra vida, es necesario conocer el Evangelio, la Escritura, para rezar y vivir nuestra fe.
Me he llevado una sorpresa muy grande porque en San Dámaso me he encontrado no solamente con seminaristas de varias congregaciones y nacionalidades, sino también con hombres y mujeres casados, solteros, de todas las edades, pertenecientes a distintos movimientos que son una esperanza muy grande para la Iglesia. También, dentro de los mejores profesores que hay en la universidad, hay sacerdotes y laicos no consagrados.
¿Por qué en Madrid y no en Roma, en el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum?
Vicente: Es cierto que en Roma están las mejores universidades del mundo para realizar estudios en Filosofía y Teología, sin embargo, fui destinado a Madrid porque además de estudiar estoy colaborando en la formación espiritual y humana de adolescentes en el ECYD de la sección del Highlands School Encinar.
¿Has podido pasear por Madrid? Recomiéndanos un sitio que hayas conocido y al que quieras volver
Vicente: Uno de los lugares más especiales para mí es la Plaza Oriente porque recuerdo que hace unos años cuando vine a visitar a uno de mis mejores amigos de México que estaba haciendo un doctorado en la Complutense, comí con él en un restaurante con vista al Palacio Real y terminamos el día haciendo una visita a la Virgen en la Catedral. Los lugares para mí son importantes cuando hay amistades que me hacen recordarlos y les dan un valor más grande que cualquier otro que puedan tener.
En tu vida en Madrid, ¿estás involucrado en la vida apostólica del Regnum Christi? ¿Qué haces exactamente? ¿Qué retos y oportunidades ves?
Vicente: La mayor parte de mi tiempo lo dedico a estudiar, pero algunas horas a la semana ayudo a los adolescentes en el Highlands School Encinar con algunas actividades del ECYD. Estoy convencido que los jóvenes son el futuro de la Iglesia y que en ellos está la esperanza de nuestro mundo.
Sois varios jóvenes en la comunidad de laicos consagrados en España: ¿Cómo es vivir en esa familia? ¿Puede un chico pasar unos días con vosotros para saber lo que es?
Vicente: Somos seis laicos consagrados de distintas edades viviendo en Madrid. Yo diría que la vida en comunidad es una vida al estilo de cualquier familia en la que cada uno aporta su personalidad, y es muy enriquecedor a la vez que tiene su parte difícil de adaptación y de aprender a trabajar en equipo. También es muy importante vivir en comunidad porque es el lugar en donde podemos apoyarnos unos a otros, encontrarnos con Dios, rezar juntos y compartir las cosas materiales y espirituales.
Conozco a muchos chicos que han hecho la experiencia de vivir con nosotros en varias de nuestras casas, puedo contar que en Chile los últimos seis años que viví allá hubo varios jóvenes que pasaron un tiempo con nosotros y que hoy son muy buenos amigos míos, alguno de ellos ahora está siguiendo el camino de la vida consagrada en el Regnum Christi y la mayoría recuerda la experiencia con mucho cariño y ha sido algo que lo ha hecho crecer mucho en todos los ámbitos de su vida.
¿Tú acompañas espiritualmente a otros? ¿Sabes ayudar a otros que están perdidos y buscan a Dios, o que ya lo han encontrado y quieren tener una relación más cercana con Él?
Vicente: En mis años de consagración a Dios he ayudado a muchas personas a acercarse a Dios a través de conferencias, retiros y otras actividades. Me he especializado, sobre todo, en acompañar espiritualmente a los adolescentes y soy testigo de la acción de Dios en muchas personas que se han dejado tocar por Él y esto me arranca del corazón un agradecimiento enorme por presenciar la obra de Dios.
Pim, pam, pum
El pasado: Dios siempre presente
El presente: Descubrir a Dios
El futuro: Esperanza
Los otros: Mis hermanos
Chile: La mejor experiencia
Laico: En el mundo
Comunión: el Regnum Christi
Legionario de Cristo: Mi hermano en la misión
Consagrada: amiga y hermana
Laico consagrado: vocación al amor
Jesús: el laico consagrado de su tiempo
Hermanos: Pablo, Mónica, Luis Miguel
Amistad: La mejor forma de acercarme a Dios
Mascotas: Golden Retriever
Fidelidad: Alianza
Madrugar: 6:00 a.m.
ECYD: Donde Cristo me formó
Trabajo: Ser apóstol
Iglesia: mi familia
Sufrimiento: ley de vida
Vida: Eucaristía
Apostolado: Un estilo de vida
Una canción: So will I – Hill Song
Un libro: El hombre en busca de Sentido
Tu número favorito de los Estatutos del Regnum Christi: el número 8
Tu número favorito de las Constituciones de los laicos Consagrados: el número 5
Tu santo favorito: San Pablo