La Iglesia católica en Francia involucró a cientos de jóvenes en un programa misionero para acompañar los Juegos Olímpicos y Paralímpicos. Este programa acompañaba igualmente a los deportistas de alto rendimiento que ejercen un gran liderazgo en nuestra cultura. El Regnum Christi se hizo presente a través de la parroquia Notre-Dame de Boulogne, a cargo de un legionario de Cristo.
En el verano de 2024, el mundo siguió de cerca los Juegos Olímpicos y Paralímpicos que se celebraron en París, Francia, del 26 de julio al 11 de agosto (olímpicos) y del 28 de agosto al 8 de septiembre (paralímpicos). Conforme a su misión de pastores de la Iglesia de ser luz de las naciones, los obispos católicos franceses aprovecharon este evento internacional con la propuesta de un programa de asesoría espiritual e impulso misionero al que llamaron «Holy Games».
Bajo el liderazgo de la diócesis de París, la Iglesia movilizó a los jóvenes católicos de todo el país a desarrollar unas misiones en varias parroquias de las zonas olímpicas de la capital francesa. Bajo este esquema, fue seleccionada la parroquia Notre-Dame de Boulogne, cercana de Roland-Garros y del Parc de Princes, estadio del célebre PSG y donde el P. Rogelio Villegas, L.C., es el párroco. El P. Rogelio fue nombrado coordinador diocesano de Holy Games para la diócesis de Nanterre, donde se encontraba un buen número de las instalaciones olímpicas.
Este programa contribuyó al diálogo entre los diversos países y sus culturas, presentando el patrimonio cultural cristiano del país anfitrión y recordando que el deporte es también un lugar de encuentro con Cristo. Eso se fue verificando con testimonios y ante varios medios de comunicación. Yemisi Ogunleye, lanzadora de peso para Alemania, evangélica; Novak Djokovic, tenista ortodoxo; Cyréna Samba-Mayela, medalla de plata del 100m vallas para Francia, católica, y tantos más.
Ellos mostraron abiertamente su fe en Cristo como sostén en el alto desafío de la perseverancia. Cabe resaltar que el 4 de agosto, los padres Rogelio Villegas, L.C. y Aaron Robles L.C., participaron en el encuentro interreligioso celebrado en el atrio de Notre-Dame de París.
Previo a la inauguración de los Juegos Olímpicos, el 24 de julio, se celebró la misa de la “tregua olímpica” en la basílica de la Madeleine, en presencia de las autoridades civiles y del presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, así como de representantes de diversos países.
Durante estos días dedicados al deporte olímpico, se reunieron un total de 2.300 jóvenes repartidos en grupos de entre 20 y 30 misioneros. Por grupos de 10 a 15 jóvenes, los misioneros proponían eventos lúdicos en las plazas públicas, invitaban a entrar en las iglesias y daban vida a las ceremonias litúrgicas dentro de ellas. El propósito de la conferencia episcopal francesa fue dar seguimiento misionero a los frutos del verano previo, de la Jornada Mundial de la Juventud que se llevó a cabo en Lisboa, Portugal, e impulsar la pastoral del acompañamiento de los líderes deportivos.
Entre los eventos que involucraron a la parroquia de Notre-Dame se tuvo un encuentro con deportistas y sus delegaciones. El 6 de septiembre, un grupo de voluntarios acompañó a las personas con capacidades diferentes al estadio Roland-Garros en el marco de la “Route Extraordinaire” de Holy Games. La misa de este día fue presidida por el obispo de Nanterre, Mgr. Matthieu Rougé. La jornada siguió en el estadio de Roland Garros, en el cual acogió el torneo de “handi-tenis”.
Este programa misionero puso al Regnum Christi en el corazón mismo de un trabajo pastoral con líderes deportivos que buscan ser atendidos o sostenidos en su vocación cristiana de ser testigos de su fe en el mundo deportivo.
(El presente artículo es una adaptación de “Accompagner spirituellement les Jeux olympiques et paralympiques”)