Horacio Gómez (territorio de Norteamérica)
Horacio nació y creció en la ciudad de Guadalajara, México. De pequeño asistió a una escuela dirigida por el Regnum Christi y ahí se unió al ECYD. Se asoció al Regnum Christi en 1996 y ofreció un año de voluntariado como colaborador del Regnum Christi en Madrid, España. Está casado con Luisa y tiene cuatro hijos pequeños. Como miembro de Regnum Christi, ayudó en la fundación de los primeros clubes del ECYD en Guadalajara, ha sido responsable de equipo, director de sección y director local de Regnum Christi en Dallas, Estados Unidos. Actualmente forma parte del consejo de la plenaria del territorio de Norteamérica, apoyando iniciativas como el plan de evangelización de liderazgo. Durante los últimos 10 años, ha estado a cargo de diferentes apostolados como Minuto Mariano y Pasos Marianos a través del Centro Mariano de Dallas. Fue elegido en la Convención General de 2024 para asistir a la Plenaria General del Regnum Christi.
Horacio, estás en el Regnum Christi desde 1996. ¿Cómo definirías este recorrido hasta el día de hoy?
El Regnum Christi ha sido un regalo, un tesoro que sigo descubriendo desde el ECYD. Un carisma que me ha permitido conocer cada día más a Dios y que ha motivado y permitido crecer en mi fe y mi amor a la Iglesia y a la Virgen María. Un carisma que ha moldeado mi estilo de vida y mis decisiones. Un recorrido en el cual he aprendido que dando es cuando uno recibe. Y que Dios espera que multipliquemos nuestros talentos recibidos. Este recorrido ha sido acompañado de una gran familia de grandes amistades, padres y madres espirituales, guías y testimonios que han aportado y marcado mi vida con muchas bendiciones.
Fuiste uno de los laicos que participó como delegado en la Convención General, ¿cómo viviste estos momentos?
Con mucha gratitud por el camino recorrido en la renovación y en la preparación a la convención que empezó a nivel local, luego territorial y que concluyó a nivel global. No cabe duda de que el Espíritu Santo guio este proceso y siempre te deja sorprendido. En la Convención se vivió un gran espíritu de familia con caridad, esperanza y un deseo muy grande de evangelizar. Personalmente fue renovante ver la calidad de personas comprometidas que tenemos en nuestra familia del Regnum Christi y el potencial de lo que se puede lograr si nos dejamos guiar por Cristo aprovechando y sacando jugo a todo lo que hemos recibido.
El documento final de la Convención tiene, entre sus puntos de trabajo, pasar a una pastoral para los cruces de caminos, ¿cómo ves que se pueda ir aplicando esta visión en Norteamérica?
Se me viene al a mente la evangelización que siguió la aparición de la Virgen de Guadalupe con su perfecta inculturación donde con amor maternal pudo transmitir el mensaje del verdadero Dios respetando su idioma, cultura, la situación en la que se encontraba la gente, sus necesidades, dificultades y miedos. Vivimos en un mundo muy polarizado e indiferente a las necesidades. Se puede ir aplicando esta visión a través de los ojos de Cristo, ver con misericordia a los que no conocen el amor de Dios y creativamente, en su idioma, con respeto, encontrar estos cruces como oportunidades de transmitir el evangelio.
Actualmente, en el territorio apoyas la iniciativa “La guía para el discernimiento”, ¿qué iniciativas ves o sugerirías para trabajar en el Regnum Christi el tema de la plenitud vocacional?
La convención general empezó en un 29 de abril, día que se recuerda a Santa Catalina de Siena que dijo: “Si somos lo que debemos ser, prenderemos fuego al mundo entero”. Lema muy apropiado en la plenitud vocacional. Propongo unir fuerzas en nuestra familia espiritual (Laicos y Consagrados) compartiendo una visión atractiva, positiva de los diferentes tipos de “vocaciones al amor”. Legionarios de Cristo, Consagradas del Regnum Christi y Laicos Consagrados del Regnum Christi promoviendo el matrimonio y la familia, y los laicos asociados promoviendo la vida consagrada. Creando una cultura vocacional donde se le da la importancia y prioridad al discernimiento, donde rezamos intencionalmente por las vocaciones, donde se ofrecen los medios y se motiva a todos a no tener miedo.