Santos Cristóbal Magallanes y compañeros mártires
H. Julián Álvarez, L.C.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Dame, Jesús, la gracia de abrirte mi corazón para escuchar tu voz y querer y abrazar aquello que Tú quieras para mí.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Juan 16, 16-20
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Dentro de poco tiempo ya no me verán; y dentro de otro poco me volverán a ver”. Algunos de sus discípulos se preguntaban unos a otros: “¿Qué querrá decir con eso de que: ‘Dentro de poco tiempo ya no me verán, y dentro de otro poco me volverán a ver’, y con eso de que: ‘Me voy al Padre’?” Y se decían: “¿Qué significa ese ‘un poco’? No entendemos lo que quiere decir”.
Jesús comprendió que querían preguntarle algo y les dijo: “Están confundidos porque les he dicho: ‘Dentro de poco tiempo ya no me verán y dentro de otro poco me volverán a ver’. Les aseguro que ustedes llorarán y se entristecerán, mientras el mundo se alegrará. Ustedes estarán tristes, pero su tristeza se transformará en alegría”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Recuerdo que hace un año estaba tomando clases de pintura, estaba aprendiendo a pintar retratos con una artista en Estados Unidos. Fue un curso intenso de tres días, desde las nueve de la mañana hasta las seis de la tarde. Uno de mis defectos, o a veces una de mis virtudes, es que pregunto mucho. Los demás pintores que estaban aprendiendo generalmente guardaban silencio y solo veían. Cuando estaba haciendo las preguntas a la artista, veía que los demás seguían atentamente la conversación, pues se reían o hacían gestos y de pronto aplicaban las técnicas que me iba diciendo la artista cada que le preguntaba, sin embargo, no entendía por qué no se atrevían a preguntar tanto como yo…
¿Por qué les cuento esto? Porque hoy el Evangelio nos presenta la misma situación. Los discípulos no entendían lo que Jesús estaba diciendo, pero no preguntaban. Acuérdate de este principio: si quieres una respuesta, haz una pregunta.
¿Te ha pasado que no entiendes algo de la fe? ¿Algún problema? ¿Alguna dificultad? Pregúntale a Jesús y verás que hay una respuesta.
«Ayudar a un joven o a una joven a elegir la vocación de su vida, ya sea como laico, laica, sacerdote o religiosa, es ayudar a asegurar que encuentre el diálogo con el Señor. Que aprenda a preguntarle al Señor: “¿Qué quieres de mí?” Esto es importante, no es una convicción intelectual, no: la elección de una vocación debe nacer del diálogo con el Señor, cualquiera que sea la vocación. El Señor me inspira a seguir una vida así, a lo largo de este camino. Y eso significa un buen trabajo para vosotros: ayudar al diálogo. Se entiende que si no dialogáis con el Señor, será bastante difícil enseñar a otros a hablar. Diálogo con el Señor.» (Audiencia de S.S. Francisco, 6 de junio de 2019).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Pausar unos cinco o diez minutos preguntando a Jesús aquello que no entiendo.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.