Regnum Christi Internacional

Jueves 26 de mayo de 2022 – Estarán tristes, pero su tristeza se convertirá en alegría

El vino nuevo va en odres nuevos

David Mauricio Sánchez Mejía, LC

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Gracias, Señor, por tu muerte y tu resurrección, porque así le das sentido a mis sufrimientos y alegrías. Gracias, Señor, por dejarme la Eucaristía, porque así me sostienes en el camino que me llevará a ti para siempre.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Juan 16, 16-20

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Dentro de poco tiempo ya no me verán; y dentro de otro poco me volverán a ver”. Algunos de sus discípulos se preguntaban unos a otros: “¿Qué querrá decir con eso de que: ‘Dentro de poco tiempo ya no me verán, y dentro de otro poco me volverán a ver’, y con eso de que: ‘Me voy al Padre’?” Y se decían: “¿Qué significa ese ‘un poco’? No entendemos lo que quiere decir”. Jesús comprendió que querían preguntarle algo y les dijo: “Están confundidos porque les he dicho: ‘Dentro de poco tiempo ya no me verán y dentro de otro poco me volverán a ver’. Les aseguro que ustedes llorarán y se entristecerán, mientras el mundo se alegrará. Ustedes estarán tristes, pero su tristeza se transformará en alegría”.

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Jesús sabe que no entendemos muchas cosas y que sufrimos por ello. No nos explicamos cómo puede existir la muerte, el sufrimiento, la traición, mientras existe un Dios bueno que se preocupa por nosotros. No todo parece tener sentido, y sin embargo, Dios nos promete que nuestra tristeza se convertirá en alegría. ¿Cómo puede ser esto?

El mismo Jesús, siendo verdadero hombre, sintió la angustia de enfrentarse a una prueba que hubiera preferido evitar: «si es posible que pase de mi este cáliz…», o en la misma cruz cuando exclamaba al Padre: «¿por qué me has abandonado?»; aun así, confía, aun así, ama.

Jesús es Dios y, como tal, sabe cómo va a terminar todo lo que hace, pero sufre, y sufriendo comparte nuestro sufrimiento. Se hace más cercano a nosotros y nos enseña que sólo la confianza y el amor vencen el sufrimiento.

No nos pide que saltemos al vacío de la incomprensión, sino que sigamos sus pasos, marcados por la Cruz, y lleguemos con Él a la alegría de la Resurrección.

«En la oración descubre el consuelo de Dios y experimenta que nada es más fuerte que su amor. Por eso está sereno interiormente, y es feliz de ser un canal de misericordia, de acercar el hombre al corazón de Dios. Para él, la tristeza no es lo normal, sino sólo pasajera; la dureza le es ajena, porque es pastor según el corazón suave de Dios».
(Homilía de S.S. Francisco, 3 de junio de 2016).

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Preguntarme con sinceridad: ¿Hay algún sufrimiento que no he puesto todavía en las manos de Dios?

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

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