En el territorio de Europa Central y Occidental, y en el corazón de Polonia, el P. Agustín Gómez, L.C., acompaña a una juventud que se mueve entre profundas raíces tradicionales y una creciente apertura al mundo contemporáneo. Este contraste cultural presenta desafíos y oportunidades únicas para el discernimiento vocacional y la vivencia de la fe en el contexto actual.
Tradición viva y tensiones culturales
La juventud en Polonia vive un momento de transición. Aún marcada por la herencia espiritual de San Juan Pablo II. El P. Agustín Gómez, L.C. nos comparte que se percibe una juventud dividida entre dos polos: una parte más conservadora, con raíces profundas en la tradición de la Iglesia, y otra más liberal, abierta al diálogo y a nuevas formas de vivir la fe. «Es un choque de culturas», describe el P. Agustín, aunque él prefiere hablar de «diálogo», porque en el contraste hay riqueza.
Esta polaridad se refleja en la vida espiritual de los jóvenes. Los más tradicionales, algo rígidos o formales, conservan un gran deseo de fidelidad a Cristo y a la Iglesia. Los más abiertos buscan una fe más interior, más conectada con el discernimiento y la escucha del Espíritu Santo. Ambos, según el padre Agustín, se necesitan mutuamente: «Tenemos que aprender mucho de ambos». Así va guiando a una juventud que busca equilibrar tradición y modernidad, siempre con la esperanza y el discernimiento como faros en su camino espiritual.
Este escenario desafiante no impide que muchos jóvenes estén buscando a Dios con sinceridad. La sed de autenticidad, de sentido y el deseo de encontrar su lugar en la Iglesia y en el mundo están muy presentes, incluso cuando las formas cambian. Y ahí es donde el Regnum Christi entra con una propuesta clara.

Cristo al centro: una invitación que atrae
El carisma del Regnum Christi ha llamado la atención de los jóvenes polacos precisamente por su cristocentrismo. «Si hay algo en lo que Cristo no esté al centro, ellos saben que ahí no es el lugar», dice el padre Agustín. Las actividades, los encuentros, la vida comunitaria: todo esto gira en torno a la persona de Jesús, no como concepto, sino como experiencia viva que transforma.
Además, el Regnum Christi busca impulsar una comunidad «en salida». Los jóvenes no son formados para quedarse en estructuras internas, sino para salir al encuentro del otro, para dar testimonio con alegría y autenticidad. «Tener a Cristo en el centro implica movimiento, misión, apertura. No basta con creer: hay que anunciar», dice el P. Agustín.
Este dinamismo se concreta en una pastoral que busca acompañar y formar, pero también celebrar. Cada paso en el camino vocacional, desde una colaboración temporal hasta un matrimonio, es motivo de alegría compartida: «Celebrar cada vocación es parte esencial de nuestra espiritualidad», afirma el padre Agustín:
«Es muy importante celebrar la vocación, el llamado al final de cada año, celebramos los que van de misión a Albania, celebramos los colaboradores ECYD, celebramos los que se van de año de colaborador del Regnum Christi, celebramos los matrimonios, celebramos también hace un año un nuevo novicio legionario de Cristo que Dios nos regaló, etc. Celebrar la opción por Cristo en el llamado, a lo que Él te llama».

La misión en casa: un desafío mayor
Polonia ha sido tierra de grandes misiones, pero también lo es de grandes desafíos. Un joven polaco, después de participar en misiones en Albania, le confesó al padre Agustín: «Padre, es mucho más fácil ser misionero allá que aquí, en Cracovia». Su frase revela una verdad profunda: a veces es más difícil ser testigo de Cristo en la vida cotidiana, frente a los que te conocen, en un entorno marcado por etiquetas.
La misión no está solo en lugares lejanos, sino en la propia tierra. Y eso requiere valentía, claridad de identidad y profunda vida interior. Por eso, uno de los grandes retos que ve el P. Agustín para los jóvenes del Regnum Christi en Polonia es partir de una identidad fuerte: no para encerrarse, sino para proyectarse. Saber quién soy, para poder entregarme al otro:
«Es muy importante tener claro nuestro sentido de pertenencia, de identidad y obviamente eso te impulsa hacia afuera para evangelizar, para realmente ser un apoyo fuerte para la Iglesia local».
Esa es la clave de una evangelización auténtica: jóvenes que se saben amados y llamados, capaces de salir de sí mismos sin perderse, de vivir con sentido su fe en medio de un mundo plural y exigente. Y para eso, necesitan acompañamiento, comunidad y visión.

Una comunidad que crece con esperanza
Hoy, el Regnum Christi en Polonia es una realidad en crecimiento. Con grupos de Amigos NET que reúnen entre 30 y 50 niños en dos ciudades, varios equipos del ECYD y cinco grupos de jóvenes activos, la presencia apostólica se consolida. También hay un equipo de adultos en español y tres equipos en polaco que colaboran con sus parroquias y proyectos locales.
La comunidad religiosa que los acompaña está compuesta por cuatro sacerdotes y un religioso, comprometidos en dar seguimiento, formación y motivación constante. No se trata solo de organizar actividades, sino de formar discípulos misioneros. Acompañar la vida de los jóvenes en medio de la tensión entre tradición y cambio no es sencillo. Pero el P. Agustín lo vive con esperanza: «Lo que veo es una juventud con ganas de darlo todo por Cristo. Aunque el camino sea difícil, cuando Cristo está al centro, vale la pena».