El año 2020, a unos días de decretarse la cuarentena por la pandemia de COVID-19 en México, se tuvieron que suspender las misiones presenciales de Semana Santa. El año 2021, la oficina nacional de Juventud y Familia Misionera decidió realizarlas en tres modalidades:
- Misionando a distancia, a través de videoconferencia con las comunidades o vía telefónica en donde no hay señal de internet.
- Desde su casa como misionero adorador viviendo la Semana Santa desde las plataformas digitales con las actividades que se planearon para cada día.
- Como misionero en salida, en donde sólo algunos jóvenes y familias lo harían de manera presencial en las comunidades más remotas y siguiendo todas y cada una de las recomendaciones sanitarias.
Durante Semana Santa 2021, se tuvo la participación de más de 20 mil misioneros inscritos en las diversas modalidades de misión, los cuales participaron en las actividades propuestas por Juventud y Familia Misionera en su plataforma virtual. Se tuvieron disponibles 30 horas de transmisión en vivo a lo largo de la semana.
Para Bárbara Herrera, directora nacional de Juventud y Familia Misionera, ha sido muy doloroso que por segundo año no se pueda tener la Megamisión: «Este año el lema de las Megamisiones fue “Despierta y enciende al mundo”, porque queremos que incluso a la distancia podemos llevar un poco de luz y esperanza a las comunidades y a los misioneros, que aprenden tanto de las personas que visitan. Ha sido mucho el dolor de no poder hacer las visitas, en redes sociales hay miles de comentarios de jóvenes y familias que lamentan no poder hacer una misión presencial».
Misa de envío
El sábado 27 de marzo, en la Capilla de la Universidad Anáhuac México, bajo las medidas sanitarias y con una reducida representación de los misioneros, Mons. Héctor Mario Pérez Villarreal, obispo auxiliar de la Arquidiócesis de México, celebró la misa de envío teniendo en mente a los miles de misioneros que este año misionaron a distancia.
En su homilía, Mons. Héctor Mario dijo que pidieran por los enfermos y por todas las comunidades, principalmente por aquellas a las que no podrán misionar por motivos de la pandemia.
A los misioneros expresó: “Nadie puede negar la tragedia de esta pandemia, pero ustedes deben llevar esperanza, convencidos de que es una oportunidad para demostrar el amor de Cristo. Nosotros podemos llevar un signo de esperanza. Pocos serán los pueblos visitados, pero todos desde su casa tendrán que ser un signo de esperanza de una u otra manera, en una llamada telefónica o en una reunión digital”.
Agregó que este año más que nunca deben llevar buenas dosis de paciencia para escuchar a la gente ante esta pandemia, que la gente necesita ser escuchada, por lo que su presencia debe ser alegre, tranquila, responsable y paciente para llevar el mensaje de que Dios vive entre nosotros y ha venido a salvarnos. Finalizó diciendo que en esta crisis de pandemia y polarización política, tienen que llevar esperanza, unidad y amor.
Mons. Héctor bendijo una cruz misionera y a una familia que representó a todos los misioneros de la Semana Santa.
Misa de clausura
El domingo 4 de abril, en la Capilla de la Universidad Anáhuac México, se llevó a cabo la Misa de clausura de las Megamisiones 2021. La celebración la ofició el Presidente del Colegio Directivo Territorial del Regnum Christi en México y Centroamérica, el P. Alberto Simán, LC.
En su homilía, el P. Simán recordó la importancia de encontrarnos con Jesús resucitado, vivo. «¿Cuánto no sabemos?, pero hay algo en lo profundo del corazón que me dice, Jesús está vivo, esa es la experiencia que nos dejan en el Evangelio Juan y Pedro. Escuchan las palabras de las mujeres cuando les dicen que el cuerpo de Jesús no está y salen corriendo y llegan al sepulcro abierto. Juan se asoma, llega después Pedro, ve los lienzos, lo que hoy conocemos como la sábana santa, y dice el Evangelio “vió y creyó”. Es la experiencia profunda de la fe que me hace ver sin ver para creer».
Se dirigió a los misioneros al preguntarles “¿qué les movió a ustedes a misionar?, sino la experiencia viva de alguien que me habla en el corazón y que me lleva a ver sin ver, para creer. Y así comenzó la Iglesia”.
Continuó diciendo: «Hoy después de más de dos mil años, la misión de la Iglesia sigue de pie aquí en cada uno de nosotros. Ese mismo Cristo que habló entre los apóstoles, me ha hablado a mí y me da esa fe viva que me hace decir “no he visto, pero creo”, por eso vivo la misión de la Iglesia llevando a los demás la buena noticia de la Pascua, Cristo ha Resucitado».
El padre Simán se refirió también a la forma especial de llevar a cabo estas Megamisiones por la crisis sanitaria y enfatizó la importancia de llevar el mensaje de evangelización a todas las personas: «tal vez no como en otros años, cuando aquí hay varios miles de personas, cientos de sacerdotes y hoy todos nosotros en representación de todos ellos que seguramente quisieran haber misionado, y que muchos lo han hecho a través de la oración, podemos decir, “Cristo está vivo y yo sin ver veo y creo”».