En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Llego ante ti para hacer esta oración. Me siento frágil, pero con deseo de que me fortalezcas, distraído, pero con el deseo de vencer las distracciones, con pereza, pero con deseo de que mi voluntad se encienda de piedad. Así llego Señor, totalmente vulnerable, pero con un gran deseo de hacer de este espacio lo mismo que Nicodemo, irrumpir en medio de la noche, para que me ilumine tu Palabra.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Juan 3, 1-13
Había un fariseo llamado Nicodemo, jefe judío. Éste fue a ver a Jesús de noche y le dijo: “Rabí, sabemos que has venido de parte de Dios, como maestro; porque nadie puede hacer los signos que tú haces si Dios no está con él”. Jesús le contestó: “Te lo aseguro, el que no nazca de nuevo no puede ver el reino de Dios”. Nicodemo le pregunta: “¿Cómo puede nacer un hombre, siendo viejo? ¿Acaso puede por segunda vez entrar en el vientre de su madre y nacer?”. Jesús le contestó: “Te lo aseguro, el que no nazca de agua y de Espíritu no puede entrar en el reino de Dios. Lo que nace de la carne es carne, lo que nace del Espíritu es espíritu. No te extrañes de que te haya dicho: ‘Tenéis que nacer de nuevo’; el viento sopla donde quiere y oyes su ruido, pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Así es todo el que ha nacido del Espíritu”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
“Fue a ver a Jesús de noche”. ¿Por qué vas Nicodemo, de noche? Era la noche en el cielo o era la noche de tu alma. ¿Qué rodeaba tu noche Nicodemo? ¿Incertidumbre, dudas, curiosidad, miedo?
Quizá tu mente y tu corazón se convirtieron en un caos oscuro después de escuchar a ese Maestro predicando. Tus certezas y creencias se ponían en juego ante Aquél que enseñaba con autoridad, pero estaba lejos del grupo de los rabinos. Tu noche se estrella ante los signos que le ves hacer y tu corazón intuye que todo eso sólo puede hacerlo quien ha venido de Dios.
Y es precisamente en la noche y en el caos en donde le gusta a Dios hacer todo nuevo. Al caos que existía antes de la creación envió su Espíritu Creador y comenzó a existir todo, al caos de tu corazón, le anuncia que sólo quien se abre al Espíritu renacerá a la nueva alianza, a la nueva creación.
Grande encuentro con Dios aun siendo de noche.
Yo también quiero mostrarte mi oscuridad y mi caos, quiero aprender a rezar de noche. Lejos de alejarme, salir a buscarte y expresarte mis dudas y preguntas, mis perplejidades y confusiones. Porque sé que, a mi Dios, le gusta hacer renacer la vida cuando es de noche.
En mi oscuridad interior puedo confiar en que eres capaz de hacer todo nuevo, aún aquello que creo que no tiene remedio, me basta simplemente llegar a tu presencia y decirte con Nicodemo: “Sé que has venido de parte de Dios, como maestro; porque nadie puede hacer los signos que tú haces si Dios no está con él” y luego callar y dejar que irrumpa la luz de la Palabra, en mi noche.
«Ser cristiano no es sólo cumplir los mandamientos: hay que cumplirlos, eso es cierto; pero si te detienes ahí, no eres un buen cristiano. Ser un buen cristiano es dejar que el Espíritu entre en ti y te lleve, te lleve donde quiera. En nuestra vida cristiana muchas veces nos detenemos, como Nicodemo, ante el “por tanto”, no sabemos qué paso dar, no sabemos cómo hacerlo o no tenemos la confianza en Dios para dar este paso y dejar entrar al Espíritu. Nacer de nuevo es dejar que el Espíritu entre en nosotros y que sea el Espíritu quien me guíe y no yo y aquí: libre, con esta libertad del Espíritu que nunca sabrás dónde acabarás». (S.S. Francisco, Homilía del 20 de abril de 2020).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Me puedo proponer escuchar con más atención a las personas que se acercan a mí para compartir algo de su vida, una necesidad, un dolor, incluso alguien que creo que es inoportuno. Acoger a ejemplo de Jesús con Nicodemo y ser luz para quien me enseña su oscuridad.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.