H. Jesús Rojas, L.C.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor Jesús, aquí me tienes junto a Ti. Dispón mi alma, mi mente, mi voluntad, y mi amor para encontrarse contigo. Ven Jesús a mi vida, ven a mi corazón.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 8, 18-22
En aquel tiempo, al ver Jesús que la multitud lo rodeaba, les ordenó a sus discípulos que cruzaran el lago hacia la orilla de enfrente.
En ese momento se le acercó un escriba y le dijo: “Maestro, te seguiré a donde quiera que vayas”. Jesús le respondió: “Las zorras tienen madrigueras y las aves del cielo, nidos; pero el Hijo del hombre no tiene en donde reclinar la cabeza”.
Otro discípulo le dijo: “Señor, permíteme ir primero a enterrar a mi padre”. Pero Jesús le respondió: “Tú, sígueme y deja que los muertos entierren a sus muertos”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
«Maestro te seguiré a donde quiera que vayas» ¿Este es nuestro anhelo? Caminamos diariamente y muchas veces tropezamos. ¿Qué es lo que quieres?, nos dice Jesús. ¿Qué es lo que busca tu corazón? Dios nos abre de par en par las puertas de su corazón para que allí descansemos, pero hoy es Él, el que nos pide darle descanso a su Sagrado Corazón.
¿Por qué dudar de un amigo tan bueno? Jesús no se cansa de demostrarnos que lo único que quiere para nosotros es nuestra felicidad y plenitud. Él nos ha regalado un don inmenso que es la libertad, hasta el punto de poder amarlo o rechazarlo. «No hay amor más grande que aquel que da la vida por sus amigos», y solo este amor nos puede hacer libres. Libres para amar.
«Jesús nos quiere apasionados de él y del Evangelio. Una pasión del corazón que se traduce en gestos concretos de proximidad, de cercanía a los hermanos más necesitados de acogida y cuidados. Precisamente como vivió Él.»
(Ángelus de S.S. Francisco, 30 de Juno del 2019).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
En este día haré una comunión espiritual pidiéndole a Dios que pueda hacer su Voluntad.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.