San Juan María Vianney, presbítero.
H. Pedro Cadena, L.C.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor Jesús, aquí estoy para estar contigo. Tú me conoces. Sabes que soy fuerte, y también muy débil. Ves mi grandeza y también cuán pequeño soy. Ves el bien que hay en mí y también mi pecado. Y así me amas. ¡Gracias por tu amor! María, quédate con nosotros ahora y siempre.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 15, 1-2. 10-14
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos y escribas y unos fariseos venidos de Jerusalén y le preguntaron: “¿Por qué tus discípulos quebrantan la tradición de nuestros mayores y no se lavan las manos antes de comer?”.
Jesús llamó entonces a la gente y les dijo: “Escuchen y traten de comprender. No es lo que entra por la boca lo que mancha al hombre; lo que sale de la boca, eso es lo que mancha al hombre”. Se le acercan entonces los discípulos y le dijeron: “¿Sabes que los fariseos se han escandalizado de tus palabras?” Jesús les respondió: “Las palabras que no haya plantado mi Padre celestial, serán arrancadas de raíz. Déjenlos; son ciegos que guían a otros ciegos. Y si un ciego guía a otro ciego, los dos caerán en un hoyo”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
¿Hay algo que le quieras decir a Jesús? Los escribas y fariseos se le acercan en este pasaje para hacerle un reclamo. Y Jesús, ¿qué hace? Primero, los escucha. También hoy Jesús está a la escucha. A Él le importa lo que tú digas. ¿Qué le quieres decir a Jesús? Puede ser un gracias, un ¿por qué?, un ¿para qué?… Jesús te escucha con atención, te acoge, te acepta. Y luego te responde. Jesús siempre te responde cuando le hablas. ¿Quieres escuchar su respuesta? Está en el Evangelio, en la Eucaristía y en la cruz, en lo que vivimos y en lo que nos sucede… Señor, concédeme hoy escuchar tu voz y seguirte a donde sea que me lleves. Jesús, en Ti confío.
«En el Evangelio vemos que Jesús respeta nuestro camino, sigue nuestros tiempos, es el Señor de la paciencia, camina a nuestro lado, escucha nuestras inquietudes, las conoce. A Jesús le gusta oír cómo hablamos. No acelera el paso: es su paciencia. Jesús va al ritmo de la persona más lenta. Jesús escucha, luego responde, explica, hasta el punto necesario. Encontramos a Jesús a lo largo de nuestro camino incluso en nuestros momentos más oscuros: nos acompaña porque quiere encontrarnos. Por eso decimos que el núcleo del cristianismo es el encuentro con Jesús.»
(Homilía de S.S. Francisco, 26 de abril de 2020 en santa Marta).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Jesús, gracias por este tiempo de oración. ¿Qué pasó en este tiempo contigo? ¿Qué me consoló? ¿Sentí alguna desolación? Jesús, tú conoces qué deseo y qué rechazo. Lo pongo delante de Ti. Hazme cada día más como Tú. María, ayúdame hoy y siempre a ser más como Jesús.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Voy a tomar un momento, al fin del día, para agradecerle a Dios los beneficios que me dio hoy.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.