Juan Salvador Nuño García, LC
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor ayuda a mi corazón a poder entender aquello que me pides. Ayuda a mi corazón a poder entregar todo lo que Tú me pides.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Juan 8, 21-30
En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos: “Yo me voy y me buscaréis, y moriréis por vuestro pecado. Donde yo voy no podéis venir vosotros”. Y los judíos comentaban: “¿Será que va a suicidarse, y por eso dice: ‘Donde yo voy no podéis venir vosotros’?”. Y él continuaba: “Vosotros sois de aquí abajo, yo soy de allá arriba: vosotros sois de este mundo, yo no soy de este mundo. Con razón os he dicho que moriréis por vuestros pecados: pues, si no creéis que yo soy, moriréis por vuestros pecados”. Ellos le decían: “¿Quién eres tú?”. Jesús les contestó: “Ante todo, eso mismo que os estoy diciendo. Podría decir y condenar muchas cosas en vosotros; pero el que me envió es veraz, y yo comunico al mundo lo que he aprendido de él”. Ellos no comprendieron que les hablaba del Padre. Y entonces dijo Jesús: “Cuando levantéis al Hijo del hombre, sabréis que yo soy, y que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo como el Padre me ha enseñado. El que me envió está conmigo, no me ha dejado solo; porque yo hago siempre lo que le agrada”. Cuando les exponía esto, muchos creyeron en él.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
En este Evangelio Jesús tiene un encuentro con los fariseos, los cuales son los opositores de la doctrina de Jesús, esto por la dureza de corazón. Por otra parte, tras las palabras de Jesús muchos hombres creen en Él. Jesús quiere que las personas crean en Él para revelarles el amor del Padre que les quiere transmitir. El mensaje de Jesús, en muchas ocasiones es exigente, por lo cual se necesita una docilidad de corazón. La docilidad de corazón parte de la creer en el Señor y de la relación que nosotros vamos desarrollando con Él.
«Desde la intimidad de cada corazón, el amor crea vínculos y amplía la existencia cuando saca a la persona de sí misma hacia el otro». (S.S. Francisco, Fratelli tutti, n. 88).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Reflexiona sobre aquello que el Señor pide a tu corazón durante este día.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.