Óscar Hernán Rendón Montoya, LC.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, pongo en tus manos este momento de oración contigo, para que sea tu Palabra la que me guíe, dame la gracia de sentime siempre amado por ti y de saber que me sostienes en todo momento.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 6, 12-19
Por aquellos días, Jesús se retiró al monte a orar y se pasó la noche en oración con Dios.
Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, eligió a doce de entre ellos y les dio el nombre de apóstoles. Eran Simón, a quien llamó Pedro, y su hermano Andrés; Santiago y Juan; Felipe y Bartolomé; Mateo y Tomás; Santiago, el hijo de Alfeo, y Simón, llamado el Fanático; Judas, el hijo de Santiago, y Judas Iscariote, que fue el traidor.
Al bajar del monte con sus discípulos y sus apóstoles, se detuvo en un llano. Allí se encontraba mucha gente, que había venido tanto de Judea y Jerusalén, como de la costa, de Tiro y de Sidón. Habían venido a oírlo y a que los curara de sus enfermedades; y los que eran atormentados por espíritus inmundos quedaban curados. Toda la gente procuraba tocarlo, porque salía de él una fuerza que sanaba a todos.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
En este evangelio podemos encontrar varios aspectos que nos pueden hacer reflexionar, pero centrémonos en tres momentos:
Jesús orante: en un momento tan importante de la vida de Cristo, como fue el escoger a sus apóstoles, podemos ver cómo se mantiene en oración, cómo habla con el Padre, pide su luz, su consejo. Cristo pone en las manos del Padre este momento y a estas personas por medio de la oración.
A la luz de esto, preguntémonos si hacemos lo mismo, es decir, ¿ponemos en las manos de Dios cada momento de nuestra vida o simplemente lo hacemos cuando atravesamos por momentos de dificultad…? Cristo nos muestra, que los momentos de alegría, las decisiones que tomamos, cada detalle de nuestra vida debe estar guiado por Dios; porque de esta manera crezco en confianza, esa confianza que necesito para saber que Él no sólo me sostiene en los momentos de dificultad, sino también en los de alegría.
Jesús que ama de manera personal: Jesús llamó a sus apóstoles, los escogió pensando en sus virtudes, pero también en sus defectos, Él era consciente de ello, se mantuvo en su decisión y así los amó. Esto nos muestra cómo Dios nos ama individualmente, no ama un conjunto de personas solamente, me ama a mí, a ti, a aquella persona que te hizo mal, al que te cuesta tratar, al que ves con alegría. Nos ama y nos llama a seguirle, aún con nuestras fragilidades, Él las conoce, y sobre todo, sabe que tenemos las virtudes con las que fortaleció nuestra alma y que relucen más para Él que aquello que nos pudiera faltar.
Jesús que nos llama y se da para nosotros, pero que también nos pide dar: Jesús bajaba de la montaña y se encuentra a estas personas y decide quedarse con ellos, los acompaña, los alimenta con su Palabra. Como seguidores de Cristo, nuestra responsabilidad no se limita a mis actos piadosos, sino que debe extenderse a cómo lo transmito a Él, qué hago para mostrarle al mundo que Cristo vive y está vivo en mí y en cada uno de nosotros; y nuestros actos y trato con los demás debe ser el testimonio de esto.
«Jesús ora, Jesús llama, Jesús elige, Jesús envía a los discípulos, Jesús cura a la muchedumbre. Y dentro de este templo Jesús, que es la piedra angular, hace todo este trabajo: es Él quien, de este modo, lleva adelante a la Iglesia. Precisamente como escribe Pablo, “esta Iglesia está edificada sobre el cimiento de los apóstoles que Él eligió”. Lo confirma el pasaje evangélico cuando recuerda que el Señor eligió a doce: todos pecadores, todos. Judas no era el más pecador y no sé quien haya sido el más pecador. Pero Judas, pobrecillo, es quien se cerró al amor y por ello se convirtió en traidor. Es un hecho que todos los apóstoles escaparon en el momento difícil de la pasión y dejaron solo a Jesús: todos son pecadores. Y a pesar de ello, Jesús mismo los eligió». (Homilía de S.S. Francisco, 28 de octubre de 2014).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Soy amado por Cristo y murió en una cruz por mí, quién puede hacer eso por alguien. No importa que tantos defectos tenga o qué tanto deba trabajar en mi formación personal y humana, Él me ama y me ha amado siempre…quiero responder a su amor tranformando mi vida?
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Fortalecer mi relación con Dios, haciendo de cada momento una oración, colocando en tus manos mi vida, las decisiones que tome.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.