Daniel Arroyo, LC
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor Jesús, gracias por esta oportunidad que tengo para encontrarme contigo. Quizá no vengo a mi oración lo mejor preparado, estoy cansado, me cuesta rezar, pero aquí estoy, y quiero pasar este momento contigo. Tú sabes cuanto te quiero. Perdóname por mis pecados y por todas aquellas veces en las que no he podido corresponder a tu amor y a tu misericordia. Te pido que aumentes mi fe, mi esperanza y mi caridad para encontrarme contigo no sólo durante este momento, sino durante todo mi día.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 11,25-27
En aquel tiempo, Jesús exclamó: “Te doy gracias, Padre, Señor de cielo y tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido mejor. Todo me lo ha entregado mi Padre, y nadie conoce al Hijo más que el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Este pasaje comienza con el Señor Jesús agradeciendo al Padre porque ha revelado las cosas más altas a los sencillos. Esto no quiere decir que no debemos estudiar o esforzarnos para encontrar a Dios. Las palabras de Cristo nos invitan a ser sencillos, pero no conformista.
Un conformista es un acomodado que no quiere encontrarse con Dios por miedo a lo que le pueda pedir. Está tan a gusto en su mundo que cualquier cosa que lo saque de ahí le molesta.
Al contrario, una persona sencilla, aunque parezca pequeña, tiene el corazón y la cabeza fijas en Dios, no se despega de Él sino que vive buscándolo. Así, a lo que nos invita el Maestro no es a despreciar el estudio, sino a alejarnos del egoísmo, la pereza o la envidia que nos impiden ser sencillos, ya que nos centran en nosotros mismos y nos hacen olvidarnos de Dios. Un corazón sencillo encuentra a Dios en todo, porque se sabe necesitado de la gracia divina y necesitado de conocerlo más incluso en el estudio de los libros, de la naturaleza, de su Iglesia.
«Si de verdad dejáis emerger las aspiraciones más profundas de vuestro corazón, os daréis cuenta de que en vosotros hay un deseo inextinguible de felicidad, y esto os permitirá desenmascarar y rechazar tantas ofertas “a bajo precio” que encontráis a vuestro alrededor. Cuando buscamos el éxito, el placer, el poseer en modo egoísta y los convertimos en ídolos, podemos experimentar también momentos de embriaguez, un falso sentimiento de satisfacción, pero al final nos hacemos esclavos, nunca estamos satisfechos, y sentimos la necesidad de buscar cada vez más. Es muy triste ver a una juventud “harta”, pero débil». (S.S. Francisco, del Mensaje para la Jornada Mundial de la Juventud 2014).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Cada persona que encuentre verá en mí un corazón sencillo que se exprese en la amabilidad en el trato.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.