H. Axel Hernández, L.C.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Jesús, enséñame a gozar de Dios Padre.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 11, 25-27
En aquel tiempo, Jesús exclamó: “¡Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a la gente sencilla! Gracias, Padre, porque así te ha parecido bien.
El Padre ha puesto todas las cosas en mis manos. Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquél a quien el Hijo se lo quiera revelar”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Jesús, te doy gracias porque te conozco y porque me has revelado una dimensión que estaba oculta a mi entendimiento: ¡Dios es Padre! Te doy gracias, Jesús, porque cada acto de amor y entrega tuya es un acto que refleja el amor del Dios Padre hacia mí. Ayúdame a experimentar la paternidad divina, a sentirme realmente hijo tuyo y heredero de tu reino.
Concédeme, Padre Santo, apreciar como se merece este don de ser hijo tuyo y que no desee jamás apartarme de Ti con el pecado, y en caso de que lo haga, jamás dudar que estarás siempre ahí esperando a que yo vaya al sacramento de la confesión, para poder, así, experimentar tu amor paternal, como el hijo pródigo lo experimentó cuando vio a su padre al salir al encuentro de él, abrazándole y recibiéndole con gozo en su hogar.
¡Gracias Padre porque me amas! ¡Gracias, Jesús, por quererme mostrar el amor del Padre sin límites! Espíritu Santo, ayúdame a aprender a ser hijo y heredero del Reino. María, enséñame a ser dócil a la voluntad de Dios y conservar todas estas cosas en mi corazón.
«La gratitud ante los prodigios que realiza el Señor entre sus predilectos, los pobres y los pequeños a los que Él revela lo que es escondido a los sabios, también os puede ayudar a sustraeros de las insidias de los relegamientos autorreferenciales y a salir de vosotros mismos en el seguimiento a Jesús. La idea de una acción misionera autorreferencial, que se pasa el tiempo contemplándose e incensándose por sus propias iniciativas, sería en sí misma un absurdo. No dediquéis demasiado tiempo y recursos a “miraros” y a redactar planes centrados en los propios mecanismos internos, en la funcionalidad y en las competencias del propio sistema. Mirad hacia fuera, no os miréis al espejo.»
(Mensaje SS Francisco a las Obras Misionales Pontificias, 21 de mayo de 2020
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Rezaré con fervor un Padre Nuestro.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.