Diego López González, LC
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, Tú sabes que quiero entenderlo todo para poder controlarlo todo. También muchas veces quisiera entenderte a ti, pero no para amarte ni servirte mejor, sino para controlarte, para que no te salgas de mis esquemas, de mi razón, de mi lógica. Por ello hoy te suplico que envíes tu Espíritu, el que sopla donde quiere, y me concedas el don de confiar en ti sin límites y dejarme sorprender por ti.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 11, 29-32
En aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús, y él se puso a decirles: “Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación. Cuando sean juzgados los hombres de esta generación, la reina del Sur se levantará y hará que los condenen; porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón. Cuando sea juzgada esta generación, los hombres de Nínive se alzarán y harán que los condenen; porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
El texto original griego no dice “perversa” sino “πονηρα”. ¿Y a nosotros que nos interesa lo que diga el texto en griego? Creo que puede ayudarnos a entender que Jesús no está insultando a la muchedumbre, está advirtiendo a todos de una actitud muy peligrosa para la fe: imitar al demonio.
El demonio es llamado tantas veces en la Sagrada Escritura como “el maligno”, que en griego se dice “πονηρον”. Si nos fijamos bien es exactamente la misma palabra que Jesús usa para referirse a “esta generación” (πονηρα- πονηρον). Por tanto, Jesús no nos está diciendo “sois una generación perversa” sino advirtiéndonos de no adoptar una actitud “demoniaca” en nuestra vida espiritual: la desconfianza.
Si analizamos detalladamente, el pecado original en el paraíso no fue solo la desobediencia de Adán y Eva al precepto de Dios de no tomar del árbol prohibido, sino más bien la desconfianza que fundamenta esta desobediencia. La tentación de pensar: “Dios no quiere nuestro bien, juega con nosotros, no quiere que seamos felices, nos prohíbe, no nos deja entender ni comprender lo que nos pasa, quiere tener el control de nuestras vidas, no quiere que seamos libre, nos hace sufrir para someternos a su voluntad…”. ¿Has pensado alguna vez estas “mentiras” que el demonio siembra en nuestra mente? ¿Las has dejado bajar al corazón, llegando incluso a sentir miedo o rechazo hacia Dios? A esto se refiere Jesús con que a veces somos una “generación perversa”, es decir, que desconfiamos de Dios, que solo creemos y confiamos únicamente cuando vemos y entendemos todo. Por eso, hace referencia a la ciudad de Nínive que creyó en Jonás sin pedirle ningún signo, o a la reina del Sur que fue a rendir honor a Salomón por su sabiduría solo porque había escuchado hablar de él.
«La tentación nos cierra todo horizonte y así nos conduce al pecado. Cuando somos tentados, sólo la Palabra de Dios, la palabra de Jesús nos salva. Escuchar esa Palabra nos abre el horizonte, porque Él está siempre dispuesto a enseñarnos a cómo salir de la tentación. Jesús es grande porque no sólo nos hace salir de la tentación, sino que nos da más confianza». (S.S. Francisco, Homilía del 18 de febrero de 2014).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Podemos tomar las dos preguntas de la reflexión y tratar de responderlas en un momento de oración, pidiendo a Jesús la gracia de siempre confiar en Él a pesar de toda circunstancia.
¿Has pensado alguna vez estas “mentiras” que el demonio siembra en nuestra mente?
¿Las has dejado bajar al corazón, llegando incluso a sentir miedo o rechazo hacia Dios?
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
