A finales de agosto, el P. Miguel Cavallé, L.C., completó su decimoquinta misión durante el verano en Calcuta, una ciudad emblemática por ser el lugar donde la Madre Teresa inició su labor con los más necesitados. Desde 2008, el P. Cavallé ha dedicado veranos a esta misión, junto con voluntarios dispuestos a experimentar y contribuir a esta noble causa.
«Lo que te encuentras ahí es una situación muy complicada, muy compleja», comenta el P. Cavallé. Calcuta, aunque ha cambiado desde los tiempos de la Madre Teresa, sigue siendo un reto. La misión se centra en ayudar en los centros fundados por la Madre Teresa, donde los voluntarios colaboran con las Hermanas de la Caridad en la atención a “los últimos”, los más pobres entre los pobres.
Las mañanas de la misión están dedicadas a trabajar en tres centros específicos, donde los voluntarios realizan diversas tareas para apoyar a las hermanas. Además, se enfrentan al desafío de ayudar a la gente en las calles y en las zonas más pobres de la ciudad, distribuyendo comida a 300 familias, gracias a las donaciones recolectadas antes del viaje.
La misión forma parte de un proyecto solidario de la Fundación VIDA, donde los voluntarios ayudaron a pintar un centro para niños con capacidades diferentes en la periferia de Calcuta. «Compartimos tiempo con los niños, quienes nos mostraron todo lo que habían hecho durante el año», relata el P. Cavallé. Un día especial fue la visita al zoológico, una experiencia anual muy esperada por los niños.
VIDA (Volunteer for International Development Association) inició el 8 de diciembre de 2010, con el objetivo de ayudar en la India. Un año después, inició VIS Foundation (Villagio for International Solidarity), un proyecto más ambicioso que actualmente lleva a cabo iniciativas humanitarias en 26 países de los cuatro continentes.
El objetivo principal de todo esto es apoyar a la niñez para que puedan acceder a una educación de calidad y prepararse para un mejor futuro, cuidando también su alimentación y salud.
En India, VIDA también extiende su ayuda a leprosos, ancianos abandonados y discapacitados, reflejando la particular situación del país. Los jóvenes voluntarios, muchos con experiencia previa, encuentran en esta misión una oportunidad transformadora que les toca el corazón y les cambia la jerarquía de valores. «Les ayuda a profundizar en la vida y a cuestionar su fe», dice el P. Cavallé, especialmente de quienes están más alejados de toda práctica religiosa.
Todos coinciden en que es una experiencia que les revoluciona interiormente, exigiéndoles revisar su vida y replantearse cómo vivir más humanamente y ayudar a los menos afortunados.
La misión en Calcuta se realiza anualmente y está abierta a quienes deseen participar, tras un proceso de admisión para la misión. Este verano, además de la misión en India, se llevaron a cabo misiones en Bosnia-Herzegovina para reconstruir casas todavía afectadas por la guerra de los Balcanes; y en El Salvador, para apoyar a comunidades muy pobres.
Actualmente, el P. Cavallé se dirige a Ruanda, donde colaborará con la Conferencia Episcopal Ruandesa en un centro para niños huérfanos, fundado por San Juan Pablo II tras el genocidio de Ruanda.
Si deseas conocer más de VIS Foundation y VIDA, visita su página web aquí.