Un grupo de novios, algunos procedentes de la sección de jóvenes del Regnum Christi de Ronda Noroeste (España), han comenzado un itinerario organizado por Javier de Juan y Clara Pérez Ugarte los cuales, a través de la experiencia en su noviazgo, se dieron cuenta de que había “una inquietud que nosotros llevábamos en el corazón y una necesidad de muchos jóvenes”, ha explicado Clara.
En su noviazgo, ambos experimentaron que “sobreabundó la gracia sobre muchas dificultades”. “Hemos sentido que el Señor ha estado a nuestro lado a través de mucha gente que nos ha dado luz en determinados momentos y nos ha dado la gracia de tener claro cómo deben ser las cosas y qué quiere Él de nosotros”, ha comentado. Desde que hicieron los cursillos prematrimoniales, reconocieron que el Señor “había estado grande” con ellos y se sintieron llamados a acompañar a otros novios para que descubran “cuál es la verdad y cómo están llamados a vivirla”. Hace unos meses se dieron cuenta de que en el Regnum Christi no existía nada parecido, y decidieron crear este curso de formación y oración en el noviazgo: “Hablando con algunas personas vimos que habían parejas que estarían encantadas, así que nos pusimos manos a la obra”.
Cada dos lunes, este grupo de novios se reúne en la localidad de Cerro de Coto a las 20:30 hrs., y abordan cuatro temas: «El noviazgo como camino de discernimiento y descubrimiento de la vocación», «La comunicación y oración en el noviazgo», «La sexualidad» y, por último, «La vocación a la santidad desde el matrimonio».
Estos temas se tratan durante cuatro lunes. “En la primera sesión se aborda el tema desde el fundamento teórico y suele acudir un experto en esta materia que da una charla informativa y de contenidos”, han explicado. Después de esta charla formativa, en el siguiente día se presenta el testimonio de una pareja de novios o matrimonio que cuentan su experiencia de ese tema y como lo han vivido.
“Hay otro día que está dedicado a compartir la visión de cada pareja y cómo lo ha vivido o los problemas o dificultades que han surgido”, explican Javier y Clara. También se dedica una sesión para poner todo lo recibido en oración. Ese día se organiza una Hora Eucarística o un momento de oración que preparan entre todos. “Somos 14 parejas, un grupo buenísimo y homogéneo en cuanto a valores, y que muchos de ellos se encuentran en un momento vital y con una buena base para vivir su fe”, ha explicado Clara.
Es importante formar desde los comienzos
Clara y Javier han explicado que el principal objetivo de este curso es acompañar: “Urge acompañar a otros para que descubran cuál es la verdad y cómo están llamados a vivirla”. Además, han confesado que vivir contracorriente no es fácil y “a veces uno se encuentra solo cuando quiere vivir un noviazgo auténtico porque vivimos en un mundo que nos llama a vivir en contra de la verdad, el todo vale, no hay que sufrir…”. Ellos, que han experimentado en su noviazgo que en ocasiones “solos no podemos hacer nada”, han creado el curso con este fin.
Por otro lado, han reconocido que es importante formar esta etapa por una razón: “La familia hoy en día es la figura más atacada por el demonio y el noviazgo son los cimientos de esa casa que es el matrimonio”. También, han explicado que otro de los objetivos es “abrir los ojos y conocer el porqué de las cosas y de la invitación que se nos hace a vivir de una determinada forma”. “Es importante que entiendan que vivir en contra de lo que nos dice el mundo no es más que para vivir en plenitud”, han contado.
Amada Blanco, la responsable de la sección de chicas de Ronda Noroeste, nos explica que «el curso está ayudando mucho a los jóvenes porque en estos momentos en los que el noviazgo ha perdido tanto valor, esta iniciativa anima a vivir de acuerdo al Evangelio y a lo que Cristo nos llama”. “Es importante formar desde los comienzos, se casen con estas parejas o no, porque siempre es un camino para prepararse hacia el matrimonio. Amada ha recordado que este camino es similar al que recorren los sacerdotes o consagradas en el noviciado “en el que se discierne y descubrimos y comprendemos la llamada y la fundamentamos”.
Aunque llevan pocas sesiones, la experiencia está siendo buena y Amada considera que es una actividad necesaria: “Los jóvenes aquí no solo se forman y dan razones de por qué quieren vivir de esta forma, sino que también lo hacen en comunidad, con otras parejas que lo quieren vivir de la misma manera”.