Del 22 al 24 de enero de 2025 se celebró el XIV Seminario profesional sobre oficinas de comunicación de la Iglesia, en el Aula Magna Giovanni Paolo II de la Universidad de la Santa Cruz, en Roma (Italia), bajo el lema «Comunicación y evangelización: contexto, actitudes y experiencias». Este evento reunió a comunicadores eclesiásticos, periodistas especializados y profesionales de medios para reflexionar sobre los desafíos y oportunidades de la comunicación en la misión evangelizadora de la Iglesia. Renee Pomarico, consagrada del Regnum Christi y directora de comunicación de la oficina internacional de las consagradas del Regnum Christi, participó en una mesa redonda titulada «Comunicación eclesial: muchas oportunidades y algunas trampas». En el marco del Jubileo y con un enfoque en el diálogo como forma esencial de evangelización, inspirado por San Pablo VI y el Papa Francisco, el seminario subrayó la importancia de la claridad, la confianza y la apertura en el mensaje de fe.
Durante los tres días del encuentro, se desarrollaron ponencias, mesas redondas y paneles que abordaron diversas temáticas clave para la comunicación contemporánea, como el testimonio, la razón y la ciencia, la caridad y el servicio, la cultura y el arte, así como la sanación, la relación, y la alegría en la piedad popular. Estas actividades buscaron enriquecer la reflexión y fomentar el intercambio de ideas y experiencias inspiradoras para nuevos proyectos. El seminario se consolidó como un espacio de diálogo y colaboración, promovió la participación activa y fortaleció la base de la comunicación institucional en el mundo actual.
Preguntamos a Renee sobre su experiencia y algunas reflexiones que surgieron al participar en el seminario. Además, nos cuenta también una gracia especial que vivió el domingo de la Palabra de Dios: que el Papa bendijera su anillo de consagración.
¿Qué significó para ti participar en el seminario de las comunicaciones en la Universidad de la Santa Croce?
Tengo mucha gratitud en el corazón al ver quienes trabajan en la comunicación eclesial y la misión que Dios les confió, y al ver cómo Dios ha llevado mi camino. Terminé mis estudios de comunicación hace 10 años, fue una petición de mis directoras el que estudiara comunicación. He podido ver que ha sido muy fructífero en mi vida consagrada. Ahora, participar en este seminario fue un momento para asombrarme de los caminos de Dios y agradecer la oportunidad de colaborar con otras realidades en la Iglesia para comunicar la Buena Nueva.
¿De qué hablaste en el seminario?
Hablé de la importancia de la comunicación institucional en la Iglesia. Ahora los medios de comunicación llegan a todos los rincones de la tierra y por eso hemos visto un crecimiento en la comunicación institucional en la Iglesia en los últimos años. Cada miembro de alguna institución puede ser portavoz porque tiene la capacidad de comunicar masivamente. Así, los directores y comunicadores están regresando la atención a los mismos miembros de la Institución para que ellos mismos puedan comunicar quiénes son como Iglesia. Hablamos, Pedro Gil y yo, de las funciones del director de comunicación y también de cómo volver a hablar de Dios en la sociedad, como atender a periodistas, de la importancia de dar información, de ser transparentes y honestos
¿Hay trampas o dificultades en la comunicación?
Una dificultad muy grande es la falta de formación y de entendimiento en este mundo de la comunicación. Comunicar no es solamente tener una página web o gestionar unas redes sociales. Hay una estrategia detrás y es muy importante pensar bien qué estamos comunicando cada uno de nosotros y cómo estamos comunicando como Iglesia, conociendo nuestra audiencia, escuchando, y entrando en diálogo con las personas.
En este año jubilar tenemos una gran oportunidad. Los jóvenes son abiertos y podemos comunicar la Verdad en toda su belleza para evangelizar. Podemos aprovechar los medios de comunicación que están en nuestras manos; cada uno tiene un celular, tiene la capacidad para compartir un mensaje y se puede construir sobre esto. Tenemos la Verdad del Evangelio y tenemos la capacidad de comunicarla.
En la misa dominical, donde celebramos el Domingo de la Palabra, tuviste la oportunidad de llevar las ofrendas y entregarlas al Papa. ¿Qué pasó ahí?
Fue una gracia inesperada que recibí el viernes por la noche. Ayer ensayamos esa parte de la Misa y hoy me estaba preparando y reflexionando que para mí es Dios confiándome la misión de comunicar su mensaje. Para mí fue muy significativo poder hacerlo porque este año cumplo 25 años de vida consagrada. Así que, cuando me aproximé al Papa le dije: «Santo Padre, estoy celebrando 25 años de vida consagrada, ¿puede bendecir mi anillo y así también mi vocación?». Y el Papa sonrió y me preguntó: «¿de qué congregación eres?». Le dije: «Soy consagrada del Regnum Christi». Y entonces me dijo en italiano: «¡Per altri 25 anni!» (¡Por otros 25 años!). Fue una bendición que no olvidaré.
