H. Erick Flores L.C.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Hola, Jesús, te doy gracias por el día que me das. En este momento deseo encontrarme contigo; Tú eres mi roca y mi fortaleza.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Juan 15, 18-21
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Si el mundo los odia, sepan que me ha odiado a mí antes que a ustedes. Si fueran del mundo, el mundo los amaría como cosa suya; pero el mundo los odia porque no son del mundo, pues al elegirlos, yo los he separado del mundo.
Acuérdense de lo que les dije: ‘El siervo no es superior a su señor’. Si a mí me han perseguido, también a ustedes los perseguirán, y el caso que han hecho de mis palabras lo harán de las de ustedes. Todo esto se lo van a hacer por mi causa, pues no conocen a aquel que me envió”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Hace unas semanas celebrábamos la resurrección de Cristo. Cristo, en este momento, nos abre las puertas a la vida, a la vida nueva, vida eterna. Si somos fieles a su palabra, estaremos con Él. Decir que estaremos con Cristo en la eternidad no es sencillo, pero viene la seguridad por medio de la fe. Y esta certeza en la fe acerca de la vida eterna nos alienta a sufrir el odio, las ofensas, faltas al respeto, incluso, la persecución.
Si profundizamos más en esto, Cristo fue odiado, perseguido, azotado, incluso fue asesinado, no para ser un héroe y para ser el protagonista de la historia. Cristo da su vida por obediencia, porque el Padre que está en los cielos se lo pide. Cristo quiere complacer al Padre porque Él es bueno y porque Cristo quiere ser bueno como su Padre, es capaz de perdonar, sanar, callar…
Así pues, como Dios nos llama a verle como criterio, centro y modelo en medio del sufrimiento, así nos pide contemplar el rostro del Padre día y noche para fortalecer el espíritu, porque la carne es flaca y débil. El hombre con corazón y mente unido al Padre, creador de todo el universo, será capaz de unirse al amor misericordioso de Cristo, perdonando a los que lo ofenden, sanando a los que lo lastiman y amando a los que lo odian. En fin, somos llamados a superar a la muerte y lo lograremos, porque Cristo lo hizo.
«En el libro de los Hechos, la persecución aparece como el estado de vida permanente de los discípulos, de acuerdo con lo que había dicho Jesús: “Si a mí me han perseguido, también os perseguirán a vosotros”. Pero la persecución, en lugar de apagar el fuego de la evangelización, lo atiza todavía más. […] El Espíritu Santo es el protagonista de la evangelización. “Padre, voy a evangelizar” ― “Sí, ¿qué haces?” ― “Ah, yo anuncio el Evangelio y digo quién es Jesús, trato de convencer a la gente de que Jesús es Dios”. Amigo, eso no es evangelización, si no hay Espíritu Santo no hay evangelización. Eso puede ser proselitismo, publicidad…. Pero la evangelización es dejar que el Espíritu Santo te guíe, que sea Él quien te empuje al anuncio, al anuncio con el testimonio, incluso con el martirio, incluso con las palabras.»
(Audiencia de S.S. Francisco, 2 de octubre de 2019).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Poner especial atención a los signos de amor de Dios en este día.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.