Miembros del Regnum Christi participaron en una semana de estudio organizada por la Universidad Pontificia de la Santa Cruz. El evento se desarrolló en Roma, Italia, del 30 de enero al 3 de febrero y contó con más de 250 participantes. Las actividades se dirigieron principalmente a reflexionar sobre las posibilidades, los retos y las cuestiones relacionadas con el acompañamiento espiritual, específicamente dentro de las propias realidades eclesiales.
Sobre el tema central del acompañamiento espiritual subrayó el Card. Kevin Farrell, prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, la importancia de salvaguardar la libertad en la relación entre el que dirige y el dirigido:
«Es muy importante que el acompañante espiritual no toma la decisión respecto a la vocacion de aquella persona (que acompaña). No debe de tratar de convencer a la persona que debe de hacer una cosa o la otra».
Otros ámbitos de profundización fue entender el sentido del acompañamiento espiritual y el camino de formación de una personalidad cristiana madura. Para esto se eligió seguir una metodología de diálogo en pequeños grupos en el que se mezclaban los distintos participantes para enriquecerse mutuamente intercambiando experiencias y opiniones.
Representación de realidades eclesiásticas
Participaron en el curso fieles de diversas diócesis y miembros de Congregaciones y Movimientos. Entre ellos, hubo representación de los Focolares, el Camino Neocatecumenal, la Prelatura del Opus Dei, Comunidad de L’Emmanuel, y también, como se mencionó anteriormente, miembros del Regnum Christi. A continuación se presentan testimonios de algunos de los participantes.
Ángela María Arbeláez, miembro laico de la sección de Medellín, Colombia
«Para mí, lo vivido fue muy especial en cuanto al sentido de Iglesia. Me traje en mi corazón la Iglesia, sus debilidades y sus fortalezas, su humanidad y su divinidad. Ver la unión de todos los movimientos y comunidades, el anhelo por ser mejores, de corregir los errores y ser imitadores de la delicadeza y respeto que Dios tiene a las almas en su libertad. Todo esto me anima a seguir construyendo la Iglesia de Cristo desde mi llamado y mis talentos. Escuchar a Dios y escuchar al que tengo en frente sabiendo que es terreno sagrado; me ayudó a respetar y valorar a quien estoy acompañando».
Mark Thelen, LC
«Me gustó muchísimo el curso. Fue una muy buena oportunidad, sobre todo para conocernos entre las nuevas realidades eclesiales y escuchar cómo estamos acompañando. Dios nos da un carisma a muchos para acompañar a las personas en su crecimiento, hay que ver los retos de hoy para saber cuáles son las necesidades y corregir las cosas que no van tan bien; en este sentido, fue animador ver, que a pesar de las cosas tristes de nuestra historia, hay una evolución normal de las cosas que uno va madurando en ese mismo acompañamiento, hay que ir entendiendo cada vez mejor cuál es la mejor manera, cosas que ayudan, cosas que no ayudan».
Merce Madrigal, Consagrada del Regnum Christi
«Para mi fue una experiencia de eclesialidad, de comunión, de confirmación de nuestro carisma: Eclesialidad porque el hecho de que el curso haya sido en Roma es una forma de “respirar Roma”, “respirar Iglesia” con todo lo que esto puede significar para el alma; de comunión con otros movimientos y comunidades, compartiendo intuiciones e inquietudes, luces, experiencias (con sus aciertos y sus errores), conversión y crecimiento por el Espíritu Santo; y, por último, de confirmación del carisma, del camino realizado y por realizar, evidenciar el acompañamiento como elemento carismático de crecimiento humano y espiritual de los miembros, como elemento de perseverancia en este peregrinar y de que sea para nosotros, como bien lo explicó Mons. Fisichella, un medio de evangelización, un medio de formación de “discípulos misioneros” en la Iglesia y al servicio de la Iglesia».