Del 30 de septiembre al 2 de octubre, se llevó a cabo el Congreso Mundial de las Familias en la Ciudad de México, en la Expo Santa Fe. El Congreso Mundial de las Familias (WCF, por sus siglas en inglés) es un evento público internacional e interreligioso que busca unir y equipar a líderes, organizaciones y familias para afirmar, celebrar y fortalecer a la familia como el entorno fundamental y natural clave para el florecimiento de individuos maduros y sociedades sostenibles.
Participaron en el evento más de 10 mil personas de forma presencial y en línea. Uno de los expositores fue el P. Guillermo Serra, LC especialista en espiritualidad matrimonial. Ana Paula Morales, directora de Tierra Santa México, entrevistó al P. Guillermo sobre cómo vivir una espiritualidad en la familia.
P. Guillermo, ¿qué consejos nos da a los matrimonios para vivir una sana espiritualidad?
Un primer consejo que daría es algo muy sencillo: Estar abiertos a Dios porque muchos se casan por la Iglesia y después se les olvida que Dios está presente en el matrimonio y Él quiere darles muchos regalos. Dios es tan sabio que esos regalos los da a través del esposo y de la esposa, pero tú no puedes tomar esos regalos, sino que esos regalos que tú necesitas para tu matrimonio te los tiene que dar tu esposo o tu esposa.
A mí me gusta hablar de esa mesa de regalos del matrimonio, cuando te casas, porque también hay una mesa de regalos espiritual. Esa mesa espiritual tiene todo lo que Dios quiere regalar a los esposos y donde no puedes llegar tú y tomarla, sino que es tu esposo quien tiene que tomar lo que es para ti y dártelo; y tú tomar lo que es para tu esposo y dárselo. Por eso, creo yo, es tan importante la comunicación, la comunión entre los dos, el tener un centro espiritual en el hogar donde puedes comunicarte con Dios y pedir esas gracias (esos regalos); y a muchos se olvida esa mesa de regalos y prefieren irse a la de los centros comerciales como la de Liverpool o la de Palacio de Hierro… Es mucho más importante tener en cuenta la mesa de regalos espiritual y utilizarla porque Dios quiere darles todo.
¿Y cómo podemos hacer compatible la espiritualidad de uno y del otro? Porque a lo mejor a uno le gusta más rezar el rosario y al otro no, a uno le gusta ir más a Misa y al otro no tanto. ¿Cómo vivir eso en conjunto? Y sobre todo las mujeres – usted ha visto que somos un poco más sensibles al tema espiritual – y a los hombres les cuesta un poco más. ¿Cómo podemos hacer con nuestros esposos, no para que vengan a todas nuestras actividades espirituales, pero sí por lo menos a las básicas?
Yo creo que hay que distinguir dos cosas, primero, el hombre ciertamente tiene unas cualidades que son complementarias a la mujer, y en la espiritualidad también sucede así. El hombre es espiritual en un modo particular y la mujer en otro y está bien que cada uno tenga su ritmo, su experiencia, pero es importante compartir esos bienes porque son bienes, así como se dice que el hombre puede ser más racional y la mujer más emocional, pero no están en contradicción, al revés, se complementan, yo creo que la espiritualidad debe tener una parte complementaria. Y hay que señalar también que hay mujeres racionales y hombres emocionales. Ahora bien, ¿qué son esas prácticas espirituales? ¿Cómo hacerle? ¿Cómo decidir qué hacemos juntos? Pues es algo que tienen que ponerse de acuerdo los dos, yo me siento bien si tú me acompañas, me ayudas y rezamos el rosario juntos.., un misterio del rosario; entonces ponerse de acuerdo, porque creo que es importante que los dos tengan esa dimensión espiritual trabajada, compartida y valorada, porque si no el matrimonio se va haciendo cada vez más chiquito.
¿Y cómo compartir esa espiritualidad con los hijos, qué recomienda sobre todo para las madres de familia, que tienen hijos más grandes y los quieren llevar por el buen camino o llevarlos por una vida espiritual, qué recomienda para ellas y para las que tienen hijos más pequeños para que también vivan una espiritualidad?
Con los niños pequeños es fácil porque ellos mismos, naturalmente, están abiertos a Dios, a la maravilla, a los cuentos, a las historias de la Biblia, llegan a la primera comunión felices, esperemos que bien preparados y es curioso porque ahí es cuando los papás empiezan a iniciar una etapa nueva, que es donde el hijo cuestiona al papá. El hijo te cuestiona: ¿Papá y por qué no comulgas? ¿Papá, por qué no vas a misa? ¿Y papá.. y papá..? Entonces es una confrontación muy bonita, porque ya la espiritualidad no es la mía personal, la de mi esposa o la de la familia, es nuestro hijo, nuestra hija, nuestros hijos que empiezan a integrarse y a cuestionarnos. Esa es una primera etapa, diríamos, de crisis que es muy bonita porque puede ser un llamamiento para profundizar nuetra fe y retomarla otra vez pero con mayor profundindad.
Y la segunda parte de tu pregunta, ya con los hijos adolescentes, es la típica pregunta de todas las mamás: Padre, ¿qué hago con mi hijo adolescente que no quiere ir a misa? La adolescencia es la etapa donde se cuestiona todo y está bien que se cuestionen el por qué es bueno ir a misa, por qué tengo que ir. Ahora bien, tienen que darles los instrumentos, las herramientas para que tomen esa decisión y que sea algo coherente. Y no es fácil, a veces, acompañar a un adolescente que se cuestiona todo; pero en el fondo la pregunta que él tiene es sobre ese Dios que me han enseñado. Para el adolescente en ese momento no es relevante el por qué tiene que ir a misa. Esa relevancia la tiene que descubrir y es una tarea que solo él puede hacer, por más que lo obligues, no va a descubrir por qué Dios es relevante. “Voy a misa porque lo dice mi mamá, pero no porque Dios sea alguien para mí”. Y es cuando hay que darle espacio para que él cuestione y acoja también a ese Dios que también quiere que se cuestione. Dios no agarra a los adolescentes y los mete a la fuerza. No, al revés, ¿tú qué opinas de Dios? ¿Qué experiencia tienes de Dios? ¿Qué te falta?
Con 17 años, yo dije: No vuelvo a ir a misa hasta que sepa lo que está pasando en la misa, y desde ese día que regresé a la misa todo fue distinto. Ahora ya no voy a misa, ahora yo celebro misa todos los días. Entonces, Dios actúa de verdad, tengan fe, Dios actúa. Si los papás viven coherentemente su fe, Dios actúa también en el adolescente, en toda la familia.
Padre, ¿podría decirnos dónde lo podemos encontrar en internet y redes sociales? Sobre todo porque estamos seguros que más de algún papá o mamá lo querrá buscar para más información.
¿Encontrarme? En redes sociales, en casi en todas estoy como “Padre Guillermo Serra”. Me pueden encontrar en Twitter, Facebook, Instagram, YouTube y también en TikTok, ahí les espero también.
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