Las misiones en Costa de Marfil 2024, organizadas por el Regnum Christi, se han caracterizado por un profundo compromiso de los misioneros en el servicio a las comunidades locales, centrándose en tres áreas: la educación, la evangelización y el apoyo social. Estas actividades se desarrollan en un contexto de gran necesidad, donde los desafíos socioeconómicos requieren un enfoque que combine la caridad con el desarrollo humano.
30 misioneros provenientes de diversas ciudades de Italia visitaron del 29 de julio al 13 de agosto las localidades de Abidjan, Yamoussoukro, Bouaké, Toumudi y Dabakalà. Bajo el acompañamiento de los padres Gonzalo Monzón, L.C. y Matthew Whalen, L.C., pudieron trabajar en orfanatos, en centros de asistencia a enfermos mentales, así como en centros de desarrollo personal, profesional y social. Los misioneros también se beneficiaron de encuentros con personas comprometidas en diversas instituciones públicas y privadas, pudiendo adquirir un conocimiento preciso del contexto social, cultural y económico del país.
Las misiones implican una acción concreta en un país que, a pesar de los avances de las últimas décadas, sigue viviendo importantes desigualdades sociales y económicas. El Regnum Christi de Italia participa aquí buscando mejorar las condiciones de vida de las personas a través de un enfoque integrado que comprende la formación integral de cada persona y su inserción y participación en la sociedad.
Un aspecto importante de las misiones fue el contacto con las diversas comunidades locales, tanto en el ámbito urbano como rural. La relación diaria con los niños, los jóvenes y las familias fue fundamental para descubrir los valores y tradiciones de este pueblo de África subsahariana, así como para compartir preocupaciones y expectativas en el contexto histórico actual. Las misiones fueron una ocasión valiosa para crecer a nivel personal y para desarrollar el valor del compromiso en el servicio a los demás.
Los testimonios de los misioneros relatan una experiencia enriquecedora, tanto desde el punto de vista humano como espiritual. Subrayan cómo el contacto directo con las dificultades cotidianas de la población local permite vivir de manera más profunda el mensaje cristiano de la solidaridad y la caridad. Las misiones del Regnum Christi de Italia en Costa de Marfil representan un desafío para ponerse al servicio del desarrollo humano y espiritual, en un contexto donde la necesidad de ayuda es fuerte, pero igualmente fuerte es la voluntad de construir un futuro mejor.
«Llevo conmigo los rostros y las sonrisas de estas personas» – P. Gonzalo Monzón, L.C.
El P. Gonzalo Monzón, L.C., desde hace varios años trabaja en Italia en distintos apostolados. Uno de ellos es la dirección del departamento de formación integral de la Universidad Europea de Roma y del Ateneo Pontificio Regina Apostolorum.
Sobre las misiones a Costa de Marfil nos comparte lo siguiente:
«Para mí, esta experiencia fue una profunda confirmación de la presencia y el amor de Dios en cada rincón del mundo. Desde el inicio del viaje, percibí en los jóvenes una sincera sed de entregarse y de vivir una experiencia que pudiera dejar una huella, no solo en los corazones de los demás, sino también en los suyos.
Juntos, nos preparamos espiritualmente y viendo toda la logística para afrontar esta aventura, pero nada podía realmente prepararnos para la intensidad de lo que viviríamos. Al llegar a Costa de Marfil, nos recibieron con una generosidad y una alegría que nos tocaron el corazón de inmediato. El pueblo donde prestamos servicio es un lugar de desafíos, donde las necesidades materiales son evidentes, pero también es un lugar de gran fe y esperanza.
También celebramos la Misa para la comunidad local. Ver su ferviente participación me conmovió profundamente. Los jóvenes que estaban conmigo trabajaron incansablemente para llevar una sonrisa y esperanza a los niños y las familias. Vi en ellos una fe madura y valores extraordinarios, capaces de traducirse en acciones concretas y de testimoniar el amor de Cristo de manera tangible.
Como sacerdote, tuve la oportunidad de guiar momentos de reflexión y oración, pero también de escuchar confesiones y acompañar espiritualmente a estos jóvenes durante todo el recorrido. Cada noche nos reuníamos para compartir las experiencias del día y orar juntos. Era evidente que Dios estaba dejando su huella en cada uno de nosotros, transformando nuestros corazones y fortaleciendo nuestro llamado al servicio.
Al regresar a Italia, llevo conmigo los rostros y las sonrisas de esas personas, pero sobre todo, llevo un renovado compromiso de servir a Dios en mis hermanos y hermanas. Esta misión ha reforzado mi convicción de que el verdadero sentido de nuestra vida se encuentra en el don de uno mismo a los demás. Agradezco de corazón a los jóvenes que compartieron conmigo esta experiencia y al Regnum Christi por la organización y el apoyo.
Invito a todos aquellos que sienten el deseo de hacer una diferencia en el mundo a considerar seriamente la posibilidad de participar en una misión: es una oportunidad única para encontrar a Cristo en los rostros de los pobres y para dejarse transformar por su amor».
«Aprendí mucho de ellos, más de lo que yo pude dar» – Andrea Rossi
Uno de los participantes, Andrea Rossi, de 22 años, también nos compartió su experiencia misionera:
«Tuve la oportunidad de vivir una experiencia que me cambió la vida este verano: una misión en Costa de Marfil con el Regnum Christi. Siempre he estado activo en mi parroquia, pero sentía el deseo de hacer algo más por los demás, algo que me sacara de mi zona de confort. Cuando supe de la posibilidad de participar en una misión en África, no dudé en aprovechar la oportunidad.
El viaje fue largo y desafiante, pero la acogida de las personas en Costa de Marfil fue cálida y afectuosa. Trabajamos en un pueblo en el norte del país, donde la pobreza es evidente, pero también lo es la fuerza de la fe y la esperanza. Cada día nos despertábamos temprano para ayudar en las actividades de la comunidad: construcción de estructuras, distribución de alimentos, pero sobre todo, compartir el Evangelio y nuestro tiempo con niños y familias.
Lo que más me impactó fue la alegría y la gratitud de las personas a pesar de las dificultades. Aprendí mucho de ellos, más de lo que yo pude dar. Su fe me inspiró a vivir la mía de una manera más auténtica y profunda. Esta misión me enseñó el valor de la solidaridad y del servicio, pero sobre todo, me acercó a Dios de una manera que nunca imaginé.
Volver a casa no fue fácil, porque una parte de mí se quedó en Costa de Marfil, pero sé que el trabajo que hicimos seguirá dando frutos. Agradezco al Regnum Christi por haberme dado esta oportunidad e invito a cualquiera que sienta el deseo de servir y vivir una experiencia de fe intensa a participar en una misión. Es un regalo que cambia el corazón y la vida».
