H. Erick Flores, L.C.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Hola, me pongo en este momento en tu presencia, Señor. Tú más que nadie sabe aquello que necesito para estar bien conmigo, con los demás y contigo. Ayúdame encontrar el camino de mi felicidad, el camino de un amor sincero y puro.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 12, 1-8
En sábado, atravesaba Jesús por los sembrados. Los discípulos, que iban con él, tenían hambre y se pusieron a arrancar espigas y a comerse los granos. Cuando los fariseos los vieron, le dijeron a Jesús: “Tus discípulos están haciendo algo que no está permitido hacer en sábado”.
Él les contestó: “¿No han leído ustedes lo que hizo David una vez que sintieron hambre él y sus compañeros? ¿No recuerdan cómo entraron en la casa de Dios y comieron los panes consagrados, de los cuales ni él ni sus compañeros podían comer, sino tan sólo los sacerdotes?
¿Tampoco han leído en la ley que los sacerdotes violan el sábado porque ofician en el templo y no por eso comenten pecado? Pues yo les digo que aquí hay alguien más grande que el templo.
Si ustedes comprendieran el sentido de las palabras: Misericordia quiero y no sacrificios, no condenarían a quienes no tienen ninguna culpa. Por lo demás, el Hijo del hombre también es dueño del sábado”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Una reflexión muy sencilla. El hombre puede hacer muchas cosas, algunas son necesarias. El comer es una necesidad y, desde niños, en el momento en que nacemos, está en nosotros esa naturaleza que devora, se satisface por un momento, pero con el tiempo regresa el apetito.
Ahora sería el momento de recordar que el hombre no es sólo su cuerpo. El hombre es corporal y espiritual, por tanto, se puede decir que el hombre lleva consigo un deseo espiritual. El alma es capaz no sólo de consumir espiritualmente, sino de gustar lo que recibe.
Debemos aprender a gustar lo que le damos a nuestra alma. «Misericordia quiero no sacrificios…» es una frase que sintetiza el gusto de todo alimento sano para el espíritu.
«Hoy, día de la Virgen del Carmen, pensemos en el corazón de Jesús, para que nos haga comprender esto, con el corazón misericordioso, que sólo nos dice: “Dame tus debilidades, dame tus pecados, yo perdono todo”. Jesús perdona todo, siempre perdona. Que ésta sea nuestra alegría.»
(Cf Homilía de S.S. Francisco, 7 de julio de 2017).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Dar testimonio de mi fe bendiciendo los alimentos antes de comer en un restaurante, centro comercial, casa de un amigo, etc.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.