San Felipe de Jesús, mártir.
H. Miguel Pastrana, L.C.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, confío en Ti. Ayúdame a confiar más.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 9, 23-26
En aquel tiempo, Jesús le dijo a la multitud: “Si alguno quiere acompañarme, que no se busque a sí mismo, que tome su cruz de cada día y me siga. Pues el que quiera conservar para sí mismo su vida, la perderá; pero el que la pierda por mi causa, ése la encontrará. En efecto, ¿de qué le sirve al hombre ganar todo el mundo, si se pierde a sí mismo o se destruye?
Por otra parte, si alguien se avergüenza de mí y de mi doctrina, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga revestido de su gloria y de la del Padre y de la gloria de los santos ángeles”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
¿Alguna vez se han puesto a pensar qué significa no buscarse a sí mismo? ¿Acaso significa que somos malos, o que siempre lo que pensamos está mal? Jesús no nos pide que nos descalifiquemos o que desconfiemos de nuestras decisiones. Sí, ha sido Dios mismo quien nos ha dado nuestros talentos y nos ha dotado de la capacidad de pensar. De hecho, querernos a nosotros mismos es una manera de responder a su amor.
En el Evangelio, Jesús nos pide que confiemos más en Él. Hay veces en las que nosotros pensamos que algo nos hace bien, pero Jesús sabe que ese algo, en realidad, nos puede hacer un mal o, quizás, tiene preparado algo mucho mejor para nosotros.
Cristo lo que más quiere es que seamos felices y sabe que hay cosas que nos gustan o que creemos mejores. Sólo nos pide que confiemos un poco en que Él sabe un poco (o un bastante) más que nosotros lo que nos conviene. No desea que nos volvamos amargados, pero hay veces que la verdadera felicidad está por un camino muy diferente.
¿Tienes cosas en las que tomas decisiones sin consultar a Dios? ¿Le has preguntado qué es lo mejor? Empieza por preguntarle y, si sientes esa resistencia, no tengas miedo de ponerlo también en manos de Dios. Si tienes cosas en las que aún no quieres darle el control a Dios, díselo a Cristo con honestidad. A Él le agrada más y puede hacer más contigo de lo que tú piensas.
«El mundo digital, las redes sociales que nos invaden y traspasan, difuminan fronteras, borran límites y distancias, reducen las diferencias. Parece todo al alcance de la mano, todo tan cercano e inmediato. Sin embargo, sin el don comprometido de nuestras vidas, podremos tener miles de contactos, pero no estaremos nunca inmersos en una verdadera comunión de vida. La misión hasta los confines de la tierra exige el don de sí en la vocación que nos ha dado quien nos ha puesto en esta tierra. Me atrevería a decir que, para un joven que quiere seguir a Cristo, lo esencial es la búsqueda y la adhesión a la propia vocación.»
(Mensaje del Papa Francisco para la Jornada Mundial de la Juventud, 2018)
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy voy a darme un tiempo para escuchar a Dios que quiere lo mejor para mí. Así podré acoger mejor su llamada.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.