El 30 de junio de 2024, el P. Jérôme Dejoie, L.C., fue ordenado diácono en la Basílica de Notre-Dame de Boulogne (Francia) por Mons. Matthieu Rougé, obispo de la diócesis de Nanterre (Hauts-de-Seine). Acompañaron al P. Jérôme su familia, miembros del Regnum Christi y los feligreses de la Basílica.
Durante su homilía, Mons. Rougé subrayó:
«No es indiferente que esta ordenación tenga lugar en esta iglesia de Notre-Dame de Boulogne, santuario y parroquia diocesana, donde María – sobre las olas – aparece más fuerte que la muerte, al presentar a su Hijo al mundo, al ser sierva. de nuestra esperanza y de nuestra vida. Querido Jerónimo y todos vosotros, hermanos y hermanas, demos gracias por la celebración de este día que nos pone ante nuestra llamada a vivir como servidores de la vida en la fe en Cristo, con el acompañamiento benéfico de María, la humilde sierva del Caballero».
En la víspera de su ordenación diaconal, el P. Jérôme compartió lo siguiente ante las personas reunidas en una vigilia de oración por las vocaciones en Notre-Dame de Boulogne:
«Estoy a las puertas del diaconado gracias a la oración de tantas personas que se han arrodillado para orar por las vocaciones. Son estas oraciones las que me ayudaron a lo largo de mis 19 años de formación. Estoy ante ustedes esta tarde como fruto de sus oraciones».
Y añadió:
«No me siento preparado, pero el Señor está dispuesto a acompañarme, a acogerme para que pueda ser su diácono al servicio de la Iglesia».
Esta ordenación diaconal es una invitación a seguir orando por todas las vocaciones y de seguir a Cristo en la vida religiosa y el sacerdocio en la Legión de Cristo, como camino de servicio a Dios y su pueblo. Puedes ver las fotos de la ordenación en este enlace.
Oración por las vocaciones excrita por Mons. Matthieu Rougé
¡Bendito seas, Señor,
por todos aquellos que han proclamado el Evangelio en nuestra diócesis!
¡Bendito seas por los sacerdotes, los consagrados, los evangelizadores, los educadores, los servidores de los pobres!
¡Bendito seas por Santa Genoveva y San Vicente de Paúl,
por los bienaventurados mártires de Argelia,
por todos los santos escondidos de nuestra diócesis!
Llama en nuestro tiempo a hombres y mujeres que acepten dejarlo todo para dar testimonio de tu amor.
Permite que nuestros corazones estén disponibles para tu llamada.
Señor, danos tu Espíritu de oración, confianza y amor para que la alegría del Evangelio despierte y encienda nuestros tiempos. ¡Amén!
(Artículo traducido al español del original “Un appel à vivre en serviteur de la vie dans la foi au Christ“, cortesía de regnumchristi.fr)