Martes 12 de julio – ¿Sé descubrir la acción de Dios en mi vida?
H. Cristian Gutiérrez, LC
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Creo en Ti, Jesús. Creo con todas mis fuerzas que Tú eres mi Dios y mi Señor. Confío en Ti. Sé que Tú nunca me defraudas, que no puedes engañarme, que eres fiel. Te amo, aunque todavía demasiado poco. Quiero amarte más. Te pido perdón por mis faltas, mis pecados, mis debilidades y te las entrego para que las cambies en gracias de misericordia y amor. Tómame, Señor, de la mano y jamás me sueltes.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 11, 20-24
En aquel tiempo, Jesús se puso a reprender a las ciudades que habían visto sus numerosos milagros, por no haberse arrepentido. Les decía:
«¡Ay de ti, Corozaín! ¡Ay de ti, Betsaida! Porque si en Tiro y en Sidón se hubieran realizado los milagros que se han hecho en ustedes, hace tiempo que hubieran hecho penitencia, cubiertas de sayal y de ceniza. Pero yo les aseguro que el día del juicio será menos riguroso para Tiro y Sidón, que para ustedes.
Y tú, Cafarnaúm, ¿crees que serás encumbrada hasta el cielo? No. Serás precipitada en el abismo, porque si en Sodoma se hubieran realizado los milagros que en ti se han hecho, quizá estaría en pie hasta el día de hoy. Pero yo te digo que será menos riguroso el día del juicio para Sodoma que para ti».
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
Creo que ésta es una de las pocas veces que puedo contemplarte triste. Te duele la falta de fe y de reconocimiento del hombre. No eres indiferente al desinterés y frialdad del ser humano. Cada vez que te rechazo provoco un dolor a tu Corazón. Tú quieres que me salve y me das los medios para ello. ¡Cuánto sufres cuando opto por otro camino al que me propones! Sin embargo, respetas mi libertad. Ayúdame a siempre aprovechar los medios que me das para salvarme.
Con este Evangelio creo que me invitas a preguntarme, ¿sé descubrir la acción de Dios en mi vida?
Puede ser que pase mis días sin detenerme a contemplar mi existencia y ver las cosas que has hecho en ella. Tal vez has realizado en mí grandes cosas, sin que yo me dé cuenta, las valore y te las agradezca. Quizá pusiste en mi camino una persona, o permitiste un acontecimiento, me libraste de un peligro o me previniste de un mal. Todo siempre para mi bien.
Permíteme, Señor, descubrir tu paso por mi vida. Ese paso que no deja igual lo que toca, sino que lo sana, lo enriquece, lo bendice. Aparta de mí la actitud de aquellos pueblos que no reconocieron tus proezas. No quiero permanecer indiferente a tanto amor que me brindas, no sólo por temor a un juicio, sino por amor a una Persona.
(Mensaje del Santo Padre Francisco, en la 49° Jornada Mundial de la Paz, 1º de enero 2016)
«La primera forma de indiferencia en la sociedad humana es la indiferencia ante Dios, de la cual brota también la indiferencia ante el prójimo y ante lo creado. Esto es uno de los graves efectos de un falso humanismo y del materialismo práctico, combinados con un pensamiento relativista y nihilista. El hombre piensa ser el autor de sí mismo, de la propia vida y de la sociedad; se siente autosuficiente; busca no sólo reemplazar a Dios, sino prescindir completamente de él.»
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Rezaré con conciencia la acción de gracias después de las comidas; si no acostumbro hacerlo, iniciaré hoy ser más agradecido(a) con Dios rezando esta acción de gracias.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.