Miércoles 13 de julio - Todo don puede ser un talento para amar.

Miércoles 13 de julio – Todo don puede ser un talento para amar.

 

Iván Yoed González Aréchiga LC

 

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

 

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Señor, ¿cómo se construye una amistad sino a base de frecuentar al amigo? Es por eso que hoy me encuentro aquí. Tú eres el amigo que siempre ha tocado a la puerta de mi alma. Hoy cedo, hoy tengo tiempo, hoy deseo incluso dártelo. Quiero conocerte y darte gracias por no cansarte nunca de llamar a mi corazón. Has conseguido que te abra mis puertas. Gracias por venir a mí. Quiero escucharte y conversar contigo.

 

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Mateo 11, 25-27

En aquel tiempo, Jesús exclamó: «¡Yo te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a la gente sencilla! Gracias, Padre, porque así te ha parecido bien.

El Padre ha puesto todas las cosas en mis manos. Nadie conoce al Hijo sino el Padre, y nadie conoce al Padre sino el Hijo y aquel a quien el Hijo se lo quiera revelar».

Palabra del Señor.

 

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.

Te doy gracias, Dios mío, porque me has ofrecido experimentar tu misericordia. A mí, alma simple y sencilla, pecadora. ¿Qué he hecho yo para merecer tu amor?, ¿qué encuentras en mí, que te hace siempre volver a mí?, ¿es que nunca te cansarás de ofrecerme tu perdón? No, porque tu amor nunca se cansa. Desde siempre me has amado. Recibí tu bautismo, recibí tu comunión, y recibo siempre tu perdón en la confesión. Puedo llamarme tu hijo, tu hija. Todo ha sido puro don.

 

«Lo que gratis recibisteis, dadlo gratis» me dices Tú, Jesús. Pero la dificultad no se presenta en aceptar este mandato, sino en mirar los tantos dones de tu amor. Me ciega el egoísmo. Te pido tu gracia para ver tu amor providencial.

 

¿Alguna vez me he detenido a contemplar tu bondad para conmigo?, ¿qué podría encontrar?, ¿qué podría agradecer? Un alma agradecida tiene una belleza especial para tus ojos. Y yo quiero detenerme ahora, durante estos instantes para darte gracias. Quiero contemplar mi vida, contemplar tu amor para conmigo. Quiero ahora darte gracias por los dones más sencillos y agradables,  así como por aquellos ásperos e insípidos. Todo ha sido don: porque todo es un talento para amar. En estos instantes me dispondré a mirar tus dones, pues te quiero agradecer y corresponder…

(Homilía de S.S. Francisco,  29 de febrero  de 2016, en Santa Marta).

« Porque en nuestra imaginación la salvación debe venir de algo grande, de algo majestuoso: nos salvan sólo los poderosos, los que tienen fuerza, los que tienen dinero, los que tienen poder, estos pueden salvarnos. En cambio el plan de Dios es otro. Se indignan porque no pueden comprender que la salvación sólo viene de lo pequeño, de la sencillez de las cosas de Dios. Cuando Jesús propone el camino de la salvación, nunca habla de cosas grandes, sólo de cosas pequeñas»

 

 

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

 

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

A ejemplo tuyo, Señor Jesús, en este día buscaré ser un alma especialmente agradecida con las personas con quienes conviva, o incluso con alguna que esté lejana, pero que podría contactar para saludarla.

 

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Amén.

 

¡Cristo, Rey nuestro!

¡Venga tu Reino!

 

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.

Ruega por nosotros.

 

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Comparte: