Lunes 16 de mayo – Todo es posible para el que tiene fe
H. Balam Loza LC
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor, qué alegría estar contigo. He estado esperando con mucha ilusión este momento tan agradable. Estar contigo es lo mejor que me puede pasar. Sólo en Ti reposa mi alma. En Ti está mi alegría. Me pueden venir innumerables problemas pero si Tú estás conmigo nadie me podrá quitar la paz. Cuando el peligro se acerca y me hiere, me recuesto en tu pecho y me siento fortalecido. Cuando las olas parece que me quieren hundir acudo a Ti y me traes la paz.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Marcos 9, 14-29
En aquel tiempo, cuando Jesús bajó del monte y llegó al sitio donde estaban sus discípulos, vio que mucha gente los rodeaba y que algunos escribas discutían con ellos. Cuando la gente vio a Jesús, se impresionó mucho y corrió a saludarlo.
Él les preguntó: “¿De qué están discutiendo?” De entre la gente, uno le contestó: “Maestro, te he traído a mi hijo, que tiene un espíritu que no lo deja hablar; cada vez que se apodera de él, lo tira al suelo y el muchacho echa espumarajos, rechina los dientes y se queda tieso. Les he pedido a tus discípulos que lo expulsen, pero no han podido”.
Jesús les contestó: “¡Gente incrédula! ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganme al muchacho”. Y se lo trajeron. En cuanto el espíritu vio a Jesús, se puso a retorcer al muchacho; lo derribó por tierra y lo revolcó, haciéndolo echar espumarajos. Jesús le preguntó al padre: “Cuánto tiempo hace que le pasa esto?” Contestó el padre: “Desde pequeño. Y muchas veces lo ha arrojado al fuego y al agua para acabar con él. Por eso, si algo puedes, ten compasión de nosotros y ayúdanos”.
Jesús le replicó: “¿Qué quiere decir eso de ‘si puedes’? Todo es posible para el que tiene fe”. Entonces el padre del muchacho exclamó entre lágrimas: “Creo, Señor; pero dame tú la fe que me falta”. Jesús, al ver que la gente acudía corriendo, reprendió al espíritu inmundo, diciéndole: “Espíritu mudo y sordo, yo te lo mando: Sal de él y no vuelvas a entrar en él”. Entre gritos y convulsiones violentas salió el espíritu. El muchacho se quedó como muerto, de modo que la mayoría decía que estaba muerto. Pero Jesús lo tomó de la mano, lo levantó y el muchacho se puso de pie.
Al entrar en una casa con sus discípulos, éstos le preguntaron a Jesús en privado: “¿Por qué nosotros no pudimos expulsarlo?” Él les respondió: “Esta clase de demonios no sale sino a fuerza de oración y de ayuno”.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio.
Y sigues con esta generación incrédula. Te has quedado conmigo, a mi lado y sin embargo sigo siendo incrédulo. Te tengo en la Eucarística y voy poco a visitarte. Tengo cosas que hacer y no te doy mi tiempo. Y cuando estoy delante de Ti, ya no me impresiono. Es que eso es para los niños y yo ya soy “grande”, no me voy a rebajar… En fin, mi amor por Ti es frío, pragmático o simplemente simbólico. ¡Si me diera cuenta de quién está delante de mí! TODO CAMBIARÍA…
Señor, cambia mi corazón y hazlo como el de un niño. Sé que me puedes quitar este corazón de piedra y darme un corazón de carne. Lloro con tristeza pues me doy cuenta de tantas gracias que no he recibido por falta de fe. Cuántas veces, queriéndome llenar de dones, he cerrado mi corazón y me he quedado sin nada. Y Tú has permanecido silencioso. No me has dicho nada pero en el fondo tu corazón sufre. Diste tu vida por mí y yo comulgo como si fuese algo cotidiano. Perdiste toda tu sangre y me demostraste cuánto me amabas, sin embargo, no soy capaz de aceptar tu amor y me cuesta acudir con confianza a Ti, para dejarme amar. Perdóname, Señor.
«La confianza de Dios en el hombre y en la mujer, a los cuáles confía la Tierra, es generosa, directa, plena. Pero es aquí donde el maligno introduce en su mente la sospecha, la incredulidad, la desconfianza. Y finalmente, llega la desobediencia al mandamiento que les protegía. Caen en ese delirio de omnipotencia que contamina todo y destruye la armonía. También nosotros lo sentimos dentro de nosotros, tantas veces, todos.»
(Homilía de S.S. Francisco, 22 de abril de 2015).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy viviré mi día con más fe. Cuando vengan las dificultades no me quejaré sino que daré gracias y pensaré que todo coopera para el bien, si creo.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.