51º aniversario sacerdotal del capellán del Colegio Mano Amiga León
Testimonio de entrega y gratitud
El martes 6 de febrero, en presencia de todo el personal y alumnado del Colegio Mano Amiga León, el P. Pablo López, L.C., celebró con una misa especial sus 51 años de sacerdocio.
51 años de ministerio sacerdotal, se dice fácil, pero en la acción, el testimonio de entrega del capellán del Colegio, hace difícil imaginar que alguien que se ha dado tanto, no esté realmente enamorado de su misión.
La alegría con la que recibió el personal a su muy preciado sacerdote, se pudo apreciar en particular en los rostros de los niños, quienes demostraron el gran cariño que se ha ganado el Padre durante más de dos años que ha permanecido en el colegio y que es tan especial para todos.
A sus 80 años, el P. Pablo, es un ejemplo de fidelidad, entrega, vitalidad, entusiasmo y un deseo incansable por servir a Dios y a sus fieles. A pesar de los años y de que él pudiera estar disfrutando ya, de un muy merecido descanso, no ha perdido las ganas de seguir haciendo lo que le gusta, desde que se ordenó sacerdote un 6 de febrero del año 1967.
Al inicio de la Eucaristía, el P. Pablo comentó que era muy importante expresar gratitud a Dios por los dones recibidos y que nada le daría más gusto, que llegar a su presencia, agradecido por los años que le dio la oportunidad de estar al frente de este ministerio de amor. Dentro de la homilía, también habló de lo importante que era ver a Cristo en cada pobre, desvalido y aquellos hermanos que solicitan ayuda, y que servir, es la misión más importante que Dios ha encomendado, invitándolos a continuar en el camino, con un espíritu generoso de servicio y amor al prójimo.
Al final de la misa, los alumnos de las tres secciones del Colegio (Preescolar, Primaria y Secundaria) ofrecieron al P. Pablo obsequios y muestras de cariño, que fueron recibidos con mucha alegría por parte del sacerdote.
Con esa misma gratitud de la que habló el capellán durante la misa, el Colegio Mano Amiga León agradece infinitamente, primero a Dios, por darles la oportunidad de tenerlo cerca y también por su testimonio y sus incansables deseos de servir, que los motivan a seguir su ejemplo.
¡Felicidades Padre Pablo, por estos 51 años de amor a Dios y a sus fieles!