mano paralizada

Lunes 10 de septiembre de 2018 – Dejar pasar la oportunidad de hacer el bien.

H. David Mauricio Sánchez Mejía, L.C.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Gracias, Señor, por darme una misión en el mundo. Me llamas a ser tus labios, tus manos y tus pies. Ayúdame a ser un reflejo de tu amor para aquellos que me rodean.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 6, 6-11
Un sábado, Jesús entró en la sinagoga y se puso a enseñar. Había allí un hombre que tenía la mano derecha paralizada. Los escribas y fariseos estaban acechando a Jesús para ver si curaba en sábado y tener así de qué acusarlo.

Pero Jesús, conociendo sus intenciones, le dijo al hombre de la mano paralizada: “Levántate y ponte ahí en medio”. El hombre se levantó y se puso en medio. Entonces Jesús les dijo: “Les voy a hacer una pregunta: ¿Qué es lo que está permitido hacer en sábado: el bien o el mal, salvar una vida o acabar con ella?”. Y después de recorrer con la vista a todos los presentes, le dijo al hombre: “Extiende la mano”. Él la extendió y quedó curado.

Los escribas y fariseos se pusieron furiosos y discutían entre sí lo que le iban a hacer a Jesús.

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Ante el milagro de Jesús los fariseos se enojan y no pueden creer que Jesús se haya atrevido a curar en sábado. Cualquier persona que busque una excusa para criticar a otra la va a encontrar, ni siquiera Cristo se libró de esto. Pero no por eso deja de obrar el bien y prefiere enfrentarse a la desaprobación de los fariseos a dejar pasar la oportunidad de hacer el bien.
Hoy en día también encontramos muchas personas necesitadas de curación o por lo menos de ayuda. Nos podemos preguntar: «¿Y qué hace Cristo por ellos?» Sin embargo, nos olvidamos que como parte de la Iglesia, somos el cuerpo místico de Cristo y que Él nos llama a ser esas manos extendidas que levantan, esos pies que acompañan, esa boca que anima. El problema es que nos paralizamos con nuestros problemas o ante lo que los demás piensan.
¿Estoy dispuesto a hacer el bien como Jesús lo hizo?

«La respuesta de Dios al pobre es siempre una intervención de salvación para curar las heridas del alma y del cuerpo, para restituir justicia y para ayudar a retomar la vida con dignidad. La respuesta de Dios es también una invitación a que todo el que cree en Él obre de la misma manera dentro de los límites de lo humano. La Jornada Mundial de los Pobres pretende ser una pequeña respuesta que la Iglesia entera, extendida por el mundo, dirige a los pobres de todo tipo y de toda región para que no piensen que su grito se ha perdido en el vacío. Probablemente es como una gota de agua en el desierto de la pobreza; y sin embargo puede ser un signo de compartir para cuantos pasan necesidad, que hace sentir la presencia activa de un hermano o una hermana.»
(Homilía de S.S. Francisco, 18 de noviembre de 2018).

Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Voy a ofrecer algo de comer a alguna persona que viva en la calle.

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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