Sábado 15 de diciembre de 2018 – Al menos tu acógeme.
H. Kevin Franco, L.C.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor mío, gracias por ayudarme en cada momento de mi vida. Te pido que toques mi corazón para saber escuchar lo que quieres de mí.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 17, 10-13
En aquel tiempo, los discípulos le preguntaron a Jesús: «¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir Elías?».
Él les respondió: “Ciertamente Elías ha de venir y lo pondrá todo en orden. Es más, yo les aseguro a ustedes que Elías ha venido ya, pero no lo reconocieron e hicieron con él cuanto les vino en gana. Del mismo modo, el Hijo del hombre va a padecer a manos de ellos».
Entonces entendieron los discípulos que les hablaba de Juan el Bautista.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Jesús nos toca el corazón nuevamente con sus palabras y nos dice que a Elías lo rechazaron, que no quisieron aceptarlo como un mensajero de Dios. Cuántas veces te pasa a ti y a mí que no sabemos acoger a esos mensajeros que Dios nos envía, a veces para animarnos, para consolarnos, y otras para corregir algunas cosas que estamos haciendo mal.
Te invito a ponerte las gafas de la fe y ver lo que Dios Padre quiere para ti. ¿Soy consciente de que Dios me habla a través de las personas que están en mi entorno? ¿Me molesta cuando alguien me intenta ayudar en los momentos de dificultad? Si es así no te preocupes, hoy tienes la oportunidad de acoger esos mensajes que Dios te envía.
Es necesario dejar que actúe el Espíritu Santo en tu vida, déjalo entrar en tu corazón no tengas miedo y verás como todo cambia en tu vida.
«Al ruido exterior, que a veces domina nuestras ciudades y nuestros barrios, corresponde a menudo una dispersión y confusión interior, que no nos permite detenernos, saborear el gusto de la contemplación, reflexionar con serenidad sobre los acontecimientos de nuestra vida y llevar a cabo un fecundo discernimiento, confiados en el diligente designio de Dios para nosotros. Como sabemos, el Reino de Dios llega sin hacer ruido y sin llamar la atención, y sólo podemos percibir sus signos cuando, al igual que el profeta Elías, sabemos entrar en las profundidades de nuestro espíritu, dejando que se abra al imperceptible soplo de la brisa divina»
(Mensaje de S.S. Francisco, 3 de diciembre de 2017).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Poner especial atención a las personas que están a mi lado y hacer pequeñas invocaciones al Espírito Santo.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.