Sábado 28 de septiembre de 2019 – El lenguaje de Cristo
H. Jorge Alberto Leaños García, L.C.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Cristo Jesús, vengo en busca de Ti, estoy sediento de estar junto a Ti, pero dame la gracia de sentir un deseo más fuerte de estar a tu lado.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 9, 43-45
En aquel tiempo, como todos comentaban, admirados, los prodigios que Jesús hacía, éste dijo a sus discípulos: “Presten mucha atención a lo que les voy a decir: El Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los hombres”.
Pero ellos no entendieron estas palabras, pues un velo les ocultaba su sentido y se las volvía incomprensibles. Y tenían miedo de preguntarle acerca de este asunto.
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Podemos pensar que a un acto bueno corresponde solo un acto bueno. O en una forma negativa podremos recordar aquel dicho de «Ojo por ojo diente por diente». Esto es una forma natural de pensar de todo hombre. Pero así, nunca podremos entender los planes de Dios.
Cristo habla en el lenguaje del amor que sobrepasa esta forma de pensar. Solo teniéndolo en cuenta podremos entender todo lo que hizo Cristo en la cruz y, sobre todo, podremos entender lo que hace Cristo en nuestras vidas. No siempre podremos comprender, pero esto no impide que podamos alimentar nuestras convicciones. Sin importar las dificultades, podemos tener presente que Cristo nos ama, y que todo contribuye para aquellos que le aman.
Esto nos da una luz para entender la misión que se nos encarga, una misión que sobrepasa las fuerzas humanas. Estamos llamados a no limitar nuestro amor y a salir al encuentro de nuestros amigos y enemigos para ser un testimonio vivo. Somos testigos de un hombre que entregó su vida por toda la humanidad; buenos y malos; sencillos y soberbios; generosos y egoístas.
Es así como nuestro amor exige salir al encuentro de todos, pues su fuente es Cristo mismo, el cual dio su sangre por la salvación de toda la humanidad. Somos testigos del amor sin reservas; somos testigos de Aquel que no se supo limitar. Nosotros somos testigos de una persona que se entregó totalmente. Y como testigos estamos llamados a hacer lo mismo.
«Es precisamente el corazón, es decir el núcleo profundo de la persona, lo que Jesús ha venido a “abrir”, a liberar, para hacernos capaces de vivir plenamente la relación con Dios y con los demás. Él se hizo hombre para que el hombre, que se ha vuelto interiormente sordo y mudo por el pecado, pueda escuchar la voz de Dios, la voz del Amor que habla a su corazón, y así aprenda a hablar a su vez el lenguaje del amor, traduciéndolo en gestos de generosidad y de donación de sí.»
(Homilía de S.S. Francisco, 9 de septiembre de 2018).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy haré una visita a Jesús Eucaristía recordando el gran amor que me tiene al morir en la cruz por mí.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.