llena nuestros corazones

Miércoles 20 de mayo de 2020 – El Espíritu Santo.

H. Francisco Posada, L.C.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Ilumina mi vida, Señor, para descubrir tu compañía en mi vida y pueda ver mi verdad que es tu mirada amorosa. Sé que tienes un plan para mí, ayúdame a verlo como Tú y que pueda ser una persona que vive con los pies en la tierra, pero con la mirada en el cielo pensando en Ti.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Juan 16, 12-15
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Aún tengo muchas cosas que decirles, pero todavía no las pueden comprender. Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él los irá guiando hasta la verdad plena, porque no hablará por su cuenta, sino que dirá lo que haya oído y les anunciará las cosas que van a suceder. Él me glorificará, porque primero recibirá de mí lo que les vaya comunicando. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho que tomará de lo mío y se lo comunicará a ustedes”.
Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Hay cosas en las que necesitamos tiempo y ayuda para entenderlas porque con nuestras fuerzas propias no podríamos, por esto Cristo nos anuncia la venida del Espíritu Santo quien nos revelará las cosas que nos ha dicho Jesús, pero de una manera más profunda; esta es la fuerza que, de forma misteriosa, no tiene el Hijo y que el Espíritu de verdad sí. He aquí porque el Espíritu Santo es importante para todo cristiano.
Un momento en el que nosotros invocamos al Espíritu Santo es antes de nuestras clases y estudios, hacemos una oración pidiéndole que nos llene el corazón, que nos encienda con el fuego de su amor, que nos renueve y que nos ilumine, porque sabemos que, con su ayuda, podremos comprender mejor las cosas que estudiamos y formarnos bien para nuestro futuro ministerio, ya que Él desea prestarnos su luz para que las cosas sean más claras.
Otro aspecto que llama mucho la atención de este Evangelio es el de la íntima relación que hay entre las tres personas divinas. Todo lo que tiene el Padre es también del Hijo y ellos dos lo comparten con el Espíritu Santo. Esto es un maravilloso modelo para la familia moderna que afronta tantos retos, pero pidiendo la ayuda a Dios e imitándolo en la medida de lo posible, puede hacer verdaderamente presente la realidad de Dios en el mundo actual y llegar a la plena realización personal en la feliz entrega a los demás.
Pidamos que el Espíritu Santo nos acompañe siempre y abramos nuestro corazón para que, como María, su esposa, podamos realizar la misión que Dios tiene para nosotros.

«Hoy Jesús nos dice: “no podéis con ello”. ¿Y qué hace frente a nuestra debilidad? No nos quita las cargas, como nos gustaría a nosotros, que siempre estamos buscando soluciones rápidas y superficiales; no, el Señor nos da al Espíritu Santo. Lo necesitamos porque él es el Consolador, el que no nos deja solos bajo las cargas de la vida. Es Él quien transforma nuestra memoria de esclavos en memoria libre, las heridas del pasado en recuerdos de salvación.»
(Homilía de S.S. Francisco, 16 de junio de 2019).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Rezar en familia una oración al Espíritu Santo ofreciéndola por la unidad familiar.

Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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