Domingo 24 de mayo de 2020 – Mi misión: Llevar a Cristo.
La Ascensión del Señor
H. Juan Pablo García Hincapié, L.C.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!
Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)
Señor aquí estoy delante de Ti. Quiero ponerme en tu presencia en este momento de oración y de cercanía contigo. Permíteme tener este momento de contemplación en la cual puedo considerar cómo me envías a la misión, como Tú lo viviste durante tu estadía aquí en la tierra. Concédeme la gracia que más necesito para llevar tu mensaje a todas las personas que se quieran encontrar contigo y, que así, sea viva imagen tuya para los demás.
Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Mateo 28, 16-20
En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea y subieron al monte en que Jesús los había citado. Al ver a Jesús, se postraron, aunque algunos titubeaban.
Entonces, Jesús se acercó a ellos y les dijo: «Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Vayan, pues, y hagan discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a cumplir todo cuando yo les he mandado; y sepan que yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo».
Palabra del Señor.
Medita lo que Dios te dice en el Evangelio
Hoy contemplamos a Cristo subiendo al cielo, pero antes nos deja una misión. Toda la vida de Cristo ha sido en medida de la misión y de su entrega a los demás. Misión de llevar a los demás su Palabra, sus enseñanzas y su cruz. Cristo no nos quiere ver cruzados de brazos y solo contemplando cómo sube al cielo. Cristo quiere que cada una de esas experiencias de cercanía con Él sean una oportunidad de dar de aquello que hemos recibido. No podemos dejar de recordarnos que todas nuestras fuerzas están en Él. Antes de salir y tener un encuentro con alguien es importante recordar que, si estamos cercanos a Cristo Eucaristía, siempre nuestro apostolado tendrá fruto. Durante este tiempo en el cual mi apostolado principal es orar por las necesidades de tantas persones, ha sido una oportunidad para que sea Cristo quien dé los frutos.
No podemos olvidar que todo lo que hacemos lo hacemos en su nombre, nos manda a la misión y así no hablamos de nosotros sino hablamos a los demás de Cristo. En esta oración tengamos un momento de encuentro personal con Cristo y busquemos que en nuestra misión y con nuestra vida sepamos transmitirlo siempre a Él.
«Por lo tanto, no tengan miedo de patear las calles, de entrar en cada rincón de la sociedad, de llegar hasta los límites de la ciudad, de tocar las heridas de nuestra gente… esta es la Iglesia de Dios, que se arremanga para salir al encuentro del otro, sin juzgarlo, sin condenarlo, sino tendiéndole la mano, para sostenerlo, animarlo o, simplemente, para acompañarlo en su vida. Que el mandato del Señor resuene siempre en ustedes: “Vayan y prediquen el Evangelio”. Los animo en su tarea y compromiso.»
(Mensaje Congreso Nacional de laicos, de S.S. Francisco, febrero de 2020).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.
Dialogar con Cristo acerca de una persona que necesite mi oración.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Ayudar o hacer algún favor con caridad.
Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.
¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!
Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.
En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.