encuentro

Viernes 27 de agosto de 2021 – ¿Estas listo?

Santa Mónica

H. Pablo Vidal, L.C.

 

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Cristo, Rey nuestro. ¡Venga tu Reino!

 

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Padre, te pido que me ayudes a ponerme en tu presencia y que mandes sobre mí tu Espíritu, para poder ver las situaciones que me rodean con más fe, con más esperanza y con más amor, con los ojos de Jesús.

 

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Mateo 25, 1-13

En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos esta parábola: «El Reino de los cielos es semejante a diez jóvenes, que tomando sus lámparas, salieron al encuentro del esposo. Cinco de ellas eran descuidadas y cinco, previsoras. Las descuidadas llevaron sus lámparas, pero no llevaron aceite para llenarlas de nuevo; las previsoras, en cambio, llevaron cada una un frasco de aceite junto con su lámpara. Como el esposo tardaba, les entró sueño y todas se durmieron.

A medianoche se oyó un grito: ‘¡Ya viene el esposo! ¡Salgan a su encuentro!’. Se levantaron entonces todas aquellas jóvenes y se pusieron a preparar sus lámparas, y las descuidadas dijeron a las previsoras: ‘Dennos un poco de su aceite, porque nuestras lámparas se están apagando’. Las previsoras les contestaron: ‘No, porque no va a alcanzar para ustedes y para nosotras. Vayan mejor a donde lo venden y cómprenlo’.

Mientras aquellas iban a comprarlo, llegó el esposo, y las que estaban listas entraron con él al banquete de bodas y se cerró la puerta.  Más tarde llegaron las otras jóvenes y dijeron: ‘Señor, señor, ábrenos’.  Pero él les respondió: ‘Yo les aseguro que no las conozco’.

Estén, pues, preparados, porque no saben ni el día ni la hora».

Palabra del Señor.

 

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

El Evangelio de hoy nos presenta la parábola de las vírgenes previsoras. Podríamos vernos a nosotros mismos reflejados en las jóvenes. Todas ellas estaban esperando al esposo, como seguramente nosotros estamos en cierto sentido esperando a Cristo con nuestra vida y nuestros actos.

Sin embargo, cinco eran previsoras y cinco no. ¿Qué nos dice eso a nosotros? Tal vez sí estamos siguiendo a Cristo, pero, ¿estamos siempre listos? Y, ¿quién está listo? A quien le interesa realmente el esposo. Si Cristo es el centro de nuestra vida y de nuestras decisiones, estaremos listos para cualquier imprevisto, porque le esperamos a Él.

Señor, hoy, en mi vida concreta, ¿qué quieres decirme con este Evangelio? ¿Hay algún lugar de mi vida donde puedo darte más espacio? ¿Eres realmente el centro de mi vida o algo más ocupa ese espacio? Ayúdame a escucharte hoy y a seguirte más de cerca.

 

«Está claro que con esta parábola Jesús quiere decirnos que debemos estar preparados para el encuentro con Él. No solo para el encuentro final, sino también para los pequeños y grandes encuentros de cada día en vista de ese encuentro, para el cual no basta la lámpara de la fe, también se necesita el aceite de la caridad y de las buenas obras. La fe que verdaderamente nos une a Jesús es la que, como dice el apóstol Pablo, «actúa por la caridad» (Ga 5, 6). Ser sabios y prudentes significa no esperar hasta el último momento para corresponder a la gracia de Dios, sino hacerlo activamente de inmediato, empezar ahora.»

(Angelus de S.S. Francisco, 8 de noviembre de 2020).

 

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

 

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Hoy voy a dedicar un momento para pensar y escribir una lista de cuáles son las prioridades en mi vida y después voy a ver en qué lugar tengo a Dios y si siento que me pide cambiar algo.

 

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.

Amén.

 

¡Cristo, Rey nuestro!

¡Venga tu Reino!

 

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.

Ruega por nosotros.

 

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

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