Viernes 21 de enero de 2022 – «Llamó a los que Él quiso»

Daniel Arroyo, LC

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!

 

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

Señor Jesús, en este día permite que me encuentre contigo en la oración, abre mis oídos para escuchar tu voz y dame la gracia necesaria para seguir tu camino. Quiero ser tu discípulo, quiero estar contigo y compartir tu amor misericordioso a los demás.

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Marcos 3, 13-19
En aquel tiempo, Jesús subió a la montaña, llamó a los que quiso, y se fueron con él. A doce los hizo sus compañeros, para enviarlos a predicar, con poder para expulsar demonios: Simón, a quien dio el sobrenombre de Pedro; Santiago el de Zebedeo y su hermano Juan, a quienes dio el sobrenombre de Boanerges -Los Truenos-; Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago el de Alfeo, Tadeo, Simón el Cananeo y Judas Iscariote, que lo entregó.

Palabra del Señor.

 

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

En la Escritura, las montañas son un lugar especial para el encuentro con Dios. Jesús sube para estar solo y orar por sus discípulos. Él no escogió sólo a doce, nos escogió a todos y a cada uno de nosotros y, en esa oración en la soledad de la montaña, pidió ante su Padre por cada uno de nosotros. Desde antes de que naciéramos ya estábamos en el Corazón de Jesús y Él ya nos había elegido para una misión.

Nuestra misión es, primero, estar con Él. Sólo Jesús puede llenar nuestros corazones, y sólo con Él podemos ser felices. Pero no nos podemos quedar con este amor sólo para nosotros, es necesario compartirlo. Una vez que hemos sentido cuánto nos ama Jesús, no podemos sino querer que otros lo amen, que otros sientan, también, ese mismo amor que sentimos y que a nosotros nos mueve.

«El encuentro con Jesús cambia la vida, establece un antes y un después. Hace bien recordar siempre esa hora, ese día clave para cada uno de nosotros en el que nos dimos cuenta, en serio, de que “esto que yo sentía” no eran ganas o atracciones, sino que el Señor esperaba algo más. Y acá uno se puede acordar: ese día me di cuenta.  La memoria de esa hora en la que fuimos tocados por su mirada». (S.S. Francisco, Discurso en Perú del 20 de enero de 2018).

 

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

 

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Llevaré el amor de Dios a quien lo necesite, ya sea con mis obras o con mis palabras, especialmente en mi familia.

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

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