Jueves Santo 14 de abril de 2022 – «Mensaje de despedida»

Álvaro García Cortés, LC

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

Cristo, Rey nuestro.
¡Venga tu Reino!

Oración preparatoria (para ponerme en presencia de Dios)

¡Buenos días, Jesús! Hoy es un día muy especial. Lo pongo en tus manos. Quiero que me inlumines, que me permitas entrar de lleno en este Triduo Pascual. Que el Espíritu Santo me guíe en la contemplación de tus Santos Misterios, en el amor que me tienes y lo que sufriste por mí. Te doy gracias por la Eucaristía y los Sacerdotes. ¡Te quiero!

Evangelio del día (para orientar tu meditación)

Del santo Evangelio según san Juan 13, 1-15
Antes de la fiesta de la Pascua, sabiendo Jesús que había llegado la hora de pasar de este mundo al Padre, habiendo amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó hasta el extremo. Estaban cenando, ya el diablo le había metido en la cabeza a Judas Iscariote, el de Simón, que lo entregara, y Jesús, sabiendo que el Padre había puesto todo en sus manos, que venía de Dios y a Dios volvía, se levanta de la cena, se quita el manto y, tomando una toalla, se la ciñe; luego echa agua en la jofaina y se pone a lavarles los pies a los discípulos, secándoselos con la toalla que se había ceñido. Llegó a Simón Pedro, y éste le dijo: «Señor, ¿lavarme los pies tú a mí?». Jesús le replicó: «Lo que yo hago tú no lo entiendes ahora, pero lo comprenderás más tarde». Pedro le dijo: «No me lavarás los pies jamás». Jesús le contestó: «Si no te lavo, no tienes nada que ver conmigo». Simón Pedro le dijo: «Señor, no sólo los pies, sino también las manos y la cabeza». Jesús le dijo: «Uno que se ha bañado no necesita lavarse más que los pies, porque todo él está limpio. También vosotros estáis limpios, aunque no todos». Porque sabía quién lo iba a entregar, por eso dijo: «No todos estáis limpios». Cuando acabó de lavarles los pies, tomó el manto, se lo puso otra vez y les dijo: «¿Comprendéis lo que he hecho con vosotros? Vosotros me llamáis ‘el Maestro’ y ‘el Señor’, y decís bien, porque lo soy. Pues si yo, el Maestro y el Señor, os he lavado los pies, también vosotros debéis lavaros los pies unos a otros; os he dado ejemplo para que lo que yo he hecho con vosotros, vosotros también lo hagáis».

Palabra del Señor.

 

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

«Amaos unos a otros. Yo os amo. Sed uno como el Padre y yo. Amaos. De verdad que os quiero con locura. Permaneced unidos a mí. Limpiaos los pies, servíos, dejad el manto de vuestro orgullo y arrodillaos frente a vuestros hermanos».

 

Jesús está en sus últimos momentos, sabe que llega la hora. Es como el final de un libro, como la despedida entre amigos que han vivido una gran aventura. Y no deja de repetir en breves palabras y con gestos el mensaje principal de los tres años que ha vivido con los apóstoles: «amaos». Es como un padre que ha visto a sus hijos pelearse y meter la pata, pero no pasaba nada porque ahí estaba él para enseñarles. Pero ahora ya no va a estar, y quiere asegurarse de que recordarán lo principal: el amor.

Hoy es el día del amor. No se trata de ese amor meloso de San Valentín, sino del amor de un Dios que se muere por sus hijos. No habrá mariposas y sonrisas; habrá soledad, escarnio, lágrimas, sangre. Todo para alcanzar a la oveja que se había perdido, lo mismo que el pastor no teme entrar entre zarzales para recuperar la oveja de su corazón.

Que el Espíritu Santo nos permita penetrar realmente en el misterio del sufrimiento de Jesús, en este canto de amor de Dios. Y encomendémonos todos los que leemos estas meditaciones para vivir santamente el Triduo Pascual, que son los días más importantes del año para todos los cristianos.

 

«¿Por qué el Señor abrazó la Cruz en toda su integridad? ¿Por qué Jesús abrazó la pasión entera, abrazó la traición y el abandono de sus amigos ya desde la última cena, aceptó la detención ilegal, el juicio sumario, la sentencia desmedida, la maldad innecesaria de las bofetadas y los escupitajos gratuitos…? Si lo circunstancial afectara el poder salvador de la Cruz, el Señor no habría abrazado todo. Pero cuando fue su hora, Él abrazó la Cruz entera. ¡Porque en la Cruz no hay ambigüedad! La Cruz no se negocia». (S.S. Francisco, Homilía del 1° de abril de 2021).

 

Diálogo con Cristo

Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con Aquel que te ama.

 

Propósito

Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.

Voy a visitar una parroquia y acompañaré ahí al Señor durante una media hora. Te puede ayudar visitar el lugar apartado y decorado donde se reserva la Eucaristía hoy después de las misas de la tarde y que escenifica a Jesús sufriente en el Huerto de los Olivos.

 

Despedida

Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a ti que vives y reinas por los siglos de los siglos.
Amén.

¡Cristo, Rey nuestro!
¡Venga tu Reino!

Virgen prudentísima, María, Madre de la Iglesia.
Ruega por nosotros.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.

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